Arqueólogos aseguran que están a punto de hallar la cámara secreta donde ocurrió la Última Cena​

Medio Oriente conserva una serie de importantes reliquias religiosas que se consideran sagradas para algunos fieles, según la fe que profesen. Desde el cristianismo, miles de sus adeptos se reúnen a diario en una de las cámaras públicas de una antigua iglesia en Israel, en la que por siglos se creyó que allí tuvo lugar la famosa Última Cena. Este hecho, que se menciona en la Biblia, le quitó el sueño a varios arqueólogos durante años y ahora irán en busca de confirmar si esa construcción cobijó a Jesús y a sus 12 apóstoles antes de la crucifixión

Esta escena del libro religioso más vendido en todo el mundo describe a Jesús y a sus apóstoles en la noche previa a su condena. En ella, compartieron un momento de reflexión en la que se despidieron y por la que cada uno tuvo un ordenamiento particular. Incluso, fue en ese momento cuando les advirtió de su final y de la traición de Judas.

Los fieles creen que esto ocurrió en el Cenáculo de una casa de piedra caliza con dos plantas y con un techo inclinado de color rojo. Esta misma está en Jerusalén y soportó más de 2000 años intacta. En la actualidad forma parte de una iglesia católica y es un punto de interés en la ruta de la crucifixión de Jesús.

¿Por qué esta edificación y no otra?

Gracias a registros documentales y de arte que datan el siglo IV d.C en los que se mencionó y graficó la casa, es que se señaló como el punto justo en donde el hijo de María y José habría vivido sus últimas horas de libertad antes de recibir el castigo de Poncio Pilato. Originalmente, el Cenáculo fue un lugar de oración con capacidad para 120 personas.

En la Biblia, en el pasaje Lucas 22:11-13, se describe aquella habitación que solicitó Jesús, con muebles y un espacio grande para que todos entren. Esta misma está en las afueras de Jerusalén, en Sión. Asimismo, los griegos ortodoxos en el 560 d.C descubrieron un mapa antiguo de la ciudad, en la que se marcó el Cenáculo como ya existente. A ello, se le sumó una pintura del siglo IV d.C en la que se graficó a Jesús y a sus discípulos en una visita por el sitio con esta estructura al fondo.

A pesar de las referencias, los arqueólogos no han podido excavar el suelo del Cenáculo para entender si el edificio ya existía antes de la crucifixión. Según explicó el medio británico DailyMail, hubo diferentes intentos por estudiar las inmediaciones y el interior de la construcción, pero todo resultó en vano.

En 2019, la Autoridad de Antigüedades de Israel escaneó con láser diferentes muestras de pintura en las que se incluyó al Cenáculo, con el fin de crear un prototipo de cómo se vería el edificio en la actualidad. Al mismo tiempo intentaron estudiar los muros internos del sitio de oración, pero la oscuridad y las constantes remodelaciones no dejaron avanzar a los expertos.

No obstante, se espera que gracias a los diferentes registros existentes, archivos históricos y un permiso especial, se pueda avanzar en una siguiente investigación arqueológica. Con expediciones superficiales no se halló nada interesante que pueda confirmar que el Cenáculo sirvió realmente como el refugio para la Última Cena.

En ese contexto, en una entrevista que ofreció a Fox News, Amit Re’em, arqueólogo del distrito de Jerusalén y perteneciente al organismo estatal, señaló que hay una forma de proseguir: “Necesitábamos descifrar los símbolos antiguos”. Y concluyó: “Espero que tal vez en el futuro tengamos la oportunidad de realizar una investigación arqueológica clásica a pequeña escala”.

​ Tras 2000 años, un equipo de expedición israelí se encaminó a confirmar si una de las construcciones antiguas, que permanece aún intacta, fue la casa donde Jesucristo tuvo su encuentro final con los 12 apóstoles  En las redes 

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