El Gobierno no abre la billetera en el Presupuesto y acota los gestos a pocos gobernadores​

“¿Por qué tenemos que entregar más recursos a las provincias si recaudan más que Nación y no hicieron ninguna reducción tributaria?”. La mirada de un importantísimo funcionario en la previa a la presentación del proyecto de Presupuesto 2026 ilustra el enfoque que tendrá la hoja de ruta económica que está previendo el Poder Ejecutivo.

Bajo la premisa de un superávit primario proyectado en 2,2% del PBI, la gestión de Javier Milei no soltará la billetera para los gobernadores pese a que necesita fortalecer la gobernabilidad y robustecerse tras la derrota en Buenos Aires.

Según pudo reconstruir LA NACION, no está previsto que el Gobierno compense con una iniciativa general el veto a la ley de coparticipación de Aportes del Tesoro Nacional (ATN), el proyecto impulsado por los 24 mandatarios provinciales y rechazado por Milei esta semana.

El Gobierno no planea un vuelco de fondos sistemático a las provincias para acompañar las gestualidades de diálogo. Podría haber, según deslizan en el oficialismo, algún tipo de compensación financiera o transferencia de obras.

La Casa Rosada convocó a una Mesa Federal y la inauguró con los tres gobernadores con los que La Libertad Avanza (LLA) selló alianzas electorales: Alfredo Cornejo (Mendoza), Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Leandro Zdero (Chaco). Por el Gobierno se sentaron el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; el flamante ministro del Interior, Lisandro Catalán y el ministro de Economía, Luis Caputo, una carta de presentación que buscó jerarquizar el intercambio político.

Cornejo, Frigerio y Zdero le recomendaron a los ministros que reconstruyan el vínculo con los gobernadores que supieron colaborar con el Poder Ejecutivo. Sugirieron que el Gobierno ofrezca señales a través del Presupuesto, con algún reparto de ATN o a través del impuesto a los combustibles líquidos. Son las dos cajas que los mandatarios provinciales vienen señalando como plausibles de coparticipación sin alterar el equilibrio fiscal.

Sin embargo, la gestión de Milei no seguiría ese camino. De hecho, la Casa Rosada hace una defensa cerrada a los vetos que firmó el Presidente esta semana, tanto a la ley de ATN como a la ley de financiamiento universitario y a la ley de emergencia pediátrica (Garrahan).

Camino angosto

La persistencia en la máxima mileísta, “no hay plata”, le deja al Gobierno un desfiladero muy angosto para reconstruir su base de sustentación política. De movida, el Poder Ejecutivo no prevé dispensar un trato igualitario a todas las provincias. “Esto va a ser un caso por caso”, dijo otro funcionario de Casa Rosada.

El viernes Catalán viajó a Tucumán para visitar a Osvaldo Jaldo. Y ayer continuó su gira en Salta con Gustavo Sáenz. Se trata de dos históricos dialoguistasque ahora competirán con LLA en sus terruños y encuentran menos incentivos para auxiliar al Poder Ejecutivo.

Para recomponer lazos, los funcionarios de Milei tienen un puñado acotado de herramientas. En la nueva “mesa política” surgió la idea de hacer gestos electorales con la mira en 2027: una eventual retirada de la avanzada violeta en algunos territorios para que los caciques locales puedan reelegir.

También se habló de acuerdos de refinanciamiento de deudas “a lo Chubut”, en alusión al convenio que Ignacio Torres firmó con Caputo esta semana. Allí se compensaron deudas por $100.000 millones y se traspasó a la provincia la ejecución de cuatro rutas nacionales.

Por último, la Casa Rosada podría hacer algunos anuncios con los gobernadores aliados a LLA para mostrar gestión en campaña.

Nada de este acotado menú garantiza que el Gobierno pueda frenar la seguidilla de reveses en el Congreso. De hecho, en la Casa Rosada reconocen que es casi imposible que Milei pueda sostener sus vetos: el miércoles está convocada en Diputados la sesión para tratar la insistencia a las leyes de financiamiento universitario y la “ley Garrahan”. LLA no tiene los votos.

El vínculo con los gobernadores se fue erosionando desde mayo cuando, con el triunfo en la Ciudad de Buenos Aires, LLA asumió un rol de mayor soberbia política y provocó una sangría de aliados.

“Va a ser muy difícil reconstruir acuerdos en el Congreso antes de diciembre. Se firmó un convenio con Torres y ni siquiera garantizamos los votos de Chubut”, soltóun importante colaborador de la Casa Rosada. Y agregó: “¿Por qué nos apoyarían después de la derrota en la provincia? Van a decir ‘midámonos en octubre y con el nuevo mapa político volvemos a hablar’. La única esperanza es que no quieran quedar como los que le corrieron el banquito a Milei”.

En la Casa Rosada piensan en figuras como Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Raúl Jalil (Catamarca), Hugo Passalacqua (Misiones), Jaldo, Sáenz y Torres.

El Presidente presentará mañana, en cadena nacional, el Presupuesto 2026. Este fin de semana, pulía el discurso con su asesor, Santiago Caputo. El estratega sostiene su rol de ghostwriter y no mucho más: no logró que se escuchara su diagnóstico por la derrota del último domingo y mucho menos pudo migrar el poder interno hacia su sector.

Milei está convencido de que perdió en Buenos Aires por el aparato de los intendentes del PJ. Y confía en que la matemática electoral estará a su favor en octubre, porque la oposición está atomizada. Milei solo está dispuesto a exhibir cambios de actitud. Pero está lejos de hacer cambios de fondo en su equipo o de virar el rumbo.

​ No está prevista una compensación sistemática por el veto a la ley de ATN; pocas herramientas para restituir aliados; la espera hasta el recambio en el Congreso  Política 

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