“Dejalos”, el consejo de autoayuda para mujeres que se convirtió en un nuevo culto a la indiferencia: de qué se trata​

WASHINGTON.– En 2013, por consejo de Sheryl Sandberg, el imperativo para las mujeres era “ser proactivas” y, en 2018, Rachel Hollis proponía “Chicas, lávense la cara”.

Hoy el credo es “Dejalos”, pregonado por la oradora motivacional Mel Robbins. Primero, a través de su podcast y sus redes sociales. Ahora, de circulación masiva gracias a la publicación de su exitosísimo libro The Let Them Theory (algo así como “La teoría de soltar” o de “dejarlo pasar”), cuyas ventas en 2025 colocan a la autora a la par de batacazos editoriales como los de los Obama, E.L. James y Randy Pausch, “un club muy exclusivo y todo un logro”, en palabras de Brenna Connor, analista del mercado editorial de la firma Circana.

El anterior libro de Robbins, El hábito de chocar los cinco, que proponía justamente “chocar los cinco” dedos de la mano contra el espejo todas las mañanas, también fue un boom comercial y vendió más de 200.000 ejemplares. Pero el éxito de su último libro “es por lejos de otra escala”, dice Reid Tracy, CEO de Hay House Publishing, sello editorial que publicó el libro. “Solamente en inglés, ya vendimos 3,6 millones de ejemplares”, agrega.

Tracy señala algunos factores que pueden haber contribuido al éxito de The Let Them Theory: el podcast de Robbins tenía una enorme audiencia que en las listas de éxitos de Apple y Spotify, la autora fue invitada a innumerables podcasts (incluyendo uno de los primeros episodios del de Oprah) y además se ocupó de promocionar incansablemente su nuevo libro.

“Es como si tuviera vida propia. Es uno de esos libros que te toca una vez en la vida y nadie puede explicar por qué se volvió tan popular”, apunta Tracy.

La teoría de “dejar pasar” en sí misma es simple: implica soltar todo lo que no podemos controlar –es decir, las opiniones, emociones y reacciones de los demás– y recuperar para nosotros el tiempo y la energía que eso nos insume. El libro explica esa frase mágica en detalle, ejemplificando cómo aplicarla en diversas situaciones: en las amistades, con los desconocidos que nos cruzamos en la plaza o en la caja del supermercado, o con las personas de nuestra vida que podrían estar atravesando momentos difíciles. En la primera mitad del libro, Robbins abunda en promesas de esa visión del mundo: si decidimos aceptarla, cambiará nuestra vida. La segunda parte contiene un repertorio de consejos prácticos, desde “Felicitá a la gente en todo lugar al que vayas” hasta “Renová un poco tu dormitorio”.

Como explica la propia Robbins, la idea central no es nueva. Ya existe en todas partes y de variadas formas: la enseñanza budista, la filosofía estoica, la Oración de la Serenidad.

El momento

¿Por qué ese mensaje termina calando tan fuertemente en este momento? Aunque los libros sobre “trabajo interior” y “crecimiento personal” se vienen vendiendo bien en los últimos años, según Shannon DeVito, directora de libros de Barnes & Noble, la popularidad de Let Them podría ser una reacción a la pandemia. Gracias a Zoom, recuerda DeVito, “sabemos muchísimo de nuestra familia y de nuestros compañeros y colegas de trabajo, así que ahora los lectores buscan ayuda para generarse un espacio personal y de paz interior”.

“Cualquiera que haya vivido la pandemia pudo ver en qué puntos sus amigos y familiares tenían opiniones políticas divergentes: sobre el uso de barbijo, sobre las vacunas, etc”, señala Ann Turner, terapeuta de la ciudad de Washington. “Nos vimos obligados a encontrar la forma de vivir entre personas diferentes a nosotros, y creo que la teoría que propone el libro es muy útil en ese sentido”, considera.

El libro fue publicado antes de la Navidad de 2024 y justo después de las elecciones, en un período de intensa polarización, profunda fatiga informativa y malestar social generalizado. Como la tecnología nos volvió maníacamente hiperconscientes de los estilos de vida, hábitos y pensamientos pasajeros de quienes nos rodean, el consejo de Robbins ofrece un mecanismo para enfrentarlo: si el infierno son los demás, “let them” (“dejalos”) parece ofrecer un camino de salvación.

A muchos, la idea de “soltar” los toca de cerca. En un debate dirigido a mujeres de mediana edad coordinado hace unos meses por Turner en una librería, varias participantes relacionaron el mensaje de Robbins con el estrés que sentían tras años de “paternidad helicóptero”, como se llama a los padres sobreprotectores. “La idea de ‘soltar’ tiene mucho eco en las madres que intentan controlarlo todo”, sostiene.

Emily Howe, una empresaria pyme que coordina un grupo de lectura de Let Them desde hace meses, confiesa haberse sentido identificada con la franqueza de Robbins, porque dice las cosas como son. “Ella dice que la vida es estresante. Creo que durante muchos años de mi vida yo negué eso”, afirma Howe, y se le quiebra la voz al recordar lo mucho que la conmovieron las anécdotas familiares del libro, especialmente el énfasis de Robbins en lo que su hija Sawyer, coautora del libro, le enseñó sobre ceder el control. “Se me saltan las lágrimas porque yo también tengo una hija y aprendo muchísimo de ella”, señala Howe.

Si Lean In, el libro de Sandberg, había generado miles de artículos de opinión, Let Them, el libro de Robbins, se grabó profundamente en la mente de los lectores. Y también en sus cuerpos. En Facebook hay un grupo de tatuajes “Let Them” con casi 17.000 miembros, en su mayoría mujeres de entre 50 y 60 años que se hacen su primer tatuaje: sacan turno con sus amigas, hermanas e hijas, piden consejos sobre cómo encontrar a los tatuadores adecuados y se tatúan “Let Them” con la caligrafía de su madre o rodeado de flores y pájaros. En intercambios de texto con una miembro de ese grupo, la mujer parecía haber superado ampliamente lo que propone el lema: primero pidió no revelar su nombre para evitar que su esposo se enterara, luego decidió que era poco probable que alguna vez leyera el artículo y, finalmente, declaró que de todos modos “ya no me importa”.

Quizás esa sea la magia de este mantra, que prendió en la gente justo cuando el ánimo nacional dominante parece ser una especie de furia al volante: es como si la mismísima Mel Robbins te pusiera una mano amiga en el hombro para frenarte. Y se puede aplicar a cualquier interacción humana que uno pueda imaginar. En la oficina, dejá que tu compañero sea un poco brusco en esa reunión. ¿La próxima vez que estés en un avión? Dejá que tu compañero de asiento tosa tranquilo. En las aplicaciones de citas, dejalos nomás que te hagan ghosting. Tal vez el atractivo de ese lema resida en lo poco que parece exigir de nosotros. Y puede sonar firme como también puede sonar relajado; puede sonar imperioso por encima de todo (“que se la fumen”) o como una muestra informal de desinterés (“besito grande”).

Y si todavía les parece un poco contradictorio que la gente pueda sentir tanta pasión por esta especie de “culto a la indiferencia”, tanto fervor por el laissez-faire (que una nación de chismosos y mirones se diga a sí misma, con los dientes apretados, “no es mi circo, no son mis monos”), bueno, la respuesta adecuada –y quizás la única– salta a la vista. Ahí está, en letras grandes, en la portada del libro. ¿Hace falta que la diga?

(Traducción de Jaime Arrambide)

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