Autoexcluido de la mesa política, Santiago Caputo mantiene influencia en la gestión y busca sostener el veto jubilatorio

Santiago Caputo empezó la semana pasada fuera de la mesa política del Gobierno, que se juntó el lunes, y de la que participaba asiduamente junto a la secretaria General de Presidencia, Karina Milei; su subsecretario de Gestión Institucional y persona de máxima confianza, Eduardo “Lule” Menem; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos; su segundo, Lisandro Catalán y el titular de la Cámara Baja, Martín Menem.
Fue, según reconstruyó LA NACION, una suerte de “auto exclusión” decidida por Caputo, luego de diferencias que crecieron y se hicieron cada vez más públicas en las últimas semanas alrededor de las estrategias electorales en diferentes provincias. En especial con los Menem, ambos de extrema confianza de la hermana presidencial.
Más allá de esa salida y de las diferencias alrededor del tema, en la Casa Rosada aseguraron que Caputo, que este viernes cumplió 40 y recibió la visita de sus más leales en el Salón Martín Fierro, “no se corre de la gestión”, y recalcaron que solo lo hizo de los cierres electorales en las provincias, donde se registraron las mayores diferencias.
Desde allí también apuntaron que sigue dedicado a convalidar la marca LLA en las elecciones nacionales de octubre próximo. “Lo que más le interesa al Presidente”, reafirmaron en la Casa Rosada y agregaron: “Para un Congreso cada vez más violeta”, con el objetivo de poder avanzar con las denominadas “reformas de segunda generación” que la administración libertaria piensa para los próximos dos años de gestión.
“Santiago es el estratega político del Presidente y creyó que los acuerdos que se estaban haciendo complican la estrategia general”, dijo un exégeta del asesor que agregó que cree que los arreglos que se vinieron dando complicaron el escenario legislativo.
Pese a haberse corrido estos días de alta tensión de la escena central con los mandatarios provinciales, en las últimas semanas Caputo habría mantenido contacto con algunos gobernadores en semanas anteriores. “Él sigue escuchando a todos”, dijeron. Y en el corazón libertario dieron por hecho que en lo inmediato creen que se involucrará en la búsqueda de los votos que se necesitarán para sostener el veto presidencial e impedir el aumento jubilatorio.
Es un desafío en el que buscarán confluir los diferentes interlocutores con los gobernadores y los legisladores. En la Casa Rosada distintas fuentes consultadas consideraron que los votos “estarán”, y no lo ven complejo de conseguir, pese a lo que evidenció la votación y las acusaciones públicas del mandatario a los gobernadores, a quienes responsabilizó por querer destruir la gestión. También están quienes consideran que ante la situación que afronta, el Gobierno no puede darse el lujo de no usar al 100% todas sus cartas.
En esa línea aclaran: “No es que Santiago sea el salvador de nada, pero no hay margen para que no se pongan todos. Hay que poner toda la carne al asador”.
Mientras que en las filas libertarias se dividen las voces y algunos arriesgan que la grieta que se abrió esta semana con la autoexclusión de Caputo de la mesa chica no hará sino acrecentarse, otros lo acotan solo a ese tema. “Santiago y Karina quieren lo mejor para el Presidente y cada uno lo sabe”, dijo una fuente al tanto de la dinámica interna y que conoce a ambas partes.
En las últimas semanas trascendió en la Casa Rosada que quien sucederá a Manuel Adorni al frente del área de Comunicación será su segundo, Javier Lanari. Ambos son “100% Karina” y el hecho de que esa sucesión haya comenzado a trascender es visto por buena parte del Gobierno como la firme decisión de la funcionaria de mantener ese área bajo su ala y evitar avances de Caputo allí. Otros creen que esos compartimentos se mantienen sin búsqueda de avances y solo se trata de reafirmar áreas.
Sin embargo, por lo pronto, nadie advierte que vaya a haber cambios en el esquema más cercano al Presidente. “El triángulo es el triángulo”, dice un hombre que conoce la dinámica presidencial. En ese esquema siempre se hizo una diferencia: “Karina y Javier son accionistas del triángulo y Santiago no. Él es un gerente. Siempre lo tuvo claro y está bien con eso”, aseguran.
Se ausentó de una reunión el lunes, por las diferencias en las estrategias con los Menem; la mira en las elecciones nacionales y el rol en el Congreso Política
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