Añadir un poco de vinagre o jugo de limón al agua cuando hervís huevos facilita la cocción

El huevo es un alimento básico en la dieta mundial, apreciado por su versatilidad y valor nutricional. Una de las formas más prácticas de prepararlo es mediante cocción en agua, un método rápido y saludable. Pero si alguna vez te han recomendado agregar vinagre o jugo de limón al agua, aquí te explicamos por qué este pequeño truco marca la diferencia.
El huevo está compuesto principalmente por agua (88%) y proteínas (11%). Al calentarse, estas proteínas se desnaturalizan: chocan entre sí y con las moléculas de agua, lo que hace que la clara pase de ser transparente a opaca y firme. Sin embargo, durante la cocción pueden surgir inconvenientes, como grietas en la cáscara que arruinan el resultado.
El papel del vinagre (o jugo de limón): un “seguro” contra fugas
El vinagre (con un 3-5% de ácido acético) actúa como aliado en dos situaciones clave:
1. Sella grietas al instante: si el huevo se agrieta, el ácido coagula las proteínas de la clara, creando un “tapón” que evita que el contenido se filtre al agua.
2. Facilita el pelado: al debilitar levemente la membrana interna de la cáscara, el huevo se pela con mayor facilidad tras la cocción.
Cómo hervir huevos perfectos (con vinagre o jugo de limón)
1. Usá huevos frescos y a temperatura ambiente (evitá cambios bruscos de temperatura).
2. Sumergilos en agua fría con 1 cucharada de vinagre por litro (blanco o de manzana, por su sabor neutro).
3. Herví durante 10 minutos desde el primer hervor.
4. Sumergilos en agua helada para detener la cocción y pelar con facilidad.
El vinagre o jugo de limón no altera el sabor del huevo, por lo que es ideal para cualquier receta. Este método es especialmente útil para huevos pasados por agua, duros o incluso para preparar huevos pochados (donde el vinagre es esencial).
El truco que es utilizado desde hace mucho porque no solo facilita la cocción, sino que también sella grietas cuando la cáscara se rompe Lifestyle
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