Alejandra Locomotra Oliveras: la emotiva despedida a en la Legislatura de Santa Fe

SANTA FE DE LA VERA CRUZ.– “Ella me ayudó”, fue la frase concisa y directa, que más se repetió en la fila de más de dos cuadras, donde unas 300 personas esperaban durante la tarde del martes entrar a la Legislatura santafesina, donde en el centro del salón estaba el féretro de Alejandra “Locomotora” Oliveras. No fue una multitud a despedirla, pero las personas que asistieron, más allá de un puñado de dirigentes políticos, expresaban una gratitud sentida hacia la ex boxeadora que murió tras estar diez días internada luego de sufrir un ACV.
El velorio, que fue más temprano e íntimo, entre un pequeño grupo de familiares, se vio afectado por una medida inesperada: la justicia federal decidió suspender la cremación del cuerpo de Locomotora hasta que se realice una autopsia, por solicitud de un deportista que pidió, a través de su abogada, que se verifique la causa de la muerte de Oliveras. Las dudas planteadas pasan por una operación estética que Locomotora se realizó semanas antes de sufrir el grave ACV.
En su mayoría quienes pasaron por el edificio legislativo eran mujeres, muchas de ellas, acompañadas por sus hijos y que, según expresaron, se sintieron identificadas con la vida de Oliveras. La “ayuda” a la que se referían no era material, en muchos casos, sino “una manera de encarar la vida”, como resumió Sandra Aguirre, una vecina del barrio Yapeyú, zona histórica de la ciudad de Santa Fe, atravesada por la pobreza. “Ella enseñaba a luchar no solo en el ring, sino también en la vida, en cada mañana en que uno tiene que levantarse”, agregó.
La raigambre en los sectores populares le valió a Oliveras un lugar en la política en la última etapa de su vida.
El 14 de julio pasado Locomotora debía asumir como convencional constituyente de la provincia, pero el repentino ACV la llevó a la guardia del hospital Cullen, de Santa Fe, donde quedó internada en grave estado y no logró salir de ese grave cuadro, hasta que falleció este lunes. Nunca pudo jurar como convencional, una paradoja para una mujer que forjó su trayectoria en un deporte duro, tras atravesar una vida cargada de momentos difíciles.
La clase política de Santa Fe la miraba de reojo y a pesar de que ella comenzó a incursionar en el plano electoral en 2021, recién dos años después logró obtener una suma importante de votos. Algunos dirigentes, como la expanelista de TV Amalia Granata, señalaron que Oliveras logró ser electa con el apoyo del gobernador Maximiliano Pullaro, que necesitaba sus votos para la reelección en el cargo. Pullaro concurrió a la Legislatura, junto a otros dirigentes, para despedir a la convencional electa.
Por fuera del plano político, Locomotora fue una boxeadora que logró penetrar con su carisma en los sectores más vulnerables, y sobre todo durante la pandemia, cuando salió con un grupo de deportistas de su gimnasio y familiares a ayudar a la gente más necesitada. Una parte de ese sector social, que se identificaba con esta mujer de 47 años, asistió a la Legislatura a despedirla.
Teresa Canelo, empleada doméstica de 50 años, fue una de las primeras en ingresar al recinto. “La conocí en la pandemia, cuando ella distribuía alimentos en Santo Tomé, donde vivo. Era una mujer extraordinaria, de la cual aprendí mucho. Ella decía que hay que levantarse y luchar. Yo lo hago todos los días. Tengo cuatro hijos, como ella”, sostuvo la mujer, que esperó en la puerta hasta que abrieran la Legislatura de Santa Fe. Junto a Teresa estaba el folclorista Orlando Vera Cruz, que se emocionó al recordar a la mujer fallecida. Hace unas semanas lo visitó en San Javier, donde vive, el director técnico de la selección argentina de fútbol, Lionel Scaloni, que es fanático de sus poesías y canciones.
Marisol, hermana de Alejandra Oliveras, pidió respeto en la despedida a la ex boxeadora y ofreció un breve pero profundo testimonio al salir de la sala velatoria en Santa Fe, antes de que los restos fueron trasladados a la Legislatura. “Solamente quiero que la recuerden como un símbolo de lucha. Nada más”, expresó la hermana menor de Locomotora al ser consultada por los medios sobre cómo quería que su hermana quedara en la memoria de la gente. Quebrada en la voz por la emoción, agregó: “Con mucho amor”.
La gente que concurrió a la sede del parlamento provincial cumplió a rajatabla el pedido de la hermana de Alejandro. Hubo en el ambiente un respeto sentido, que nadie quebró.
María José Rodríguez, del club Centenario, recordó que Oliveras la ayudó a refaccionar el gimnasio. “Ella nunca se olvidó de nosotros, y cuando pudo nos ayudó”, afirmó la mujer, que admitió que sus cuatro hijos faltaron al colegio para ir a la Legislatura a despedir a la ex boxeadora. Los chicos portaban carteles hechos por ellos con frases como “Locomotora, sos el ejemplo. A luchar”.
Saúl Sicurella, entrenador de boxes, recordó con mucho cariño y dolor a Oliveras. Concurrió al homenaje con sus alumnos de un gimnasio que recibió asistencia de la celebridad. “Ella nos dejó todos los insumos del gimnasio y así pudimos arrancar. Su ayuda fue invalorable”, aseguró Sicurella, a cuyo gimnasio de Santo Tomé concurren 35 deportistas. “Ella nos dejó el amor y las ganas de luchar”, dijo.
El gimnasio de Sicurella tiene un nombre coreano, “Byeong Jin do”, que significa, según el, “el verdadero camino del guerrero”. En ese lugar, que fue fundado por Locomotora, los chicos se entrenan para salir de la realidad dura que atreviesa su barrio de Santo Tomé. Las remeras que los visten tienen el dibujo de un puño y una locomotora. “El boxeador dice su verdad a través de los puños”, apuntó Saúl, y contó que ese fue uno de los aprendizajes de esa mujer que falleció a los 47 años tras una larga trayectoria deportiva y logró meterse en el corazón de la gente que necesitaba levantarse de la lona.
Testimonios movilizadores entre las 300 personas que concurrieron al homenaje a la excampeona que murió a los 47 años Boxeo
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