Divertículos: las razones por la que casi todos los desarrollamos con la edad pero unos pocos tienen la enfermedad

Los divertículos son sacos que se forman en el intestino grueso, especialmente a medida que se envejece. Su presencia, conocida como diverticulosis, no se considera una enfermedad en sí misma y suele ser asintomática.
Así lo explicó el doctor Joaquín Fernández, especialista en aparato digestivo. Sin embargo, cuando surgen complicaciones como inflamación o sangrado, la condición puede adquirir gravedad y requerir tratamiento médico.
Según detalló el doctor Fernández, los divertículos aparecen en zonas del colon donde la mucosa es más débil, favorecidos por el envejecimiento anatómico. “Si vivimos lo suficiente, prácticamente todos los tendremos”, afirmó al medio citado.
Aunque la diverticulosis es frecuente, no se considera enfermedad salvo cuando surgen complicaciones. En estos casos se habla de enfermedad diverticular, que puede incluir inflamación (diverticulitis aguda) o hemorragias. Además, existe una forma controvertida denominada enfermedad diverticular sintomática, atribuida a síntomas digestivos inespecíficos sin evidencia de inflamación o sangrado.
La detección de divertículos no se realiza de forma preventiva. “No forman parte de ningún programa de cribado, como ocurre con el cáncer de colon. Si alguien tiene molestias digestivas, entonces sí hay que consultar. Pero no se aconseja investigar su presencia de forma preventiva”, afirmó.
En cuanto a la incidencia, Fernández indicó que en Estados Unidos se ha documentado un aumento de casos, incluso en personas jóvenes, relacionado con factores del estilo de vida occidental como dietas bajas en fibra, sedentarismo y obesidad.
Sobre la prevención, el médico explicó que una dieta rica en fibra y pobre en carnes rojas puede ayudar a evitar complicaciones en quienes ya tienen divertículos, aunque no hay evidencia concluyente de que prevenga su aparición inicial.
El tratamiento de la diverticulitis aguda depende de la gravedad: puede requerir antibóticos orales o intravenosos, y en casos más severos, cirugía, especialmente si hay perforaciones o abscesos. En cuanto a las hemorragias diverticulares, la mayoría se resuelve espontáneamente, aunque pueden requerir intervenciones endoscópicas o quirúrgicas.
La predisposición genética también juega un papel importante. Fernández destacó que hasta el 50% del riesgo puede tener base hereditaria, y que se han identificado genes implicados en su desarrollo.
Finalmente, el especialista recomendó adoptar hábitos saludables para reducir el riesgo de complicaciones: una dieta con fibra, ejercicio regular, evitar el tabaco, el alcohol y el exceso de carnes rojas, medidas que también son aplicables a muchas otras enfermedades.
El experto, en diálogo con ‘El Periódico’, comparte qué son los divertículos y cuándo se convierten en una amenaza para la salud Nutrición
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