Adiós al sueño americano: son chilenos, viven en California hace 36 años y se autodeportan por miedo al ICE​

José y Claudia abandonaron su Chile natal a fines de la década de la década de 1980. Huyeron con sus pequeñas hijas de la dictadura de Augusto Pinochet y se instalaron en Estados Unidos. Tras 36 años en California, ahora planean marcharse de ese país. Es que la idea de ser detenidos por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) los aterra, por lo que se irán antes de que esa posibilidad se vuelva una certeza. “Tenemos mucho miedo”, comentaron.

De Chile a California: la historia de una familia que huyó de la dictadura de Pinochet

La pareja, que pidió identificarse como Claudia y José por temor a brindar sus nombres reales, le contó a Independent que se instalaron en el Valle de Coachella junto a sus pequeñas hijas, Alejandra e Inés (también nombres ficticios), tras escapar de la dictadura en Chile. En el sur de California encontraron una comunidad de migrantes latinos que los ayudó a adaptarse al exilio. “Había chilenos, peruanos, mexicanos, muchos cubanos”, recordó Inés.

Por su parte, José consiguió un empleo como instalador de sistemas de filtración de agua, mientras que Claudia empezó a trabajar como mesera en distintos restaurantes. Aunque lograron cierta estabilidad, debieron enfrentar una serie de limitaciones por su estatus migratorio irregular.

Pese a no tener papeles, José y Claudia pagaron impuestos durante toda su estancia. Desde 1989, el Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés) habilitó a personas sin número de Seguro Social a cumplir con sus obligaciones tributarias a través del Número de Identificación Personal del Contribuyente (ITIN, por sus siglas en inglés). Esto permitió que millones de inmigrantes sin estatus legal aportaran a la recaudación.

Hoy la situación de José y Claudia es más crítica. Ambos enfrentan problemas de salud que requieren medicación diaria: él tiene diabetes y ella, artritis reumatoide. Ambos deben costear sus tratamientos por su cuenta.

Durante años recurrieron a planes de Obamacare, pero al cumplir 65 años quedaron excluidos. Los ciudadanos estadounidenses en su lugar acceden a Medicare, pero ellos no califican por ser indocumentados. “Pasamos tantos años aquí pagando impuestos”, se quejó José.

Su miedo a las redadas del ICE y a morir por falta de tratamiento médico en un centro de detención

A sus problemas de salud, se le sumó el endurecimiento de las políticas migratorias. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca impulsó el aumento de las redadas del ICE en todo Estados Unidos, por lo que Claudia y José se vieron obligaron a salir lo menos posible de su casa.

“Le dimos tanto a este país. Trabajamos muy duro toda nuestra vida aquí. Así que no es justo que vivamos con este miedo”, reflexionó José, quien agregó que viven pendientes de las noticias, que solo son “cosas negativas”.

Una de las situaciones que más los atemoriza es la posibilidad de que uno de ellos sea arrestado y que mientras esté bajo custodia no reciba los tratamientos médicos que necesita. “Podemos morir”, señaló la mujer. “No les importa si tienes medicamentos o no. No te dicen adónde vas, simplemente te arrestan y te retienen. Eso nos da mucho, mucho miedo. Mi esposo y yo tenemos mucho miedo”, enfatizó.

La decisión de autodeportarse de Estados Unidos: “Es duro”

La pareja había planeado iniciar un trámite de ciudadanía, ya que una de sus hijas se había casado con un estadounidense y se había naturalizado. El próximo paso era que ella los patrocinara.

Sin embargo, descartaron esta posibilidad por los riesgos que implicaba presentarse ante las autoridades y la cantidad de migrantes detenidos en citas de rutina. En lugar de eso, tomaron una decisión drástica: dejar Estados Unidos y dirigirse a otro país.

Además, contrataron un abogado de inmigración para que los acompañe hasta el avión en Los Ángeles y evitar cualquier tipo de complicación en el aeropuerto. Saben que no será fácil empezar de nuevo en otro lugar. “Es difícil despedirse de todo y empezar a pensar en otra cultura a esta edad… es duro”, lamentó José.

​ Una pareja chilena que vive en California desde hace 36 años decidió autodeportarse por miedo al ICE, tras décadas de trabajo y aporte en Estados Unidos.  California 

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