Corto de ataque, River no pasó del empate y se cargó de suspendidos para definir la clasificación contra Inter

LOS ÁNGELES (Enviado especial).- Se quedó cortó River de pólvora ofensiva para retribuirle con un triunfo a los más de 30.000 hinchas que lo hicieron sentir local en el Rose Bowl. Las cuentas no le dieron un saldo superavitario. No solo porque el empate sin goles ante Monterrey lo lleva a jugarse la clasificación en la última fecha frente a Inter, sino porque se cargó de tarjetas que lo obligarán a reamar el medio-campo casi por completo. Enzo Pérez y Galoppo acumularon la segunda amarilla y en el final Castaño, para enmendar un mal pase de Montiel y evitar el contraataque mexicano, fue expulsado. Un final con regusto amargo para River, que hizo más que Monterrey por el triunfo, pero se va a dormir con varias bajas.
Las presunciones de que Borja no iba a ser el reemplazante del lesionado Driussi se cumplieron. Para Gallardo, el colombiano ya no es la primera alternativa como suplente para el puesto de centro-delantero. O quizá el entrenador también leyó que había que poblar más el mediocampo (fue titular Meza) ante un rival al que le gusta tejer el juego y combinar en esa zona. Las previsiones tuvieron su lógica, pero no las llevó bien a la práctica en buena parte del primer tiempo. Duró un suspiro su comienzo dominante. Por el canal central, que debía controlar Enzo Pérez, Monterrey perforó con profundidad. Ya a los 18 minutos, Pérez fue amonestado por bajar a Deosa y al acumular la segunda tarjeta amarilla quedará al margen frente a Inter.
No arrancó bien el triángulo del medio entre Castaño, Pérez y Galoppo, sustituto de Nacho Fernández, de bajo rendimiento contra Urawa. Monterrey estaba mejor plantado con el ex Estudiantes “Corcho” Rodríguez y con Deosa de lugarteniente, más Canales listo para gambetear hacia adelante. Por los costados, Montiel y Acuña tenían que estar muy atentos con Ocampos y Corona.
River quiso imponer condiciones, pero le faltó cohesión y pronto se quedó con la pelota. A los 4 minutos, Mastantuono tiró un centro de rabona y acto seguido agitó los brazos de cara a la cabecera para levantar a la numerosa hinchada. El pibe no deja de estar metido en River, pese a que cada día que pasa es uno menos que resta para incorporarse a Real Madrid.
Las transiciones de Monterrey empezaron a hacer sufrir a River, que en la primera etapa tuvo respuestas contundentes en Paulo Díaz –se imponía su ingreso por el dubitativo Pezzella- y Martínez Quarta. Armani tuvo que aparecer para controlar remates de Ocampos y Canales, mientras Arteaga disparaba por arriba del travesaño. River se veía en apuros, no encontraba la pelota y, en contra de su filosofía de poner varios hombres en campo rival, quedaba limitado a tirar pelotazos a un Colidio con poca compañía.
Por momentos el partido se hizo cortado, hablado, con varios foules para interrumpir avances. Monterrey, fiel a un entrenador (Domenec Torrent) que se formó bajo el ala de Pep Guardiola, siempre intentó salir jugando desde atrás. River lo fue a buscar con presión alta, pero no recuperaba rápido. Mastantuono ejecutó un tiro libre con comba insuficiente para complicar la atajada de Andrada.
Se iba el primer tiempo con una mayor posesión de Monterrey, en un rubro que River suele tener mejores índices que el rival. Pero el equipo de Gallardo desató un par de ramalazos en el final del primer tiempo que lo pusieron muy cerca del gol. La situación más clara estuvo en los pies de Martínez Quarta, que definió desviado a metros del área chica. Por una vez consiguió lo que seguramente estaba en su plan: que los volantes pisaran el área contraria. Mastantuono dio una estupenda asistencia para el pique al vacío de Castaño, que cedió atrás para la entrada de un Galoppo que esterilizó todo con un remate débil.
Más empuje mostró River en el primer cuarto de hora del segundo tiempo. Se juntó mejor en campo de Monterrey, tuvo más presencia. El conjunto mexicano bajó la intensidad, dio muestras de ser discontinuo, de repente se enchufa y al rato se dispersa.
El problema fue que siguió yendo al límite en varias intercepciones, en las pelotas divididas. Se llevaron la amarilla Galoppo –otro que deberá cumplir la sanción frente a Inter- y Meza. River jugaba con un punto de tensión que no lograba controlar. Monterrey había perdido el hilo del juego y su entrenador hizo tres cambios simultáneos, de corte defensivo.
El encuentro siempre estuvo abierto, con tendencia favorable para River en el segundo tiempo. Necesitaba ajustar más en los últimos 30 metros. Andrada se lució con un desvío al córner de un remate de Mastantuono, tras una buena maniobra de Colidio, cuya alma de media-punta lo lleva a retroceder para armar juego.
Gallardo ventiló la creación y el ataque con los ingresos de Nacho Fernández y Borja. Colidio, pura clarividencia y pie sensible, le puso una estupenda pelota en cortada a Borja, que definió con un zurdazo sin convicción al cuerpo de Andrada. Era la primera vez en todo el Mundial que River conseguía poner a un jugador mano a mano con el arquero. El colombiano volvió a desaprovechar otra oportunidad frente al ex guardavallas de Boca. Le cuesta remar desde atrás a Borja para recuperar un lugar.
Después de los tres goles de cabeza a Urawa, River no tuvo piernas certeras para ganar y también perdió a Castaño, expulsado por doble amonestación en el descuento. Sin goles, sin triunfo y con tres futbolistas menos (cuatro si se suma a Driussi) para definir su futuro en el Mundial de Clubes frente a Inter. Un empate le alcanzará para clasificarse, pero campea la incertidumbre.
Así están las posiciones
Lo mejor del partido
Igualó 0-0 frente a Monterrey y definirá en la última fecha su pase a octavos de final del Mundial de Clubes Fútbol
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