¿Ahora sí se comprarán dólares? Cinco preguntas que dejaron las medidas anunciadas por el gobierno de Milei​

El Gobierno logró lo impensado: cambiar la dinámica. Si el domingo se podía esperar para este lunes más de la “carnicería” vivida la semana pasada en el mercado, las medidas diseñadas por el equipo económico y las señales recibidas desde EE.UU. torcieron, por ahora, las expectativas. No es un logro menor en momentos en que los agentes económicos perdían la confianza. Esto no implica que, para quienes siguen la economía argentina, se haya llegado a la solución definitiva ni mucho menos.

Hasta este domingo, luego de la derrota en la provincia de Buenos Aires y los reveses en el Congreso, las opciones que se le abrían al Poder Ejecutivo en medio del tembladeral con la venta de reservas -US$1110 millones en tres días- eran desarmar el esquema de bandas de flotación y volver a poner un cepo o dejar flotar al dólar. La primera devolvería una brecha cambiaria intransitable camino a octubre y eliminaría de un plumazo el track-record acumulado por el equipo económico. La segunda opción, con un probable overshooting, devolvería la inflación, aquel flagelo que Milei había prometido erradicar. El Gobierno se oponía a los dos caminos.

La eliminación transitoria de las retenciones ayuda a sumar dólares ya ante la escasa oferta que se verificaba en el mercado cambiario. El hilo de cuatro poderosos posteos en X del secretario del Tesoro, Scott Bessent, dando su respaldo a la Argentina para garantizar el pago de la deuda era la señal política necesaria y dice, sólo dice: los dólares están. El riesgo país y el dólar se calmaron. El campo adelantará la entrega de sus divisas; Donald Trump y el FMI sostendrán a Milei.

Así, el Gobierno puede mantener el rumbo hasta el 26 de octubre, aunque una pregunta que se abre es si conviene o no hacerlo. Dependerá del resultado electoral si puede o no –las chances juegan en contra- volver al mercado voluntario en el primer trimestre, como preveía.

En el Ministerio de Economía que conduce Luis Caputo –autor de las medidas- siguen creyendo que el problema es político y responde a la “ingobernabilidad” que provoca la oposición. Los fundamentos de la economía, para el ministro, son potentes: superávit fiscal, saldo comercial positivo, base monetaria amplia fija y chica con relación al PBI, un BCRA “recapitalizado”, menos licitaciones previstas, desregulación, apertura comercial y una inflación “controlada”. La confianza en ese camino la dejó explícitamente ratificada el director de la entidad monetaria Federico Furiase el último viernes negro.

Sin embargo, esas variables no alcanzaron y se debió recurrir a los anuncios. Los primeros resultados en el mercado dicen que el equipo económico habría logrado balizar un camino a octubre menos pedregoso, aire para llegar sin crisis financiera a los comicios .

Con las liquidaciones esperadas del campo, tras la eliminación transitoria de retenciones, ¿comprarán dólares? “Sigue el programa tal cual está”, contó una importante fuente oficial a LA NACION. Se estima entonces que el Banco Central (BCRA) no comprará reservas hasta que llegue al piso de la banda ($947,17). Sí, en cambio, podría hacerlo en bloque el Tesoro si es que el tipo de cambio, explicó hombre que sigue de cerca las decisiones oficiales, se acerca a un valor de “indiferencia” para los precios en las góndolas. Este especialista ubicó ese precio en $1350. No habría margen, por el alto el riesgo país (pese a que bajó), para volver a la opción del Bonte para hacerse de divisas. Muchos en el mercado cuestionaron que el Gobierno no comprara dólares tras el acuerdo con el Fondo Monetario y en medio de la cosecha gruesa. Eso, estimaron los analistas, puso un piso a la baja del riesgo país.

¿Cómo se absorberá el costo fiscal de las medidas? Economía no dio el número, pero los analistas privados estimaron en entre US$1000 millones y US$1500 millones el costo fiscal que tendrá la baja de retenciones a todos los granos y la carne. Para este año, el Gobierno habría prometido al Fondo Monetario Internacional (FMI) un superávit este año de 1,6% del producto (lo aumentó frente al 1,3% del PBI estampado en el staff report por el temor global que había generado la guerra comercial de Trump). En los primeros ocho meses del año se registró un superávit primario de aproximadamente 1,3% del PIB y un superávit financiero de 0,4% del PIB, según Caputo. Esos números deberán ser recalculados. El Ministerio de Economía no informó cómo recuperará ingresos en una economía amesetada o qué gastos cortará.

¿Habrá un impacto en la inflación de la baja de retenciones? “No te va a afectar mucho septiembre, porque son pocos días. Pero sí en octubre. La eliminación, aunque sea transitoria, puede tener un impacto en precios de alimentos y dejarte en un nivel de 2% y pico”, contó Lorenzo Sigaut Gravina, de Equilibra. “Esto juega a partir de la última semana de septiembre, así que va a impactar en el IPC de octubre, pero debería hacerlo en aceites, en farináceos, que tienen su peso en el Indec”, dijo Gabriel Caamaño. “Lo vamos a ver recién en octubre, después de las elecciones, aunque va a ser acotado, porque es una eliminación transitoria”, agregó, pero cuestionó las “distorsiones” que medidas como la que tomó el Gobierno genera en la cadena.

¿Qué ocurrirá con los pesos que queden sueltos tras las ventas de los productores o las liquidaciones de los exportadores? Con cepo cambiario, subía la brecha, pero estos actores no se comían reservas porque se hacían de dólares financieros o informales luego de liquidar o vender. Sin embargo, sin cepo, podrían –si no se quedan en pesos con una tasa elevada para hacer carry trade, algo que en el contexto actual es inverosímil- acceder a su homebanking y sacarle divisas al Banco Central. En el Gobierno no respondieron a las dudas de LA NACION. “Está prohibido”, clarificaron, en tanto, en una agroexportadora. Esas firmas tienen prohibición “total” de acceder al mercado de cambios, aclararon. Sin embargo, ellos entregan pesos a los productores y ellos sí, por caso, “podrían volver a comprar dólares” en el MULC.

¿Tiene condicionalidades el apoyo de los Estados Unidos? En el Gobierno festejaron la medida. “Ya tenemos asegurado el roll-over”, dijeron sobre los vencimientos de enero y julio, que llegan casi a los US$9000 millones. “De concretarse este préstamo, se gastará mal, como todo el financiamiento vía deuda externa de los últimos 200 años. Al país le quedará más deuda externa sin incrementar la capacidad productiva, sin que haya más y mejor trabajo, para beneficiar a un gobierno con un modelo agotado”, escribió el exministro Martín Guzmán en un posteo en X en el que habla de “condiciones opacas” que tendría el préstamo, que no tiene número final, ofrecido por el gobierno de Estados Unidos. Milei, en cambio, habló de “apoyo incondicional” en el tuit en el que le agradeció directamente al secretario del Tesoro, Scott Bessent. El Fondo de Estabilización suma US$219.460 millones. Bessent podría ofrecer un swap, la compra de bonos soberanos por parte de ese Fondo y, como última opción, la compra de pesos.

“Esta no sería la primera vez que ocurre en la Argentina: México, Brasil y la Argentina fueron, los mayores prestatarios entre 1980 y 1994. Hubo préstamos a México por US$3000 millones de dólares, US$2100 millones para Brasil y US$1700 para la Argentina. Todos los giros se reembolsaron en un plazo de seis meses”, contó días atrás el economista Santiago Bulat. ¿Las condicionalidades? “México [para un crédito mayor] tuvo que garantizar los préstamos con ingresos futuros de la petrolera PEMEX, depositando sus ganancias por exportación de crudo en una cuenta colateral a favor del Tesoro”, contó. A Sudán, por caso, le pidieron reformas económicas que apuntaban a la estabilización y una mayor transparencia financiera.

​ El oficialismo logró revertir, por el momento, la sangría que venía sufriendo en el mercado, pero dejó algunas incógnitas abiertas que quedan sin responder  Economía 

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