Diego Martínez en Boca: por qué la serie con Cruzeiro por la Sudamericana podría marcar un quiebre en el futuro del DT
Contrariado, en silencio y con cara de pocos amigos. El gesto con que Diego Martínez dejó el césped de la Bombonera tras el 1-1 ante Barracas reveló el estado de desazón en que se encuentra sumido el director técnico de Boca. Con dos triunfos en seis partidos, y un pronunciado déficit en el juego del equipo, el Xeneize no dio la talla en el reinicio de la competencia oficial tras el receso por la Copa América y buena parte de los cuestionamientos recaen directamente contra la figura del entrenador, que atraviesa su hora más crítica desde lallegada al banco de la Ribera.
Si bien el ex DT de Tigre y Huracán no es el único responsable del mal presente del equipo (que se vio notoriamente afectado por la inmensa cantidad de lesiones y jugadores convocados a la selección), algunas decisiones futbolísticas de Martínez empiezan a ser miradas de reojo por la dirigencia azul y oro.
Aunque en Boca continúa reinando el optimismo, y Juan Román Riquelme intentará cerrar la llegada de dos refuerzos más para brindarle las mejores herramientas posibles al entrenador que él mismo eligió, en Ezeiza es un secreto a voces que la serie copera frente a Cruzeiro (empieza el jueves 16/8 en la Bombonera) podría marcar un quiebre en el ciclo del DT. Martínez mantiene intacto el respaldo del presidente, pero sabe que depende de los resultados y que los números, a pesar de todo, no cierran. Una hipotética eliminación en octavos de final de la Sudamericana -y con el River de Marcelo Gallardo en la misma instancia de la Copa Libertadores- sería un golpe demasiado difícil de absorber para cualquier entrenador de turno. El ejemplo es Sebastián Battaglia: ídolo del Xeneize y personaje con más títulos en la historia del club (17 como jugador y dos como técnico), fue despedido del cargo tras la derrota copera ante Corinthians, en octavos de la Libertadores.
Martínez conoce la fragilidad de su espalda en Boca y por eso se mostró preocupado tras la última igualdad en casa. Aunque el equipo tuvo interesantes pasajes de fútbol en el cierre de la Copa de la Liga (en especial en el clásico frente a River, con victoria por 3 a 2), lo cierto es que la derrota en la semifinal del torneo con Estudiantes significó un quiebre en la campaña del Xeneize y en la imagen del DT.
De allí en adelante, Boca venció con lo justo a Sportivo Trinidense de Paraguay (gracias a una genialidad de Edinson Cavani), finalizó segundo en el grupo de la Sudamericana y debió disputar un repechaje ante Independiente del Valle para acceder al cuadro de octavos de final. Además, cayó frente a Atlético Tucumán y Platense, y empató con Talleres, Defensa y Justicia, Instituto y Barracas.
A pesar de esos vaivenes en el rendimiento del equipo, y de los elogios de los propios jugadores de Boca hacia la metodología de trabajo del entrenador, la estadística marca que desde la asunción de Diego Martínez como cabeza del grupo, Boca ganó menos encuentros de los que empató y perdió. Fueron 17 victorias, 12 igualdades y seis caídas, aunque varios empates dejaron un sabor amargo en La Boca: 0-0 con Platense, 1-1 con Sarmiento, 1-1 con Estudiantes (y 1-3 en los penales), 1-1 con Fortaleza (la noche en que los brasileños anotaron de contra sobre el cierre del partido), 0-0 con Talleres y 1-1 vs. Barracas. Ante el Guapo, Boca generó innumerables chances de gol, pero no pudo vencer a un equipo que marchaba 26º en la tabla de posiciones. Tras el partido, la hinchada despidió al equipo con la más absoluta indiferencia.
Martínez sigue invicto como local (diez triunfos, cinco empates, uno de ellos en la cancha de San Lorenzo), pero el equipo continúa retrocediendo en el juego. Más allá de las bajas y de la imposibilidad de poder utilizar a los refuerzos en la serie pasada de Sudamericana (situación que enojó muchísimo al DT), los resultados no fueron los esperados y ciertas decisiones futbolísticas generaron ruido interno en el día a día del club.
Una de ellas tiene que ver con los constantes cambios de esquema y los roles asignados a determinados futbolistas. Por caso, la nueva posición de Exequiel Zeballos, al que Martínez viene utilizando como enganche; o la inusual ubicación de Brian Aguirre, por quien Boca invirtió casi 5.000.000 de dólares en el 80% del pase y ha jugado la mayoría de los minutos en el puesto de volante por la derecha.
No pudo contra Barracas, en la Bombonera
Pero hay cuestiones de fondo que van mucho más allá del reparto de los jugadores en la cancha. Un tema que inquieta y mucho a Juan Román Riquelme tiene que ver con la respuesta física de algunos futbolistas y las constantes lesiones musculares sufridas por los jugadores de Boca. Los últimos en sumarse a la lista fueron el capitán Marcos Rojo, que alcanzó los diez desgarros (confirmados) desde su arribo en 2021, y Cristian Lema, que venía entrenándose de manera diferenciada y este jueves se realizó estudios. Los preparadores físicos del plantel son Juan Manuel Conte, histórico ladero de Martínez desde sus inicios en el fútbol del Ascenso, y Leandro Mazziotti, quien empezó a trabajar con el DT durante su etapa como técnico de Tigre. Un problema de arrastre que debilita aún más la figura del entrenador.
No es la primera vez que Martínez debe pilotear esta clase de tormentas. En el inicio de su ciclo, el Xeneize cosechó dos victorias, tres empates y una derrota, y repuntó luego del recordado 1-1 en el clásico con el golazo de Cristian Medina. Ahora, la posibilidad de empezar a repuntar será este sábado a las 18.45 con Independiente Rivadavia de Mendoza, última parada previa al comienzo de la serie con Cruzeiro.
“Estoy tratando de disfrutar de esto, que es por lo que trabajé muy duro. Lo intenté primero como futbolista y no me dio la jerarquía para poder jugar en la Primera de Boca, y hoy como entrenador estoy teniendo esta oportunidad y la quiero aprovechar. A veces es difícil el día a día por toda la demanda que lleva Boca, pero hay momentos en los que disfruto. Cuando entro a la Bombonera y me siento en el banco, miro alrededor y disfruto mucho. Recuerdo cuando venía con mi viejo a la cancha y veía los partidos entre el palco y los carteles de publicidad”, contó Martínez tras la victoria 3-0 sobre Banfield, confiado en poder hilvanar una serie de resultados que saquen al equipo a flote.
Por diferentes motivos, este fin de semana será la primera vez que Martínez podrá utilizar su 11 de gala (a excepción de Rojo, claro, y de Equi Fernández, que fue transferido) desde que volvió a jugarse la Liga, con los regresos de los Juegos Olímpicos de Cristian Medina y Kevin Zenón y la vuelta de Edinson Cavani tras recuperarse de una molestia.
De todos modos, la hora de la verdad para Boca llegará al final de una extensa seguidilla de compromisos que comenzará este sábado con la Lepra mendocina y culminará a finales de septiembre con el esperado superclásico en la Bombonera. En el medio, el Xeneize se jugará el pase a cuartos de final de la Sudamericana, recibirá a San Lorenzo en el clásico y visitará nada menos que al campeón Estudiantes y a Racing. Un minitorneo de ocho fechas que pondrá en juego el proyecto de todo un año.
Al Xeneize se le viene un minitorneo de ocho fechas en el que pondrá en juego el proyecto de todo un año Fútbol
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