Femicidio en Chaco. “Que no hayan más Cecilia”, la dramática declaración de la abuela de la joven asesinada​

RESISTENCIA, Chaco (De una enviada especial).– Mercedes Valois Flores y Gloria Romero, abuela y madre de Cecilia Strzyzowski, fueron las primeras en declarar en el juicio contra el clan Sena. Tras más de dos años de espera, las mujeres pidieron justicia ante el jurado que definirá la culpabilidad de los acusados.

Habían solicitado declarar sin la presencia de los Sena. Las autoridades judiciales decidieron que los trasladarían a una habitación contigua pero finalmente, retiraron a los siete acusados de la sala. La primera en declarar fue Mercedes, con quien Cecilia vivía. Su testimonio duró una hora. “[Los Sena] Tenían varios departamentos en el centro, pero no se lo quisieron dar porque no la querían a Cecilia”, dijo Mercedes y precisó que la pareja se mudó con ella luego de casarse.

César y Cecilia estuvieron casados apenas cuatro días. Ninguno de los Sena fue al casamiento, y esa misma noche, según la familia, César no durmió con Cecilia. Su madre lo habría mandado a buscar. Mercedes relató la última vez que vio a su nieta, que se despidió porque se iría de viaje a Ushuaia. Ambas contaron que Marcela Acuña, su suegra, le habría conseguido a la pareja un trabajo en “planificación” en el gobierno, por el que les pagarían $350.000 a cada uno y les darían una vivienda.

Recordó que Cecilia presentía que se iba a morir. “Me abrazó fuerte para despedirse y me dijo: ‘Se va a desintegrar el avión y no me van a encontrar nunca, ni a mí, ni al avión. En ese viaje me voy a morir”, contó su abuela. Luego detalló los días posteriores en los que intentaron comunicarse con ella, y creen que era César quien le contestaba. Reconoció nuevamente los objetos quemados que encontraron de Cecilia, un dije que le había regalado su hermana y su anillo de compromiso.

Dijo que le llamó la atención que César “siempre andaba armado” y que tiempo después halló un chaleco antibalas en su placard. “Espero justicia por mi nieta y por todos los desaparecidos en democracia. Que no haya nunca más una Cecilia”, cerró mirando al jurado.

Después fue el turno de Gloria, quien durante toda su declaración sostuvo un rosario y estuvo acompañada por su psicóloga. Debieron interrumpir su declaración varias veces, le acercaron un vaso de agua y pañuelos. Declararon en el Centro de Estudios Judiciales de esta ciudad en una audiencia cerrada. A la prensa le prohibieron ingresar al lugar.

La opción que habilitó la jueza y la Oficina de Juicio por Jurados fue seguirlo a través de una transmisión cerrada en el auditorio del Superior Tribunal de Justicia de la provincia, a unas seis cuadras. No permiten ingresar con computadoras, celulares ni agua. Apenas con un cuaderno para tomar notas.

A su madre también le pidieron que detallara la última vez que vio a Cecilia y cómo fueron los días posteriores. “Se hizo tarde y ella al final no pudo despedirse. No le pude dar un abrazo”, dijo antes de quebrarse. “Le mandaba mensajes y no me contestaba. Me parecía muy raro que no posteara nada”, agregó.

Relató que se enteró de su desaparición por la advertencia de dos hombres de Investigaciones que le pidieron que hiciera la denuncia. “Me dijeron que una persona del barrio Emerenciano escuchó que algo raro le había pasado a Cecilia. Ellos me fueron guiando. Me dijeron que le pidiera una prueba de vida”, relató.

Luego se explayó sobre la relación de su hija. “César no me gustaba porque había salido de Tinder y porque era piquetero. Después de una gran pelea, yo le dije: ‘él o yo’, y ella me contestó: ‘Mami, me voy a casar’. Me decía que era grande y que era su vida”. También habló del mal vínculo con su suegra, Marcela Acuña.

“A la semana, la madre le pidió a César el divorcio. Sé que él tenía una herencia de una abuela que solo podía cobrar si estaba soltero. Marcela le ofreció plata a Cecilia, y yo le decía que sí, que se divorciara. Yo quería que se divorciara”, sostuvo.

Ambas coincidieron en que César había bromeado antes sobre la chanchería. “Cuando él tomaba un poco, empezaba a hablar. Una vez, en un asado, dijo: ‘Nosotros sabemos hacer desaparecer gente. Les armamos un viajecito y los tiramos a los chanchos”, contó Mercedes.

A su turno, Gloria dijo: “Lo que pasaba con él era que terminaba de decir una frase y te decía: ‘¿te la creíste?’. Entonces nunca sabías”. Y agregó que César habría hablado de “un crimen perfecto”: “Se los das a los chanchos y después los quemás”. Pasadas las 17, decidieron pasar a un cuarto intermedio hasta el lunes, cuando deberá terminar de declarar Gloria.

​ Junto con la madre, Gloria Romero, fueron las primeras testigos del juicio contra el clan Sena, reconstruyeron ante el jurado los últimos días de Cecilia y las tensiones con su marido y su suegra  Sociedad 

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