Savarino estalló contra Makintach: “Miente, engaña y armó un documental sin autorización del tribunal”
LA PLATA.– “Yo quiero dejar bien en claro que lo que pasó en el juicio por Maradona no pasó nunca en la historia del Poder Judicial de la Argentina. Fue responsabilidad de la jueza Makintach. Es una mala persona, miente, engaña”, declaró Maximiliano Savarino, integrante del Tribunal N°3 de San Isidro, durante el jury en contra de su colega, con la que compartió estrado durante el proceso anulado, precisamente, cuando se conoció que la magistrada era la protagonista central del documental Justicia divina, que se filmaba durante las audiencias, aunque no estaba permitido.
A esa declaración ante el Jurado de Enjuiciamiento a Magistrados y Funcionarios bonaerense le siguieron otras igual de contundentes: Julieta “Makintach nos engañó. Si hubiese tenido un acompañamiento como corresponde, la causa hubiera terminado y tendríamos veredicto. Pero ella recurrió al engaño: nos dijo ‘no se preocupen, me estaban filmando a mí, es algo personal’”, aseveró el testigo.
La declaración duró más de dos horas y en reiteradas oportunidades incluyó fuertes cargos contra su colega. “Antes del debate, Makintach nos dijo que quería subrogar en el tribunal porque necesitaba la plata, porque al esposo le habían robado. Mencionó que tenía una empresa de transportes. Lo repitió dos veces”, dijo Savarino, que por momentos se mostró sumamente ofuscado.
Tras insistir con que la jueza engañó al tribunal para autorizar la filmación del documental, Savarino enfatizó: “Ella armó un documental con la amiga y yo le escribí a la Cámara para decir que no podía seguir interviniendo más”.
Savarino recordó que su tribunal tenía una vacante y que para el juicio por la muerte de Maradona ese lugar lo ocupó Makintach por orden de la Cámara Departamental de San Isidro. Agregó que desde que asumió hubo múltiples discusiones. “Ella quería ir a la casa donde murió Maradona. Para el documental… Nosotros le dijimos que no”.
El testigo expuso diversos altercados previos al comienzo del juicio: “Hubo dos problemas por la sala de audiencias. Makintach le gritó al juez [Pablo Adrián] Rolón, del Tribunal N°5, le faltó el respeto y lo prepoteó. Luego le hicieron un sumario a Rolón”. Y también citó: “Hubo otro problema antes del juicio, el 11 de marzo. Makintach manifestó su oposición a que se cambie [la fecha de] inicio del debate”.
“Yo le puse un freno a Makintach porque generaba conflictos: ‘no vas a tener el primer voto, no vas a tener la dirección del tribunal y no vas a subrogar más’”, enumeró.
Por momentos Makintach mostró dificultades para mantener la compostura: les pedía a sus defensores que preguntaran, negaba con la cabeza lo que decía Savarino o hablaba casi encima del testigo por lo bajo.
El jury fue seguido con atención por la presidenta de la Suprema Corte de Justicia, Hilda Kogan, y los miembros del jurado, asistidos por el secretario permanente de enjuiciamiento, Ulises Giménez.
Durante todo el testimonio, el magistrado enfatizó que el documental nunca fue autorizado: “Nosotros habíamos dado la orden a todos los empleados de que no trascendiera nada. Había fotos, había autopsia… Además, había carteles en la sala de debate que decían ‘prohibido filmar’”, señaló.
En diversos momentos de la exposición, los miembros del jurado debieron pedirle al testigo que se calmara. La jueza Kogan tuvo que pedirle, incluso, que fuera concreto en sus respuestas.
El magistrado afirmó: “Uno, como juez titular de un tribunal, se enteró de que una jueza hacía eso. Nosotros de inmediato avisamos al Subsecretario de Comunicación de la Suprema Corte. No sabíamos que grababa el camarógrafo de Makintach. Nos enteramos después. Ella estaba haciendo un juicio paralelo”.
Durante la audiencia, Savarino expresó, además, que Makintach llegó a pedir a sus pares el adelanto de sus votos sobre la sentencia para incluir en el documental Justicia divina. El juez afirmó que se negó.
Todo lo relativo a los intercambios de mensajes entre funcionarios de distintos cuerpos del Poder Judicial llamó la atención del resto de las partes en este proceso.
“Fue llamativo que no se hiciera lugar al pedido de la acusación para que el juez precise de qué nombres de tribunales, de Cámara de Casación o de la Suprema Corte se valió Makintach para ejercer la presión que se denunció”, dijo, una vez concluida la testimonial de Savarino, Milagros Grassi, abogada de la acusación en representación de Julio Coria, excustodio de Maradona que en el fallido juicio fue fugazmente detenido por presunto falso testimonio.
Los periodistas en la sala
Tras desistir la acusación del testimonio de la jueza Verónica Di Tommaso –que integra el tribunal 3 con Savarino–, declaró la periodista Victoria De Masi, que cubrió el juicio para Diario Ar. Comenzó: “Advertí la presencia una cámara. Me llamó la atención porque había carteles de prohibido filmar. No relacioné con quién trabajaba” ese camarógrafo.
“Antes de que arrancara el juicio yo tenía el dato de que había una productora interesada en hacer ‘algo’; a medida que pasaban las audiencias nos llamó la atención la presencia de ‘alguien’ que nunca se acercaba al grupo de trabajo de periodistas. Un día me acerqué, le ofrecí un mate y me dijo que era un escritor muy fanático de Maradona, que estaba haciendo algo para una productora”, relató. Luego supieron que se trataba de Juan Manuel Demilio y María Lía Vidal Aleman.
“Yo hablé luego con Makintach; negó el documental. ‘No hay contrato, no hay productora, no hay plata’”, le dijo. También señaló que tanto Netflix como la BBC habían desistido de hacer un documental.
A continuación declararon los abogados Rodolfo Baqué y Fabián Améndola. Este último dijo que vio facturas, pero que no estaban a nombre de la jueza.
La defensa pidió que Makintach vuelva a declarar y la presidencia del jurado denegó el pedido.
Las audiencias que tienen lugar en un subsuelo del Senado continuarán esta semana y la semana que viene se podría conocer el veredicto que decidirá su Makintach sigue siendo jueza o si es destituida.
Durante todo el testimonio, el magistrado enfatizó que el documental nunca estuvo autorizado y que su colega estaba haciendo “un juicio paralelo” Seguridad


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