Dramático accidente en Estados Unidos: una figura del fútbol universitario chocó su cabeza contra un muro y fue hospitalizado

Un dramático momento se vivió en Norman, Oklahoma, cuando el ruido ensordecedor del estadio Memorial se apagó de golpe, como si alguien hubiera bajado el volumen de repente. Habían pasado apenas unos minutos del primer cuarto del partido de fútbol americano universitario cuando Keontez Lewis, receptor abierto de los Sooners, salió corriendo a toda velocidad para atrapar un pase profundo lanzado por el mariscal de campo Michael Hawkins Jr.
La pelota viajó con una precisión milimétrica, casi como si fuera teledirigida. Lewis extendió los brazos, saltó, la rozó, cayó hacia atrás… y el impacto fue demoledor. Su cabeza chocó de lleno contra el muro de ladrillos que delimita la zona de anotación. El cuerpo del jugador quedó tendido, inmóvil. Y la fiesta, de inmediato, se transformó en miedo, drama y escalofríos.
“Es mi compañero, mi hermano, y está sufriendo. Espero que esté bien. Tenemos que enviarle un mensaje, ya que está en el hospital”, dijo el ala defensiva R. Mason Thomas, todavía con la voz quebrada, según consigna Fox News.
🚨 Emergency on the Field 🚨
Oklahoma WR Keontez Lewis was taken off on a stretcher after crashing headfirst into a brick wall behind the end zone while chasing a deep ball from Michael Hawkins Jr. 😔
He lay motionless for nearly 10 minutes before being stabilized and carted… pic.twitter.com/MEAsfcUGAU
— Gerald Wayne (@MrGeraldWayne) October 4, 2025
La escena fue tan impactante que ni siquiera el 44-0 con los que Oklahoma superó a Kent State alcanzó para despejar la angustia. El resultado quedó en segundo plano. La prioridad era una sola: saber si Lewis estaba consciente, si respiraba, si podía moverse, si iba a tener alguna secuela.
Los médicos del equipo ingresaron al campo en cuestión de segundos. Lo inmovilizaron con cuidado y, después de varios minutos de revisión, lo subieron a una camilla y lo retiraron entre aplausos y lágrimas de sus compañeros y fanáticos. Los jugadores de Oklahoma formaron un túnel humano para despedirlo mientras era trasladado en ambulancia al hospital local.
Desde la cuenta oficial del equipo en X (ex Twitter) se publicó un simple emoji de oración junto a la mención a la cuenta de Lewis. El mensaje fue contundente.
Poco después, el departamento médico de los Sooners llevó alivio: los estudios preliminares descartaron lesiones óseas graves y confirmaron que el jugador se encontraba consciente, en observación y con pronóstico “prometedor”. Según informó OU Sports Medicine, Lewis “se mantenía alerta y comunicativo”.
Oklahoma WR Keontez Lewis was carted off the field after a collision with the back wall. pic.twitter.com/yXmEk9bBoB
— ESPN (@espn) October 4, 2025
El propio entrenador Brent Venables habló con la prensa tras el partido y aportó más detalles: “Estaba alerta, tenía un poco de dolor en la espalda. No entraré en detalles, pero sí, iba a toda velocidad y se estrelló contra la pared. Estaba muy preocupado. Pero cuando le preguntaron cómo se sentía, respondió: ‘Tengo la cabeza y las piernas bien’. Eso fue un alivio enorme”.
El accidente reavivó un debate que, en el deporte universitario norteamericano, parecía saldado: la seguridad de los estadios. Las imágenes del impacto —con Lewis golpeando una pared de ladrillos apenas a metros del campo— generaron una ola de indignación en redes sociales.
Venables, visiblemente conmovido, recogió el guante: “Estamos evaluando todas las opciones cuando se trata de la seguridad de nuestros jugadores”, declaró. Y dejó entrever que el estadio podría recibir reformas a corto plazo: “Creo que se colocará más relleno sobre la barrera de ladrillos expuestos alrededor del campo. Es algo que debemos revisar ya”.
Keontez Lewis tiene 22 años y atraviesa su última temporada universitaria. Nacido en East St. Louis, Illinois, es uno de esos receptores con físico privilegiado (mide 1,90 y pesa 95 kilos) y velocidad para romper defensas.
Antes de llegar a Oklahoma, jugó en UCLA, Wisconsin y Southern Illinois, en un camino universitario que mezcla talento, perseverancia y adaptabilidad. Hasta antes del accidente, sumaba 17 recepciones para 210 yardas y dos touchdowns, cifras que lo colocan entre los receptores más productivos del equipo.
Por eso, el golpe dolió también desde lo simbólico: se trata de un jugador en pleno ascenso, con potencial para llegar a la NFL. La reacción de sus compañeros lo confirmó. Thomas, uno de los líderes defensivos, lo resumió sin vueltas: “Cuando alguien que entrena todos los días con vos cae así, se te aprieta el pecho. Somos una familia”.
Y aunque el parte médico fue alentador, la imagen de su cuerpo inmóvil sobre el césped seguirá resonando por un tiempo.
Según consignó la agencia AP, el entrenador Venables resumió: “Ojalá esté bien aquí a largo plazo. Estos chicos lo dan todo, y nuestra responsabilidad es cuidar que el entorno sea seguro. Ganar partidos es importante, pero nada lo es más que la salud de nuestros jugadores”.
El receptor de Oklahoma se estrelló en plena acción y generó conmoción en todo el estadio Deportes
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