De la obediencia a la irreverencia: los nuevos usos creativos de ChatGPT

ChatGPT pasó de ser el asistente disciplinado que redacta correos, resume textos o crea imágenes, a convertirse en una suerte de laboratorio mental para empresas. No se trata de nuevas funciones sino de un cambio de perspectiva en el uso de la IA mediante el uso de “prompts” o comandos poco conocidos que permiten usar la inteligencia artificial como crítica o auditora.
Roast
En la jerga de la comedia norteamericana, un roast es un ritual de burlas feroces, pero divertidas y bien intencionadas. Literalmente, roast me significa “asame” o “haceme asado”, pero en sentido figurado se traduce como “burlate de mí” o “critícame con humor”. El objetivo de este prompt no es ser humillado por la IA sino pedirle que exponga nuestros defectos con atrevimiento, ingenio y humor.
Una cuestión de edad: cómo las distintas generaciones moldean el uso de la IA
Se trata de un ejercicio en el que los usuarios le piden a la Inteligencia Artificial que los someta a un roast escribiendo “‘con todo el conocimiento que tenes sobre mí, roast me”. A partir de ahí, el modelo devuelve un análisis con comentarios irónicos al estilo stand up, que exageran defectos para hacer reír, pero al mismo tiempo dejan al descubierto críticas constructivas que probablemente ningún ser humano se atrevería a decir en voz alta.
En los últimos meses, influencers y creadores de contenido viralizaron sus propios roasts” en TikTok, Twitter y YouTube. Incluso consultores de marketing en LinkedIn empezaron a usarlo como ejercicio creativo para reírse de marcas conocidas. Así por ejemplo, Demi Lovato, la cantante pop, compartió en TikTok un video de ella pidiendo un roast a ChatGpt. El resultado fue despiadado, ingenioso y viral: “has tenido más rebrands que una cadena de comida rápida en quiebra”, le dijo la IA, en alusión a sus constantes cambios de estilo musical y de imagen. El remate fue: “tu voz es innegable, si tan solo tus decisiones fueran igual de fuertes”.
Más allá del golpe inicial, el comando puede transformarse en un hábito saludable: pedirle a la IA un “roast” de nuestro sitio web, de una campaña en redes o incluso de un pitch de ventas. En mercados donde los recursos para auditorías externas son escasos, esa crítica disfrazada de stand up puede convertirse, paradójicamente, en uno de los consejos más útiles que una persona puede recibir. Según Julián Medina, Fundador de SourcingUp & CommerceUp y especialista en inteligencia artificial aplicada a negocios, “lo fácil es dejar que la IA te diga lo que querés escuchar. Lo valioso es incomodarla para que te incomode. Nosotros le pedimos que critique propuestas, emails, todo. Y muchas veces te muestra fallas o patrones que ni tu mejor analista había visto.”
ELI5
ELI5 es la sigla de “Explain Like I’m Five”, en inglés: “Explícalo como si tuviera 5 años”. Es el comando que obliga a la IA a bajar a lo más simple lo que parece complejo. Sirve cuando necesitamos que algo técnico o difícil se entienda sin jerga ni frases enredadas.
Ese “prompt” que suena tierno y casi infantil, es hoy uno de los comandos más poderosos para aprovechar el poder oculto de la IA. La sigla ELI5 se convirtió en un código universal para pedir que nos bajen lo complejo a tierra. El término nació en Reddit, una comunidad online de foros temáticos donde millones de personas de todo el mundo comparten preguntas, ideas y explicaciones en lenguaje simple. En 2011, un usuario llamado bossgalaga inventó la palabra “explainlikeimfive” y abrió un foro con ese nombre. La consigna era clara: que cualquier tema, por más técnico o abstracto que fuera, pudiera explicarse de forma sencilla y sin soberbia, como si se lo contáramos a un chico de cinco años. Lo que empezó como una dinámica colaborativa en internet, hoy se transformó en una herramienta clave para comunicar mejor en entornos cada vez más saturados de jerga y complejidad innecesaria.
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Con el comando ELI5, la IA puede redactar desde el texto completo de una página web clara y persuasiva hasta un correo de ventas, una presentación comercial, un manual de uso o una ficha de producto. Todo con un lenguaje simple y claro. Lo que parecía un recurso menor terminó convirtiéndose en un atajo para comunicar mejor en un mundo donde la atención es cada vez más escasa. Según señala Maïder Tomasena, fundadora de la primera escuela de copywriting de habla hispana: “ChatGPT te ayuda a aterrizar. Es el que convierte una idea potente en una estructura clara. Es ideal para redactar primeras versiones, crear variaciones de tono, destripar un concepto y volverlo campaña”.
Pitch me
En inglés, pitch significa presentar o vender una idea, un producto o un servicio. En el mundo emprendedor, un pitch es ese discurso corto, directo y persuasivo. En el universo de la inteligencia artificial, al escribir “pitch me” seguido de lo que queremos promocionar, le estamos diciendo a la IA: “presentalo de forma irresistible.” El resultado: un discurso de ventas con ritmo de tráiler de película. Impactante, claro y difícil de ignorar.
Muchas pymes todavía explican lo que hacen con frases genéricas, burocráticas y sin alma. Un “pitch me” bien usado propone lo contrario: encontrar una forma única de contar lo que hacemos, que capture la atención en segundos. Esa gimnasia narrativa no solo sirve para vender mejor sino que también puede usarse para mejorar los textos de un sitio web, presentaciones comerciales y campañas de marketing.
Lo que queda después de la sorpresa
Lo que empieza a verse con estos comandos es un cambio de etapa. La inteligencia artificial ya no se limita a asistir, sino que asume un papel más crítico. Puede simplificar conceptos, traducir ideas, vender, auditar, señalar fallas y devolver observaciones que en muchos equipos nadie se animaría a plantear.
Cada interacción la vuelve más precisa. Como comenta Guillermo Tragant, ex director del equipo de Creative Works de Google y referente en innovación creativa: “Las oportunidades son infinitas. La realidad es que esta nueva era de la comunicación recién comienza y se mueve mucho más rápido de lo que nosotros llegamos a asimilar. Cada vez que alguien usa IA, esta aprende y va aumentando y expandiendo su conocimiento exponencialmente, permitiendo mezclar realidades y escenarios. Un nuevo medio de expresión con infinitas posibilidades. Un mundo matemáticamente mágico”.
El desafío ahora no es solo saber usar la IA, sino entender lo que cambia cuando se incorpora de verdad en los procesos creativos, estratégicos y comerciales. Lo más fascinante ya no es lo que sabe hacer, sino lo que aún puede aprender. Y entonces, la pregunta inevitable es: ¿Estamos listos para colaborar con una inteligencia que no solo ejecuta, sino que también aprende, crea, opina, critica y transforma?
Los nuevos “prompts” —desde el roast hasta el ELI5 o el pitch me— revelan un costado creativo de la tecnología que desafía a pensar distinto Negocios
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