Estaban en plena expedición en bicicleta cuando un llanto los hizo frenar, tomar una decisión y cambiar de rumbo​

Ya no queda ninguna duda de que los perros son símbolo de fidelidad y compañía incondicional, razón por la cual, junto a los gatos, se convirtieron en los animales preferidos para integrar los hogares. En esta ocasión, una historia conmovió a todos desde el primer instante: dos deportistas que realizaban una expedición en bicicleta se cruzaron con unos ladridos en el camino, un encuentro inesperado que terminó transformando por completo sus vidas.

Los protagonistas de este relato son Nicolás Pradilla y su entrenador, Héctor Ramírez, quienes estaban en la recta final de una expedición ciclista de tres días por Colombia. En medio del trayecto decidieron improvisar y tomar un desvío por un camino más complejo, con la intención de enfrentar una exigente subida de 40 kilómetros. Fue en ese escenario, rodeados de naturaleza, cuando un inesperado sonido los obligó a detenerse. “A mitad de la subida, Héctor escuchó unos ruidos que parecían pájaros”, contó Pradilla al blog The Dodo, y sumó: “Cuando miramos hacia abajo, vimos dos cachorros abandonados”.

Pradilla y su entrenador no podían creer lo que veían: dos cachorros, cubiertos de tierra y escondidos entre la maleza, luchaban por sobrevivir en soledad. Sin pensarlo demasiado, decidieron rescatarlos a pesar de las dificultades que implicaba el trayecto que aún les quedaba por delante. “Decidimos llevárnoslos de inmediato, aunque aún nos quedaba una buena subida y más de seis horas de viaje”, relató Pradilla, y sumó: “Héctor tomó a uno primero y se lo metió debajo de la camisa, y luego me pasó al otro”.

De un rescate improvisado a una adopción que cambió sus vidas

Con los perritos refugiados bajo las camisas de los ciclistas, el grupo retomó el camino con la firme decisión de llegar juntos hasta el final de la expedición. Al principio, la idea era encontrarles un hogar donde pudieran recibir cuidados, pero al concluir el recorrido, la conexión que habían forjado en tan poco tiempo resultó imposible de romper. Debido a esto, los ciclistas, conmovidos por la experiencia, entendieron que aquellos cachorros ya habían encontrado a su familia definitiva.

“La idea inicial era ayudarlos y encontrarles un hogar”, contó Pradilla, aunque admitió: “Después de tenerlos allí más de seis horas, decidimos cuidarlos nosotros”. Así fue como Héctor reclamó al cachorro que llevaba bajo su camisa, al que llamó Remi, mientras Pradilla se quedó con Tinto, nombrado en honor al famoso café de Colombia.

Por lo que dieron a conocer, los pequeños se adaptaron de inmediato a sus nuevos hogares, generando cambios positivos en la vida de sus padres adoptivos. Pradilla, que hasta entonces vivía con su familia, decidió mudarse solo para poder compartir un espacio propio con Tinto, asegurando que ambos tuvieran una convivencia independiente y tranquila. “Todo el proceso de buscar casa también fue maravilloso para mí”, aseguró, además de que admitió: “No solo él encontró casa, sino que yo también”.

Actualmente, ya pasaron un par de meses desde aquel encuentro que cambió sus vidas, y a Remi y Tinto se los puede ver más felices que nunca. Aunque Tinto todavía se está recuperando de su desparasitación y aún no pudo disfrutar de tantas aventuras, ya se nota su entusiasmo por volver a las bicicletas junto a su papá. “Ya estamos planeando un paseo y revivir esos momentos”, aseguró Pradilla, dejando en claro que esta historia apenas comienza.

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