Así y todo, la infancia​

Cierto que no faltan historiadores (el más conocido probablemente sea Philippe Ariès) que tomaron a la infancia, esa “invención” de la modernidad, como objeto o prisma para estudiar las diversas etapas históricas. Tampoco faltan recopilaciones en la línea de ¡Y todavía dibujan!, publicada originalmente en 1938 en Nueva York con prólogo de Aldous Huxley, que reunía dibujos realizados por chicos durante la Guerra Civil Española. Pero nos sigue faltando el relevamiento –puntilloso, descarnado, erudito– de los modos con que cada niño, en cada época y rincón de la Tierra, se las arregló para seguir siendo niño aun en medio del desastre. En esta foto, dos pequeños sirios juegan junto a los restos de una ciudad devastada por la furia bélica: necesitamos la historia de cuánto de tanta herida, en toda generación y lugar, nos fue truncando un mejor modo de estar en este mundo.

​ Cierto que no faltan historiadores (el más conocido probablemente sea Philippe Ariès) que tomaron a la infancia, esa “invención” de la modernidad, como objeto o prisma para estudiar las diversas etapas históricas. Tampoco faltan recopilaciones en la línea de ¡Y todavía dibujan!, publicada originalmente en 1938 en Nueva York con prólogo de Aldous Huxley, que reunía dibujos realizados por chicos durante la Guerra Civil Española. Pero nos sigue faltando el relevamiento –puntilloso, descarnado, erudito– de los modos con que cada niño, en cada época y rincón de la Tierra, se las arregló para seguir siendo niño aun en medio del desastre. En esta foto, dos pequeños sirios juegan junto a los restos de una ciudad devastada por la furia bélica: necesitamos la historia de cuánto de tanta herida, en toda generación y lugar, nos fue truncando un mejor modo de estar en este mundo.  Cultura 

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