Compañía​

Una de las escenas más terribles de Underground, la película que Emir Kusturica estrenó en 1995, es la del bombardeo a un zoológico. No hay espacio aquí para mencionar todos los temas que el director abordó en ese film monumental, pero algo es claro: si quería mostrar la muerte, el sinsentido, el horror de una y todas las guerras, lo logró al recrear el pánico de seres sobre los que se abate un infierno que no entienden y los supera de manera radical. Quien tomó esta foto hizo una operación no igual, pero en algún modo cercana a la del cineasta serbio. Registró, en primer plano, la belleza rotunda de un gato callejero. La clave de la imagen, no obstante, está en las manos que lo sostienen: pertenecen a Sara Murad, de 19 años, una de las tantas desplazadas por el desastre en curso en Gaza. Uno y otro, el animal y la muchacha, padecen la misma catástrofe e intentan una misma, silenciosa, compañía.

​ Una de las escenas más terribles de Underground, la película que Emir Kusturica estrenó en 1995, es la del bombardeo a un zoológico. No hay espacio aquí para mencionar todos los temas que el director abordó en ese film monumental, pero algo es claro: si quería mostrar la muerte, el sinsentido, el horror de una y todas las guerras, lo logró al recrear el pánico de seres sobre los que se abate un infierno que no entienden y los supera de manera radical. Quien tomó esta foto hizo una operación no igual, pero en algún modo cercana a la del cineasta serbio. Registró, en primer plano, la belleza rotunda de un gato callejero. La clave de la imagen, no obstante, está en las manos que lo sostienen: pertenecen a Sara Murad, de 19 años, una de las tantas desplazadas por el desastre en curso en Gaza. Uno y otro, el animal y la muchacha, padecen la misma catástrofe e intentan una misma, silenciosa, compañía.  Cultura 

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