Cómo entrar al mundo crypto sin caer en estafas

En el universo financiero actual, las criptomonedas dejaron de ser una curiosidad tecnológica para convertirse en un tema recurrente en las conversaciones sobre ahorro, inversión y futuro. Lo que comenzó como un experimento informático hace poco más de una década hoy mueve miles de millones de dólares, despierta entusiasmo, genera dudas y redefine el modo en que entendemos el valor.
En este segundo capítulo de Finanzas Estratégicas, dos referentes del ecosistema cripto Diego Martín Díaz, Head of Payments & Crypto, y Andrés Weisz, Head of Treasury & Trading – Crypto & Fiat en Lemon Cash, ayudan a entender qué hay detrás de las monedas digitales, cómo se usan, y por qué podrían convertirse en una pieza central del sistema financiero que viene.
Aunque el término se popularizó rápidamente, no todos saben qué es realmente una criptomoneda. Lejos de ser solo una “moneda virtual”, se trata de un código informático que representa valor dentro de una red descentralizada. Como explica Diego Martín Díaz, “la criptomoneda es un código, un contrato inteligente —lo que llamamos smart contract— que se representa en blockchain y tiene distintos usos. Bitcoin, Ethereum, las stablecoins o incluso las memecoins son ejemplos diferentes de esa misma lógica”.
Bitcoin fue la primera y más conocida, y su estructura marcó el camino: su oferta total es limitada. “Desde su génesis se estableció que habría 21 millones de bitcoins, que se van liberando a medida que se minan los bloques. Esa cantidad es inalterable, y esa escasez es parte del valor que le da el mercado”, agrega Díaz.
Sin embargo, en sus inicios, Bitcoin fue visto principalmente como un activo financiero especulativo. Hoy, su rol empieza a asemejarse al de una reserva de valor. “Incluso algunos lo llaman el ‘oro digital’”, apunta Díaz. “Cada vez más tesorerías de bancos y empresas evalúan tener Bitcoin dentro de su cartera como resguardo”.
Pero ¿pueden las criptomonedas reemplazar al dinero tradicional? Para Andrés Weisz, la respuesta es clara: “No creo que lo reemplace. Son dos rieles distintos. Cripto tiene soluciones que están buenas para algunos usos, y el sistema financiero tradicional seguirá existiendo. Lo que sí veremos es una integración cada vez mayor entre ambos mundos.”
Qué diferencia del dinero tradicional de las criptomonedas
En este sentido, el dinero que usamos a diario depende de las decisiones de los gobiernos y de los bancos centrales, que pueden emitir más billetes y modificar su valor. En cambio, las criptomonedas funcionan con reglas preprogramadas. “El dinero tradicional es maleable. Está sujeto a la disponibilidad del gobierno de turno y a metas que pueden dejar de cumplirse. En cambio, en Bitcoin la emisión está fijada desde el principio. No puede alterarse”, explica Díaz.
Para Weisz, además del control de la emisión, hay otro aspecto clave: la independencia. “Bitcoin te permite no depender de un banco ni de un gobierno. Nadie puede frenar una transacción ni congelar tus fondos. Es un sistema financiero alternativo, sin censura y disponible las 24 horas”.
En relación al valor de la criptomoneda, a diferencia de una acción, que representa una parte de una empresa, o del oro, que tiene existencia física, este dinero digital basa su valor en la tecnología y la confianza de la comunidad. “El respaldo no es un bono ni una moneda. Es la infraestructura: los rieles sobre los que se están construyendo los nuevos servicios financieros. Cada vez más instituciones están invirtiendo en esa red. Esa es la confianza que sostiene su valor”, señala Díaz.
Weisz añade que Bitcoin aporta diversificación a las carteras porque “su valor surge de la escasez y de una lógica distinta al sistema tradicional. Mientras las monedas nacionales pueden devaluarse, Bitcoin promete ser una red sin control central y con emisión limitada”.
Para que todo esto sea posible, detrás de cada criptomoneda hay una estructura tecnológica llamada blockchain, una cadena de bloques donde se registran todas las transacciones. “Lo que se graba en blockchain se concatena uno tras otro, generando una cadena inmutable de información”, explica Díaz. “Esa transparencia permite ver desde el primer bloque hasta el último, lo que la hace auditable y trazable. En un futuro cercano dejaremos de hablar de criptomonedas y hablaremos directamente de blockchain”.
Cómo comprar y comenzar a invertir en criptomonedas
Entrar al mundo cripto es más fácil de lo que parece. Hoy existen plataformas habilitadas para comprar y custodiar monedas digitales de manera segura. “Podés descargar una billetera como Lemon, transferir pesos y comprar tus primeras criptomonedas al instante”, detalla Weisz. “También existen alternativas dentro del mercado tradicional, como activos que replican el precio de Bitcoin en pesos”.
Díaz resalta la importancia de hacerlo de forma segura: “Antes de invertir, hay que verificar que la billetera o el exchange estén registrados ante la Comisión Nacional de Valores. Y siempre informarse en fuentes oficiales: si querés saber sobre Ethereum, andá a Ethereum.org, no a un hilo de Twitter”.
Para quienes buscan estabilidad, Weisz recomienda comenzar con monedas estables: “Un dólar virtual o stablecoin tiene un valor similar al dólar tradicional, pero permite transferencias instantáneas, generar rendimiento y operar sin volatilidad. Es la puerta de entrada más sencilla”.
A pesar de ser la más popular, el universo cripto no se limita a Bitcoin. Ethereum, por ejemplo, tiene un rol diferente: “Bitcoin fue pensado como una reserva de valor, mientras que Ethereum es como los rieles del nuevo sistema financiero. Muchos bancos y servicios están construyendo su infraestructura sobre esa red”, explica Díaz.
También existen las memecoins, monedas creadas por comunidades online, muchas veces con un tono humorístico, y las stablecoins, diseñadas para mantener su valor estable al estar respaldadas por activos reales como bonos del Tesoro estadounidense.
La volatilidad es una de las características más mencionadas del mercado crypto. Sin embargo, no todas las monedas se comportan igual. “Las stablecoins tienen respaldo y estabilidad; Bitcoin y Ethereum dependen más del mercado y de su adopción”, aclara Weisz.
En Argentina, el ecosistema está en plena evolución. “Todavía no hay una regulación sobre los activos en sí, sino sobre las empresas que los ofrecen. Existen registros oficiales, como el de Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (PSAV), que ordenan y profesionalizan el mercado”, explica Díaz.
Weisz suma que la regulación “empieza a abrir puertas”: “Hoy se puede capitalizar una sociedad con cripto o declarar activos digitales en un blanqueo. Es un paso hacia la institucionalización del sector”.
Seguridad y custodia: cómo proteger tus activos
Una de las principales inquietudes de quienes se inician en el mundo cripto es cómo resguardar sus monedas. Existen distintos tipos de billeteras o wallets, cada una con su nivel de seguridad. “Las ‘frías’ son dispositivos físicos, como un pendrive, que se conectan para acceder a los fondos. Funcionan como una caja de seguridad personal. Las ‘calientes’, en cambio, están conectadas a Internet y son más cómodas, pero también más expuestas”, explica Díaz.
Weisz aclara que la elección depende del perfil del usuario: “Las billeteras frías son más seguras pero menos prácticas. Las calientes son más fáciles de usar, aunque implican mayor riesgo. En ambos casos, la custodia es tuya: si perdés la clave, no hay forma de recuperarla”. Una alternativa para principiantes son los exchanges regulados, donde la custodia queda en manos de la empresa y se puede recuperar el acceso si se olvida la contraseña.
A su vez, la masificación del mercado también trajo aparejadas estafas y esquemas piramidales. Díaz señala dos señales de alerta: “Primero, desconfiar de promesas de rentabilidad imposible. Si alguien te ofrece 10% diario en dólares, no es real. Segundo, operar siempre en plataformas reguladas. Las estafas no aparecen en exchanges oficiales”.
También advierte sobre la complejidad como señal de riesgo: “Si alguien te pide transferir a direcciones desconocidas o el proceso parece enrevesado, probablemente no sea seguro”.
Criptomonedas y futuro
Lejos de ser una moda pasajera, las criptomonedas parecen consolidarse como una capa más del sistema financiero. “Bitcoin no depende de ningún gobierno ni de las decisiones de un banco central. Es una red que funciona las 24 horas, sin intermediarios y sin fronteras”, resume Weisz.
Para Díaz, la clave está en entender la tecnología: “Si comprendés cómo funciona y te interesa, las criptomonedas son para vos. Es el sistema financiero del futuro.”
Weisz coincide: “No se trata de volcar todos los ahorros, sino de diversificar. Tener una parte en monedas estables, algo en Bitcoin o Ethereum, y asegurarse de hacerlo en plataformas seguras. Es una forma de sumarse a la evolución del dinero”.
En el segundo capítulo de Finanzas Estratégicas explicamos cómo iniciarse en el mundo crypto, entender qué hay detrás de las monedas digitales y evitar caer en estafas o errores comunes al invertir Economía
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