Furor en el mundo: es productor y siembra 3000 hectáreas de un cultivo que hace volar a los aviones​

En los últimos años está cobrando difusión el cultivo de Brassica carinata, una oleaginosa para uso industrial que puede alcanzar precios del orden de 540 dólares por tonelada, con colocación asegurada. En el mundo se usa para combustible para los aviones.

Además de la elevada cotización, otras ventajas del cultivo son contribuir a la diversificación de la rotación, mejorar la aireación del suelo gracias a su raíz pivotante y dejar los lotes limpios para el cultivo siguiente.

Matías Ayerza cultiva 3000 hectáreas de carinata en campos arrendados de Entre Ríos, desde Sauce de Luna al norte hasta Gualeguaychú al sur. “La siembra comienza en abril y puede extenderse hasta los primeros días de mayo. No conviene atrasarse, ya que la carinata es sensible a las heladas en sus primeros estadios, antes de alcanzar el estado de roseta, que ocurre aproximadamente a los 30 días de la emergencia”, aconseja el empresario.

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La implantación temprana resulta particularmente importante en lotes con abundante rastrojo, donde pueden producirse mayores daños por bajas temperaturas. Normalmente, Ayerza incorpora carinata luego de la cosecha de maíz temprano. Utiliza dos híbridos: NJ400, que se puede sembrar hasta el 25 de abril, y NJ350, que permite la implantación hasta del 10 de mayo. El costo de la semilla es de 4,5 dólares por kilo y se debe alcanzar una densidad del orden de 3,5 kilos por hectárea en siembras tempranas y de 4,5 a 5 en tardías.

Durante la siembra se aplican fertilizantes, básicamente a base de fósforo y azufre. Una vez establecido el cultivo, se puede agregar una combinación de azufre y nitrógeno, que no debe superar los 80 kilos por hectárea, a fin de cumplir con buenas prácticas productivas.

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La siembra se realiza con máquina para granos finos. Generalmente se utiliza un herbicida preemergente -trifluralina líquida para evitar el desarrollo de malezas- aunque la carinata compite bien con aquellas porque cubre rápido el entresurco. Puede ser necesario aplicar haloxifop ante escapes de gramíneas.

El insecto más peligroso para el cultivo es la Plutella xyllostella (gusano del repollo), que se alimenta de los brotes en estado de roseta y exige pulverización con insecticidas de la familia de diamidas antranílicas. En años muy lluviosos puede ser necesario aplicar algún fungicida a base de epiconazol para combatir Phoma.

En Entre Ríos, el ciclo de la carinata es similar al del trigo. A la cosecha, Ayerza ha obtenido rindes de 18 quintales por hectárea durante varios años. Este rendimiento debe multiplicarse por el precio, que puede alcanzar los 540 dólares por tonelada, que guardan relación con las cotización del Matif (mercado de colza en Francia).

La cosecha no presenta grandes complicaciones, dado que la semilla es de tamaño mayor al de la colza. No obstante, es necesario verificar la hermeticidad de los camiones para evitar pérdidas por hendijas de las cajas. Generalmente la maduración es uniforme y no se observa gran dehiscencia, por lo cual el cultivo puede esperar para ser trillado. Solo en algunos casos hay que aplicar desecantes.

La cosecha es directa y las condiciones de entrega exigen un contenido de humedad del 9% como base, con una tolerancia de hasta el 14%. Ayerza señala que las máquinas con cabezal Draper pueden presentar ventajas sobre las demás, al entregar el material de manera más pareja al embocador.

La comercialización se realiza a través de Nuseed, que mantiene un convenio con otra empresa que exporta el grano desde el puerto de San Pedro, sin realizar la molienda en la Argentina. Nuseed compra toda la producción y, en destino, los granos son industrializados para producir combustible para aviones. Luego de la cosecha, el siguiente cultivo puede enfrentar el escollo de tallos gruesos y erectos, lo que puede exigir la pasada de una rastra diamante o la colocación de alambres delante de los cuerpos de siembra del siguiente cultivo, para voltear los tallos secos en pie.

Ventajas

Según Ayerza, las ventajas de la carinata son múltiples. En primer lugar, permite incluir un nuevo cultivo en la rotación, que genera un ingreso importante en diciembre, que se combina con el de la soja de segunda y dan lugar a un muy buen resultado económico. También posibilita la intensificación de los sistemas agrícolas, ya que no reemplaza al trigo sino que ocupa un espacio diferente, por ejemplo, a los pocos días de la cosecha de maíces tempranos, lo que contribuye a diversificar los riesgos que enfrenta el productor.

Otra ventaja es que, en zonas muy lluviosas como Entre Ríos, el trigo puede ser fácilmente atacado por Fusarium, patógeno que no afecta a la carinata. Asimismo, presenta menores riesgos ante heladas tardías que podrían perjudicar al trigo, dado que posee varias oleadas de floración y de formación de silicuas, lo que le permite recuperarse luego de sufrir temperaturas extremas durante algunos días.

En la Estación Experimental Obispo Colombres de Tucumán han trabajado varios años con carinata. En un reciente informe se señala que “la carinata es un cultivo invernal cuyas semillas no han sido modificadas genéticamente; produce granos que contienen aproximadamente un 48 % de aceite, que puede transformarse en combustible para uso aeronáutico”. Requiere suelos con buena fertilidad y drenaje, bien provistos de nitrógeno, fósforo y potasio.

De manera similar a la colza, en la estación observaron que la carinata posee un sistema radical vigoroso que le permite explorar las napas freáticas más profundas del suelo. También advierten que “es sensible a las heladas desde la germinación hasta el estado de roseta, que ocurre a los 30 días posteriores a la emergencia. A partir de esa etapa, adquiere resistencia a las bajas temperaturas”.

En la madurez, la planta puede alcanzar entre 1,20 y 1,70 metros de altura, de acuerdo a las condiciones climáticas del año y a la fertilidad del suelo. Las flores son de color amarillo y el fruto es una silicua (una especie de vaina) con mayor resistencia al desgrane en comparación con la de colza. Las semillas, de color castaño claro, son de mayor tamaño que las de la colza y presentan un peso de 1000 semillas de entre 5 y 6 gramos.

Generalmente, la comercialización se realiza bajo contrato. El precio de la cosecha se determina considerando como referencia el mercado de la colza en Francia, al cual se agregan bonificaciones por el uso moderado de fertilizantes nitrogenados, por la aplicación de abonos orgánicos (como cama de pollo) y otras prácticas que reduzcan el impacto ambiental.

​ Matías Ayerza produce carinata en campos arrendados de Entre Ríos, desde Sauce de Luna al norte hasta Gualeguaychú al sur; es una oleaginosa invernal con grandes ventajas  Campo 

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