La Cámara de Energía Oscura (DECam) del Observatorio Cerro Tololo, en Chile, capturó imágenes infrarrojas, con una gran nitidez, de una extraordinaria figura visual en el cosmos, denominada “La Mano de Dios”. Esta nueva observación evidenció lo que representaría una mano extendida hacia el cosmos, que brota desde el polvo espacial.

Situada a unos 1300 años luz de distancia, en la constelación de Puppis, se trata de un cúmulo cometario, también conocido por las siglas “CG 4″. A través de un comunicado del Laboratorio Nacional de Investigación de Astronomía Óptica-Infrarroja (Noirlab), quienes dieron a conocer las fotografías, explicaron que el mismo presenta una formación turbia; el sector superior tiene unos 1,5 años luz de diámetro y el inferior unos ocho años luz de largo. Además, ha sido objeto de estudio y admiración durante décadas.

Cabe destacar que constituye una subclase de las nebulosas oscuras que se conocen como “glóbulos de Bok”, un tipo de nube oscura de gas y polvo cósmico, de la cual, en muchas ocasiones, generan un desprendimiento de material que crea una especie de colas y que se extienden por el espacio.

Según la información proporcionada en el comunicado desde DECam, el pilar con figura de una mano que sobresale está compuesto de grupos densos de material y, por lo tanto, es más resistente a la erosión, a pesar de que las nubes de gas que la rodean se han desvanecido. Este fenómeno celeste se presenta en medio de la Nebulosa de las Gomas, una extensión interestelar de gas de hidrógeno incandescente que abarca 35 grados.

El origen de “La mano de Dios”: un espectáculo galáctico

Según Europa Press, la historia de “la mano de Dios” se remonta desde 1976, cuando un grupo de científicos halló una nebulosa con forma de extremidad, a partir de imágenes obtenidas con el Telescopio Schmidt de Reino Unido en Australia.

Desde aquel instante, en muchos países se la asoció popularmente con la reconocida “mano de Dios”. Sin embargo, su nombre oficial es “la mano cósmica” y su “legajo” de estudio es PSR B1509-58.

Si bien no se conoce con precisión el mecanismo por el cual estos objetos adquieren su aspecto característico, los astrónomos que realizaron el descubrimiento compartieron dos nociones sobre sus orígenes.

La primera es que pudieron corresponder a nebulosas esféricas, como la Nebulosa del Anillo. “Posteriormente, fueron afectadas por una explosión de supernova cercana, posiblemente la explosión original que creó la Nebulosa de Gum”, detallaron en el estudio citado.

En tanto, el segundo planteo intuye que los glóbulos cometarios están formados por una combinación de vientos estelares y de presión de radiación proveniente de estrellas masivas calientes y cercanas. “De hecho, todos los glóbulos cometarios encontrados dentro de la Nebulosa Gum parecen tener colas que se alejan del centro de la nebulosa, que es donde se encuentran el Remanente de Supernova Vela y el Púlsar de Vela. Este último consiste en una estrella de neutrones que gira a gran velocidad y que se formó luego del colapso de una estrella masiva, y es posible que sus vientos estelares y su presión de radiación estén dando forma a los glóbulos cercanos”, explicaron.

¿Qué es una nebulosa en el espacio y por qué se llaman “guarderías de estrellas”?

De acuerdo con la NASA, una nebulosa es una nube gigante de polvo y gas en el espacio. Muchas provienen del gas y el polvo expulsados por la explosión de una estrella moribunda, como una supernova.

Otras, en tanto, son regiones donde comienzan a formarse nuevas estrellas. Por este motivo, se denominan “guarderías de estrellas”. Los astrónomos utilizan telescopios con tecnologías potentes para capturar fotografías de nebulosas lejanas. Son capaces de detectar luz infrarroja a resoluciones sin precedentes y revelan objetos que no pueden verse al utilizar el espectro visible en los telescopios ópticos.

​ Se trata de un glóbulo cometario conocido como CG 4; la captura la consiguió la Cámara de Energía Oscura del Observatorio desde el Cerro Tololo, Chile  Estados Unidos