Carne sobre espadas al fuego: el origen del plato más famoso de Medio Oriente y dónde probarlo en la ciudad
Hace tiempo que el shawarma, ese arrollado de carne sazonada y cocida en un asador vertical, conquistó los paladares porteños. Originado en Medio Oriente y traído a la Argentina por inmigrantes de países como Siria y El Líbano, este plato encontró en las calles de Buenos Aires un terreno fértil para transformarse en una opción popular de comida rápida, apreciada tanto por su sabor como por su practicidad. Hoy, se erige como un símbolo de diversidad cultural que trasciende generaciones.
Aunque el shawarma tiene raíces profundas en el mundo árabe, su historia se remonta a Anatolia, región clave del antiguo Imperio Otomano y hoy parte de Turquía. Allí nació el döner kebab, una innovación culinaria que revolucionó la forma de cocinar carne en un asador vertical giratorio. Este método permitió lograr un cocido uniforme, conservando la jugosidad de los cortes y resaltando su sabor natural.
El término “shawarma” proviene del turco çevirme, que significa “girar”, en referencia al mecanismo que da vueltas a la carne mientras se cocina. Sin embargo, esta técnica tiene antecedentes aún más antiguos: los guerreros otomanos solían asar carne en espadas largas sobre el fuego en sus campamentos, logrando una cocción lenta que mantenía la carne tierna y aromática. Con el tiempo, este método fue adoptado y perfeccionado en las cocinas urbanas, convirtiéndose en una tradición culinaria que se expandió por todo Medio Oriente.
El shawarma no tardó en cruzar fronteras y adaptarse a los paladares locales. En Turquía, el döner kebab se acompaña de yogur, pan lavash y ensaladas frescas, mientras que en el mundo árabe se complementa con especias como el comino, el pimentón y salsas icónicas como el tahini y la de ajo. Grecia transformó esta receta en el gyro, servido con tzatziki y pan pita, mientras que en México, los inmigrantes libaneses crearon el taco árabe, que más tarde derivó en los populares tacos al pastor, marinados con achiote y servidos con piña.
En cada región, el shawarma adquirió una identidad única, respetando sus raíces pero adaptándose a los ingredientes y gustos locales. Su versatilidad es una de las claves de su éxito: puede prepararse con carne de cordero, pollo, vaca o cerdo, y servirse como sándwich, plato principal o incluso en versiones vegetarianas con falafel.
El shawarma porteño: tradición con un toque local
En Buenos Aires, el shawarma encontró su lugar gracias a la comunidad árabe, que lo introdujo en restaurantes familiares y puestos callejeros. Su autenticidad y frescura lo convirtieron rápidamente en un favorito entre los porteños, quienes lo disfrutan en pan pita, acompañado de vegetales frescos, encurtidos y salsas como el hummus y el tahini. Además, las versiones locales han incorporado toques creativos, como variantes con salsa picante o adaptaciones vegetarianas.
Hoy, ese arrollado de carne marinada es un clásico de la gastronomía porteña que se disfruta en barrios como Palermo, Villa Devoto y Belgrano, donde la influencia árabe se siente en cada bocado. Desde pequeños locales hasta cadenas más grandes, el shawarma continúa evolucionando, ganando adeptos y manteniendo viva la conexión cultural que lo trajo a estas tierras. A continuación, cinco restaurantes donde se puede probar un auténtico shawarma.
Al Árabe
También en el barrio de Palermo, Al Árabe se destaca por su ambiente acogedor y su menú variado. Este lugar es famoso por su shawarma de pollo, carne o mixto, disponible en tamaño regular o XL. Muchos lo describen como “el mejor shawarma de Buenos Aires”. Además, se pueden disfrutar otros platos típicos de Medio Oriente.
Shawarma Al Árabe
Al Rawshe
En frente del Jardín Botánico, está Al Rawshe, se destaca por ofrecer los sabores más auténticos de la cocina libanesa. Con el Chef Ali Wehbi a la cabeza, cada plato es una obra de arte. El shawarma es una delicia. Pero eso no es todo, el menú de Al Rawshe es extenso y variado. También ofrecen un “mixed grill” con shish tawouk, shish kebab y brochette de carne, acompañado de hummus y papas fritas. Y para los amantes de los sándwiches, el Tabliet Ali, con shish taouk, papas fritas, coleslaw, pickles, tomate y salsa de ajo, es imperdible.
Shawarma Al Amir
Con dos sucursales en Belgrano, Shawarma Al Amir es conocido por sus porciones generosas y precios accesibles. Acá, el shawarma de cordero o pollo se cocina en un asador vertical, garantizando una carne jugosa y bien condimentada. Además del shawarma, ofrecen falafel, hummus y fatays. De postre, la baklawa y el griwech, dulces tradicionales que completan la experiencia.
Al Zein
En la esquina de Ortega y Gasset y Arce, Al Zein ofrece una de las experiencias más recomendadas de shawarma en Buenos Aires. El ambiente decorado con detalles de Medio Oriente complementa perfectamente los sabores de sus platos. El shawarma al spiedo es la estrella, pero también se puede disfrutar de hummus, mtapbal y tabulé. Tiene sucursales.
Farid
Finalmente, en Villa Devoto, está Farid, un restaurante que ofrece una experiencia gastronómica muy concurrida. Con una carta que combina platos tradicionales con un toque creativo, Farid se destaca por su shawarma y otros platos como el halloumi con chutney de dátiles y el combo shawarma más papas harra con chimichurri turco. La ambientación acogedora y la música árabe crean un ambiente perfecto para disfrutar de una comida ancestral.
El shawarma es una comida callejera, versátil como pocas y famosa por sus lonjas de carne marinada cocinadas lentamente que le da un sabor único con un exterior crujiente y un interior tierno Qué sale?
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