El aficionado por la arqueología Mariusz Dawid, identificó con imágenes topográficas avanzadas lo que sería una pequeña villa romana con un balneario, cerca de la ciudad de León, en España. Lo curioso de este hallazgo es que el joven polaco no se acercó hasta las inmediaciones del campo donde se ven los restos de los edificios, sino que utilizó tecnología de última generación con análisis de Inteligencia Artificial.

En su apogeo, el Impero Romano se extendió hacia el occidente y norte de Europa, el norte de África y parte de Medio Oriente, y se volvió uno de los más vastos territorios ocupados y gobernados de nuestra era. A su paso, dejaron construcciones, de las que muchas en la actualidad quedaron deterioradas y bajo tierra. Aunque los arqueólogos desempeñaron un rol importante en rastrear todo, en constante aparecen nuevas edificaciones.

Con la tecnología LiDAR (Light Detección y Rango) para definir superficies anómalas, Dawid interceptó esta área de la que no se tenía conocimiento. Tras la alegría que le generó este descubrimiento, el polaco lo compartió en un grupo de LiDAR y en Arqueología Aérea.

Cómo funciona la tecnología LiDAR

Esta villa romana se ubica dentro de un campo agrícola y sobre sí, hay cultivos. Al igual que en la mayoría de los casos, está a poca profundidad, por lo que la mencionada tecnología detectó los cambios en el terreno y los distinguió con un color diferente, ya que así se veía desde el espacio.

Según se aclaró en el sitio StileArt, esta nueva herramienta utiliza pulsos láser emitidos por sensores montados en aviones, drones o satélites, que atraviesan la vegetación y llegan al suelo. De esta forma, generan un modelo digital más preciso de la superficie.

Dicho sensor permite filtrar árboles, arbustos y edificios modernos y solo se enfoca en las construcciones pasadas. Este sistema es accesible a todo el mundo, pero en algunos países se encuentra restringido, como en Italia.

Las anomalías detectadas por LiDAR son formas geométricas y líneas regulares que sugieren la disposición de una casa con habitaciones. Lo que la asocia a la época imperial romana es la estructura y dimensión, con ambientes adosados y un balneario adyacente.

Cabe mencionar que las construcciones enterradas dejan pequeñas huellas en la superficie. Desde las paredes, el piso y otros elementos que impiden que la vegetación crezca de manera uniforme, al mismo tiempo que afecta el drenaje natural del agua. Esas variaciones se manifiestan con relieves, más o menos vegetación y depresiones.

Aquellas anomalías son más tarde analizadas con Inteligencia Artificial que pone en contraposición otros terrenos que no fueron afectados por la acción del hombre.

Si bien, no se determinó la antigüedad de esa villa romana, sí se alentó a la comunidad de arqueólogos para investigar de cerca aquella edificación, con el fin de conocer cómo fue la vida y qué costumbres tuvo la elite campesina en esa región del imperio.

La importancia de León para el Imperio Romano

La ciudad se fundó en el 29 a.C., como campamento de Legio VI Victrix y con el paso de los años se convirtió en la base de la Legio VII Gemina, una de las unidades militares más importantes del Imperio Romano.

Su posición fue óptima. Unía la vía Asturica Augusta (Astorga) con Caesaraugusta (Zaragoza), por lo que pasó a ser el centro del control militar y comercial en la región noroccidental de Hispania Tarraconensis.

En las afueras de la ciudad, las familias aristocráticas erigieron villas que servían como punto de vacaciones en los meses de verano. En el invierno, cuando finalizaba la temporada de cosecha, retornaban a la urbe.

​ Un apasionado de la arqueología utilizó una tecnología de última generación y halló con imágenes aéreas los restos de una cosntrucción milenaria  En las redes