El drama de un joven argentino que por un error está combatiendo en Ucrania con el ejército ruso
Dante Gianni Bettiga es un joven argentino de 23 años oriundo de Ushuaia que en febrero viajó a una Rusia en guerra para estudiar el idioma. Sin embargo, pocos meses después y habiendo abandonado sus estudios, firmó un contrato para unirse a la Unidad Militar de Ekaterimburgo y participar de la invasión en Ucrania sin comprender el alcance de su acción.
Ahora, su familia asegura que su hijo ha solicitado la baja del Ejército sin respuesta alguna y pide por su vuelta, en particular su padre, Juan Bettiga, enfermo de cáncer de hígado.
LA NACION habló con la madre del joven fueguino para conocer su historia y situación actual en el frente de batalla del conflicto que ya lleva más de tres años, así como el reclamo la familia a la cancillería argentina y el gobierno del Kremlin.
La llegada al Ejército
Fue junto a un grupo de amigos que Dante entró en contacto con el Ejército ruso. Por entonces, el joven argentino había dejado sus estudios del idioma y se había inscripto en la carrera de relaciones exteriores, pero se veía obligado a abandonar la residencia en la que se hospedaba y estaba en búsqueda de opciones al igual que algunos de sus conocidos.
Así fue que la oferta captó su atención. La posibilidad de permanecer en el país, contar con un sueldo y conseguir un lugar donde ubicarse. En lugar de las fuerzas armadas, no obstante, Dante recibió la propuesta por parte de un privado que terciariza la contratación de tropas para el Ejército.
Al menos esa fue la respuesta que recibió la familia de Dante cuando intentó conseguir la baja de su hijo con el gobierno ruso. Según dijo a LA NACION su madre, Carla Zucchi, los funcionarios del Kremlin se desentendieron del caso ya que, según ellos, su hijo no había firmado el contrato con un organismo estatal sino con un privado, por lo que cualquier reclamo debería ser dirigido a ellos. El privado, sin embargo, no cuenta con una representación clara y contactarlo no aparece como una posibilidad.
Por ende, Dante se ve constreñido a cumplir con la letra de un acuerdo que firmó sin entender por completo debido al idioma y cuyas verdaderas obligaciones se volvieron evidentes únicamente cuando su madre mandó a traducir una foto del mismo en Ushuaia, Tierra del Fuego.
De acuerdo a este, el joven argentino debe tres años de servicio a un Ejército invasor en plena guerra, por el que será recompensado monetariamente y podrá ser destinado a cualquiera de las actividades que realizan las fuerzas armadas.
El 25 de septiembre de este año, cuenta su madre, Dante ya estaba en una base militar rusa. Un corto mes y medio después fue trasladado al frente de batalla, donde cumple actualmente con sus obligaciones integrando el Batallón 3 del Regimiento 57, en la zona de Donetsk, Ucrania.
Ubicada en el flanco oriental del país, la región dónde se encuentra Dante es uno de los territorios ucranianos controlados parcialmente por Rusia, en este caso, en cerca de un 80%.
Según su madre, con quien mantiene contacto de forma esporádica cada vez que una señal de wifi le permite utilizar aplicaciones de mensajería, Dante y su regimiento hacen base en unas casas abandonadas por la población ucraniana debido al avance ruso. Desde ahí viajan unos 10 o 12 kilómetros a la línea del frente, cuando la guerra se los permite.
La madre de Dante cuenta que en la primera incursión de su hijo, un misil estalló en el tanque que lo transportaba, por lo que los soldados se vieron varados más de diez horas hasta que consiguieron volver a la base donde está apostado el regimiento de la Unidad Militar de Ekaterimburgo, al mando del Teniente Coronel Kokáreva V.A.
El domingo, Dante y su madre hablaron por última vez, ya que el joven se encontraba en la base. Pero a las 7 de la mañana de Ushuaia el lunes la madre recibió un mensaje de su hijo diciendo que lo estaban enviando nuevamente al frente. “Estaba aterrado”, reconoció su madre.
El pedido
Ahora, el padre de Dante, Juan Bettiga, quien padece cáncer de hígado, pide al gobierno ruso la dispensa de su hijo de las fuerzas armadas.
En su carta al Ministro de Defensa de las Fuerzas Armadas de Rusia, Andréi Beloúsov, el padre pide por “la inmediata dispensa de las obligaciones militares que actualmente cumple mi hijo (…) en defensa de la Federación Rusa”.
La solicitud se fundamenta en el artículo 51 de la Ley Federal 53-FZ, citado en el contrato que firmó el joven, que según la familia establece la posibilidad de relevo de los servicios al Ejército en caso de necesidad de cuidado de un familiar cercano.
Así, basado en la situación de “de extrema vulnerabilidad” en la que se encuentra debido a su enfermedad, el padre de Dante pide por la “baja humanitaria” de su hijo.
“Para poder sobrellevar todo este tratamiento no cuento con nadie más cercano que no sea mi hijo”, argumenta el padre en la carta y explica que el acompañamiento y el cuidado son cruciales “no solo porque la carga emocional que me recae es muy grande, sino porque además mi situación es delicada como para que pueda llevar a cabo los tratamientos médicos por mi cuenta”.
“Además, en el caso de llegar a un trasplante de hígado, cuento únicamente con mi hijo para realizarme transfusiones de sangre y así poder afrontar dicha intervención quirúrgica, debido a que él es mi único hijo”, dice el padre, recalcando que Dante es con quién mayor compatibilidad tendría para su tratamiento.
Junto a la carta, el padre envió una copia del pasaporte de Dante, para comprobar su identidad, su partida de nacimiento, para comprobar la relación entre ambos, así como certificados de los estudios que acreditan su enfermedad y una copia del contrato de alistamiento firmado por su hijo.
Según la madre de Dante, la familia no ha recibido hasta el momento ninguna respuesta de parte del Kremlin, ni de parte del Ministerio de Defensa ni de los representantes rusos en nuestro país. Los funcionarios argentinos con los que se han comunicado, como aquellos de la cancillería argentina y la embajada argentina en Rusia, tampoco han podido resolver el pedido de la familia.
Dante Gianni Bettiga, de 23 años, es un fueguino que firmó un contrato alistándose para ir al frente de batalla; su familia, entre ellos su padre enfermo de cáncer, piden al gobierno ruso por su vuelta El Mundo


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