Diego Martínez y su karma como DT de Boca: utilizará ante Racing su 40ª forma­ción distinta en 43 partidos​

Con uno, con dos y con tres delanteros. Con tres, con cua­tro y hasta con cinco defensores. Con enganche y sin en­gan­che. Con extremos y doble 9. Pero siem­pre, o casi siem­pre, con apellidos diferentes. Este sá­bado, ante Racing, Diego Martí­nez utilizará su 40ª forma­ción distinta en 43 partidos en Bo­ca. No estarán Luis Advíncula, Gary Medel, Brian Agui­rre ni Edin­son Cavani, todos lesio­nados, por lo que el entrenador deberá volver a echar mano en el equipo.

Entre lesiones, suspensiones y decisiones técnicas, a Martínez le fue imposible afianzar un 11 titular. O, como decía Coco Ba­sile, un “11 de memoria”. De hecho, una sola vez logró repetir alineación de una fecha a la otra y fue bien al comienzo de su ciclo, entre su tercer y su cuarto partido en el banco: del 2-0 ante Tigre al 0-0 con Defensa y Justicia, en febrero de este año. A partir de allí Martínez dirigió otros 38 encuen­tros en los que modificó al menos una pieza.

A veces por gusto personal y otras tantas por obligación, el ex Tigre y Huracán fue el entrenador que más jugadores titula­res utilizó en el año: 41, incluidos los tres arqueros profesiona­les del plantel (Sergio Ro­mero, Javier García y Leandro Brey) y una docena de debutantes: Mauricio Benítez, Lautaro Di Lollo, Milton Del­gado, Mateo Mendia, Julián Ceballos y Dy­lan Go­rosito. ¿Resultados? 20 triunfos, 15 empates y siete de­rrotas.

El último clásico contra Racing, en la Bombonera

La rotación afectó notablemente el rendimien­to individual y colectivo del equipo. Salvo en el tramo final de la Copa de la Liga, con el grandísimo triunfo sobre el River de Martín De­mi­chelis, Martí­nez no logró imprimir su sello futbolístico y el equipo deambuló tanto en la Liga Profesional como en la Co­pa Su­da­mericana. Aun así, el triunfo por penales sobre Talle­res en la Copa Argentina revitalizó al conjunto de la Ribera y oxigenó el ciclo de un DT que parecía condenado.

Por lo pron­to, Martínez consiguió oxígeno frente a la T y este sába­do buscará estirar su invicto frente a los grandes y llegar de la mejor manera posible al superclásico en la Bombonera. En el Xeneize, el ex Tigre y Huracán sumó una victoria y un em­pate ante River, dos triunfos sobre Independiente, dos vs. San Lorenzo y uno contra Racing. En ninguno de esos juegos lo­gró reunir a los mismos 11.

Romero; Advíncula, Lema, Rojo, Blanco; Medina, Pol Fernán­dez, Equi, Zenón; Cavani y Merentiel. El equipo que Martínez pensó como ideal jugó un solo partido a lo largo de toda su era. Y fue no de las derrotas más duras de la temporada: 1-1 en los 90 minutos y caída por penales ante Estudiantes en semi­fi­nales de la Copa de la Liga. Esa misma formación pero con Nicolás Figal en lugar de Marcos Rojo se impondría 2-1 como visitante frente a Sportivo Trinidense y repetiría una semana más tarde en el 1-1 como local ante Fortaleza, tras la derrota 1-0 con Atlético Tucumán. Luego llegaría el insólito “error administrativo” de la dirigencia que privó al DT de utilizar a sus mejores hom­bres en la serie eliminatoria frente a Independiente del Valle.

En total, Martínez utilizó tres arqueros, seis laterales derechos, ocho zagueros (Figal y Di Lollo ocuparon las dos po­siciones), tres laterales izquierdos, siete volantes centrales, diez medio­campistas mixtos u ofensivos, dos enganches, tres extremos y tres número 9. El mejor nivel lo mostró en el clásico con Ri­ver disputado en Córdoba, aunque ese equipo, con Jabes Sa­ralegui desde el arranque, solo se utilizó una vez.

De acuerdo al equipo que Martínez probó en la semana, todo hace suponer que ante Racing se verá otra inédita versión del Xeneize, con cambios con respecto del 11 que avanzó en la Copa Argentina: el retorno de Romero en reemplazo de Brey y el ingreso de Ignacio Miramón en lugar de Martegani. Chiquito ya dejó atrás la dolencia en el hombro derecho y re­cuperaría su lugar en el 11 para afrontar estos dos compromi­sos clave. Además, Marcos Rojo se repuso de la lesión muscu­lar y también forma parte de la lista de concentrados, aunque aguardaría su oportunidad en el banco. El esquema, en prin­cipio, sería un 4-4-2, aunque el técnico también ha utilizado mucho el 4-3-1-2 y el 4-1-3-2.

El resto de los tocados, por ahora, no tienen fecha de regreso: Gary Medel arrastra un desgarro en el isquiotibial izquierdo y esta­rá entre 21 y 28 días alejado de las canchas. Brian Agui­rre, el refuerzo más caro de la gestión Riquelme, sufrió una disten­sión en el ligamento lateral interno de la rodilla iz­quierda y tampoco llegará al Súper. Advíncula padece una molestia en el tendón de Aquiles y apunta a jugar ante River, aunque no es seguro que juegue. Y Cavani, con una nueva so­bre­carga, también fue preservado para el clásico en La Boca. En conse­cuencia, no se descarta que Martínez vuelva a intro­ducir va­riantes en las próximas semanas.

Para Boca será la chance de acortar distancia con los de arriba y trepar al menos momentáneamente a la segunda posición de la tabla anual, la vía de acceso rápida a la Copa Libertado­res de 2025. Para eso deberá ganar, y otra vez, con equipo remendado.

​ Por diferentes circunstancias, el entrenador xeneize casi nunca pudo repetir una misma formación; las razones, entre decisiones técnicas, lesiones y suspensiones  Fútbol 

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