Christian Gray, el maestro de escuela que marcó para Auckland City el empate ante Boca​

La figura de Christian Gray (28) se volvió el centro la escena este martes tras convertir el gol del empate para Auckland City ante Boca Juniors en la tercera fecha del grupo C del Mundial de Clubes. El defensor, que forma parte de un plantel que vive de otras profesiones ya que la liga neozelandesa es amateur, marcó de cabeza tras un tiro de esquina desde la derecha, en el arranque del segundo tiempo, en el estadio Geodis Park de Nashville.

Gray nació el 29 de noviembre de 1996 en Gisborne, Nueva Zelanda. Es integrante del Auckland City desde 2022. Además de jugar al fútbol, trabaja como docente. Da clases en la Mount Roskill Intermediate School, una escuela intermedia en Auckland, y también colabora en una escuela primaria de la ciudad. Su padre, Rodger Gray, dirigió la selección nacional de Nueva Zelanda y ahora supervisa la seguridad del club.

52′ AUCKLAND CITY SCORE THEIR FIRST GOAL OF THE FIFA CLUB WORLD CUP!!! 🇳🇿

Watch the @FIFACWC | June 14 – July 13 | Every Game | Free | https://t.co/i0K4eUtwwb | #FIFACWC #TakeItToTheWorld #AKLBOC pic.twitter.com/a9AHuYcJzR

— DAZN Football (@DAZNFootball) June 24, 2025

El tanto de Gray frente al conjunto de Miguel Ángel Russo, que quedó fuera de competencia tras la victoria de Benfica ante Bayern Múnich, es el primero -y probablemente el último- del equipo en el torneo. El Xeneize, que había empezado ganando, se vio sorprendido por la reacción del conjunto neozelandés, que logró el empate parcial antes de que el partido se suspendiera varios minutos ante amenazas de tormentas.

Como detalló LA NACION, todos los futbolistas del multicampeón de Oceanía se entrenan por las noches y viven, en realidad, de otra cosa. Uno trabaja en el depósito de una fábrica manejando un toro mecánico, otro es asesor comercial en una empresa de herramientas para la construcción, hay un agente inmobiliario y hasta un peluquero. Cada uno de ellos juegan por amor a la camiseta y por el orgullo de representar a su nación.

Todo en Auckland City funciona distinto. La Federación de Nueva Zelanda impuso un tope salarial para mantener el espíritu amateur: ningún jugador puede cobrar más de 150 dólares neozelandeses por semana – 90 dólares estadounidenses-. A cambio, los clubes ofrecen alguna ayuda menor, como cubrir la cuota del gimnasio o la nafta. En Auckland ni siquiera hace eso. Si el equipo juega lejos, el club paga el vuelo y la comida. Nada más.

En ese marco, los jugadores viven sus carreras deportivas con una rutina difícil de sostener en el tiempo. En abril, Auckland viajó a las Islas Salomón para disputar la Champions de Oceanía. Muchos de sus referentes no pudieron estar. No por lesiones ni decisiones tácticas. Simplemente, no les dieron permiso en el trabajo.

Entre los ausentes estuvieron el capitán Mario Illich, el goleador Angus Kilkolly, el zaguero Alfie Rogers y el extremo Regont Murati. Cuatro titulares. Cuatro historias. Algunos habían agotado sus días de vacaciones. Otros eligieron guardarse el tiempo para poder estar en el Mundial de Clubes.

Antes, cuando el torneo se resolvía en dos semanas, era posible combinar las fechas con el calendario laboral. Pero el nuevo formato, con más equipos y más días de competencia, volvió todo más complejo. En Auckland, muchos jefes fueron comprensivos. Otros no tanto. Hubo jugadores que se animaron a pedir favores. Otros apelaron a colegas. Algunos enviaron correos formales, y otros pidieron permiso casi de rodillas.

Noticia en desarrollo

​ El defensor da clases en la Mount Roskill Intermediate School y colabora también en una escuela primaria; como la liga es amateur, la mayoría de sus compañeros del plantel también vive de otras profesiones  Fútbol 

Leave a Comment

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *