Derrota sin red: el error estratégico que dejó a Milei en su momento más frágil​

Fuerte voto castigo contra el Gobierno”. “Fue un triunfo de los intendentes peronistas y su aparato”. En una Argentina binaria esas son las dos frases dominantes con las que los dos polos de la política pretenden explicar en su beneficio la durísima derrota del oficialismo nacional y el contundente triunfo del perokirchnerismo bonaerense.

Ambas afirmaciones son explicaciones plausibles y complementarias para un resultado que desbordó todas las previsiones, pero lo más relevante es que lo sucedido tiene los contornos de un cataclismo, de consecuencias para el Gobierno que empezarán a avizorarse a partir de hoy.

Al mismo tiempo, expuso un grave error estratégico del presidente Javier Milei, basado en una errada táctica política de quien él llama su “jefe” y es la secretaria general de la Presidencia y hermana, Karina Milei, en su rol de armadora electoral del oficialismo.

El discurso completo de Javier Milei tras la derrota en PBA

Fue, en definitiva, una suma de serias equivocaciones que deja en una situación de mayor fragilidad a la administración justo en momentos en que necesitaba imperiosamente ser ratificada y fortalecida por el voto popular y no todo lo contrario. Como ocurrió ayer.

Se abre así un horizonte más complejo a partir de hoy, en lo político y en el económico-financiero. Los principales actores del mercado habían anticipado que una derrota de hasta cinco puntos porcentuales no entrañaba riesgos, pero que más allá de esa cota se encenderían alarmas, que podrían afectar la confianza en el Gobierno. El resultado deparó una diferencia de casi el triple de esa prevención.

Y fue el propio jefe del Estado quien ató buena parte de la suerte de su gestión y de su programa a esta elección legislativa provincial, en el momento en que decidió nacionalizarla a puro riesgo.

Él la había definido como una valla por trasponer como requisito para poner fin a las turbulencias económico-financieras. También, para despejar los efectos negativos de las acusaciones de corrupción que salpican a su hermana, al más íntimo colaborador de ella y al presidente de la Cámara de Diputados. Y, lo mismo, para tratar de empezar a reponerse de una sucesión de serias derrotas parlamentarias autoinfligidas, con daños a su plan, en las que el número de opositores no hizo más que incrementarse.

Milei se automimpuso ese desafío en público hace diez días ante los principales empresarios del país y lo ratificó luego en los tumultuosos actos de campaña que temerariamente decidió encabezar en el conurbano.

El gran desafío para el oficialismo será ahora recuperarse de este cimbronazo y evitar que la derrota tenga consecuencias aún más negativas para la marcha de la economía

Así, el Presidente le dio un carácter de plebiscito anticipado a su gestión sin contar con elemento alguno de seguridad para hacer una puesta tan riesgosa. Un equilibrista sin red que pisó en falso.

Tendrá que hacer ahora un urgente control de daños. Pero lo que nadie puede augurar y resulta un factor inquietante es cómo metabolizará semejante adversidad una personalidad tan peculiar como la suya y una estructura política y de gestión concentrada casi excluyentemente en él mismo, en su hermana y unos pocos funcionarios más.

Anoche, tras la derrota, buscó empezar a hacer ese control de daños con la admisión del resultado adverso, la promesa de una profunda autocrítica, la predisposición a corregir errores, así como la ratificación del rumbo de su gestión.

Fue eso último un mensaje claramente dirigido a los mercados para recuperar la confianza, antes que a los electores. El recuerdo del impacto cambiario-bursatil registrado luego de que Mauricio Macri fuera duramente superado por el peronismo en las PASO de 2019 está presente en la Casa Rosada, aunque las circunstancias y condiciones no se parecen casi en nada.

Rumores de cambios de Gabinete

Milei, sin embargo, no dio precisiones sobre lo que podría cambiar. Por el contrario, curiosamente ratificó a uno de sus ministros cuestionados, como Mario Lugones, ubicado a su lado en el escenario, cuya gestión, más allá de los cuestionamientos, no parece haber influido en nada en estos comicios.

En el oficialismo dicen que, en realidad, eso debe leerse como un mensaje encriptado para la interna de la cima libertaria. Lugones es Santiago Caputo, quien fue el gran cuestionador de la fallida táctica electoral desarrollada por Karina Milei y su íntimo colaborador Eduardo “Lule” Menem, cada vez más oculto. Es hora de cerrar heridas antes de que sea tarde.

Las versiones sobre cambios en el equipo de Gobierno adquirieron anoche más densidad. Algunas de las más prominentes figuras del Gabinete las relativizaban, pero sin animarse a descartarlas de plano. La larga noche que transcurriría en Olivos tras el desangelado acto realizado en las afueras de La Plata podría deparar sorpresas. El aislacionismo en el que se suele sumergir el Presidente en los momentos adversos impide a la mayoría de sus colaboradores pronosticar nada.

Lo concreto es que el gran desafío para el oficialismo será ahora recuperarse de este cimbronazo y evitar que la derrota tenga consecuencias aún más negativas para la marcha de la economía después de los remezones que se descarta se harán sentir en las primeras horas posteriores a esta derrota.

Luego, el Gobierno deberá poner acciones concretas en marcha repechar la cuesta de los 13 puntos de ventaja que terminaron separando a Fuerza Patria de La Libertad Avanza (LLA) en toda la provincia de Buenos Aires. Se trata de un porcentaje que tiene un significado aún mucho más impactante que el dato duro del casi millón de votos de diferencia y que trasciende las fronteras bonaerenses.

No solo perdió con un perokirchnerismo llegó a esta elección en su momento más crítico, atravesado por una disputa fratricida, que aún no tiene visos de cauterizarse, ni siquiera con el siempre eficaz cicatrizante de la victoria.

Opera como un agravante que el oficialismo nacional llegaba a los comicios supuestamente reforzado tras haber sumado (o, mejor dicho, sometido) al PRO.

La conformación de esa forzada coalición acrecienta la magnitud de la derrota, ya que ambas fuerzas unidas perdieron casi 200.000 votos respecto de lo que las dos habían logrado reunir por separado hace dos años. El “violeta o nada” tuvo consecuencias.

Y eso sin hablar de las impresionantes diferencias que hubo en algunas secciones electorales, como la tercera, donde LLA perdió por más de 20 puntos. La Matanza sigue siendo el bastión inexpugnable del peronismo.

Muy inquietante es para la coalición violeta con vetas amarillas lo ocurrido en la primera sección electoral, donde aspiraba a descontar parte de lo que perdía en la tercera.

Y aún más es lo ocurrido en el interior de la provincia, donde las escisiones cambiemitas permitieron triunfos de Fuerza Patria en municipios de secciones como la segunda y la cuarta en las que el peronismo no lograba hacer pie desde hace casi una década.

Otra avenida del medio

Allí radica otra novedad de estos comicios: la buena performance que tuvo la tercera vía, que apareció en esos distritos de la mano de los intendentes que se resistieron a ser absorbidos sin beneficio alguno por parte de LLA, como pretendía Karina Milei.

No obstante, en términos locales a esos jefes comunales se les abre un horizonte complejo, dado que ya los libertarios solían votar con los kirchneristas y estos ahora ampliarán su representación. Curiosidades del armado libertario.

Además, el espacio alternativo a los dos polos lejos está de tener asegurada una performance similar el 26 de octubre

Otro de los hechos destacables de estos comicios fue el porcentaje de participación, que también superó las previsiones al no seguir la tendencia abstencionista de recientes elecciones provinciales, y terminó jugándole en contra al oficialismo nacional.

Una novedad de estos comicios: la buena performance que tuvo la tercera vía con los intendentes que se resistieron a ser absorbidos sin beneficio alguno por parte de LLA

La convocatoria del Presidente a ir a votar, en la convicción de que una baja participación favorecería al peronismo, resultó otro importante error de cálculo.

A Milei antes que sus votantes blandos desmotivados parecieron hacerle caso los electores enojados con su gestión, como a Luis Caputo le habían respondido los “campeones” que salieron a comprar dólares porque consideraban, contra su opinión desafiante, que estaba barato. Probablemente también vuelvan a hacerlo hoy.

En medio de la tempestad, el ministro de Economía, ausente en el escenario perdidoso, salió anoche por las redes a ratificar el rumbo de la gestión, empoderado por los dichos del Presidente.

El de Milei fue claramente fue un mensaje a los mercados y no al electorado que ayer en el territorio bonaerense había castigado al Gobierno, no solo por el impacto de las políticas económicas en su vida cotidiana, pero también por eso. Aunque mucho habrían pesado, además, los modos del Presidente y los recientes escándalos instalados en el centro de la agenda pública.

Sin embargo, ninguna de esas cosas pareció haber estado entre las previsiones del oficialismo. Ayer quedó en evidencia que el Presidente y sus colaboradores avanzaron a ciegas con una confianza que no se basaba en ningún un hecho constatable y apostó parte sustancial de su suerte a dos fechas como un jugador al que le quedaran pocas fichas, lo cual no se ajustaba a la realidad. El Gobierno tenía y aún tiene un apoyo social muy alto, aunque evidentemente ya no mayoritario.

“Fue un límite puesto al Gobierno”, dijo la expresidenta condenada. Luego para demostrar que sus rencores son prolongados puso a Kicillof a la par de Massa, Grabois y su hijo Máximo

Ahora Milei cuenta con la oportunidad de revertir esta deriva el 26 de octubre próximo en las elecciones legislativas nacionales de medio término, que sí operan habitualmente como un plebiscito de la gestión presidencial. Pero deberá transitar 50 días que pueden ser muy largos en medio de esta tempestad.

El Gobierno, no cabe dudas, fue el gran derrotado, al igual que la dirigencia del PRO, encabezada por Mauricio Macri, que aceptó someterse convencida de que el oficialismo estaba destinado a la victoria y que con el triunfo terminaría de borrar al amarillo del mapa de colores.

Esa inapelable defección, que lleva por nombre y apellido La Libertad Avanza, tiene como contracara un triunfador menos incuestionable. El gobernador Axel Kicillof surge como un ganador gracias a este resultado, ya que el desdoblamiento de la elección bonaerense fue su gran apuesta personal contra la opinión de Cristina y Máximo Kirchner.

Sin embargo, las diferencias internas no se han zanjado y habrá que ver si el peronismo ratifica en octubre la magnitud de lo hecho ayer, cuando los intendentes peronistas ya dejaron casi todo lo que tenían para sostener su poder territorial en estos comicios.

Por otra parte, aunque Kicillof y los suyos digan que fue un apoyo a su gestión, todo indica que operó con más fuerza un castigo al gobierno nacional y, también, la capacidad de tracción de los intendentes, que Milei prefiere descalificar diciendo que todo es producto excluyente de la práctica clientelar peronista y no de su legitimidad.

Para pesar del gobernador, el voto castigo al gobierno nacional es a lo que precisamente adjudicó Cristina Kirchner el resultado electoral provincial, en el mensaje grabado que envió al acto de festejo desde su prisión domiciliaria.

“Fue un límite puesto al Gobierno”, dijo la expresidenta condenada. Luego para demostrar que poco ha cambiado y que sus rencores son prolongados puso a Kicillof a la par de Sergio Massa, de Juan Grabois y su hijo Máximo, que por si hiciera falta dijo que estaba a su lado, como artífices de la victoria. No hay distancia que la victoria haya acortado. La aspiración presidencial de Kicillof todavía no tiene allanado el camino ni siquiera internamente, aun en su momento de gloria.

Esa es una discusión a futuro. En el presente urge saber cómo el Gobierno se repondrá de una derrota que el Presidente se encargó de agravar. Demasiado para revisar.

​ Una suma de serias equivocaciones deja en una situación de mayor fragilidad a la administración del libertario justo en momentos en que necesitaba imperiosamente ser ratificada y fortalecida por el voto popular  Política 

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