Fórmula 1: Max Verstappen sumó una gran victoria en Austin y el RB21 ahora asusta a McLaren

Tres victorias y dos segundos puestos en grandes premios, y un triunfo en Sprint Race, es la estadística que presenta Max Verstappen (Red Bull Racing), desde que retornó la temporada de la Fórmula 1, tras el receso. Los 119 puntos que cosechó el neerlandés en cinco fechas asustan, devuelven al tetracampeón a la batalla por el título, y el resurgir del rendimiento del modelo RB21 provoca preocupación en McLaren, la escudería que se coronó en el Mundial de Constructores seis fechas antes del desenlace del calendario, pero que dejó de trazar estrategias para contener la pulseada entre sus dos espadas, Oscar Piastri y Lando Norris, porque la presencia de MadMax ahora también inquieta en Woking.
El aplastante fin de semana de Verstappen en el Gran Premio de los Estados Unidos, donde firmó la pole para las dos carreras, en las que más tarde tuvo su marca como vencedor, resalta la recuperación del garaje de Milton Keynes, que pasó del estallido tras el despido del histórico líder Christian Horner –ganador de ocho coronas de pilotos y seis de Constructores- a retomar el rumbo bajo el mando de Laurent Mekies.
Un nuevo escenario ofrece el Gran Circo, donde Piastri y Norris, que buscan la primera conquista, ofrecen equivocaciones y maniobras críticas –como el accidente que protagonizaron en la Curva 1 en la Sprint Race de Austin, que dejó a ambos fuera de carrera-, mientras que la experiencia del neerlandés, que sabe de definiciones dramáticas, como la de 2021, con Lewis Hamilton, agiganta su figura en el último tramo del campeonato, y mientras avanza observa de reojo el comportamiento nervioso de aquellos que eran candidatos sin rivales y ahora se ven ensombrecidos y con actuaciones irregulares.
En los gestos corporales se observan los momentos que transitan Piastri, Norris y Verstappen –el cuarto piloto con posibilidades matemáticas de conquistar el título es George Russell (Mercedes)- y se puede medir la actualidad de los pilotos. Después de celebrar sobre el auto, MadMax corrió hacia donde estaba sus mecánicos y se lanzó sobre ellos, por encima de la valla de contención. Ahí también estaba su padre Jos y Helmut Marko, el asesor de Red Bull Racing y el único integrante de quienes fundaron el equipo que sigue en su posición.
Saludos, sonrisas, rostros felices, después de un comienzo de año en donde la pesadumbre dominaba. Los números avalan el cambio, cómo descomprimió el ambiente el movimiento de Mekies por Horner y las tareas sobre el RB21: MadMax ganó dos veces en los 14 episodios iniciales y tres en los últimos cinco. Norris caminó hacia la zona del pesaje desanimado y Piastri demoró en abandonar la butaca en el parque cerrado.
La victoria número 68 de Verstappen, el tercer piloto con más triunfos en la F.1, por detrás de Hamilton (105) y Michael Schumacher (91), una muestra de que RBR continuó desarrollando el modelo RB21 a diferencia de McLaren, que determinó enfocarse en el próximo año, donde el reglamento técnico tendrá un cambio radical. Un nuevo piso, que debutó en Monza, y actualizaciones como el alerón que el equipo llevó a Singapur son señales de las tareas que se realizaron en Milton Keynes.
Pero no es todo. Un cambio de modelo de trabajo: la correlación entre el mundo virtual, con las simulaciones, y lo que se exponía en la pista retrasó a RBR, que ahora se apoya más en las sensaciones del piloto y las opiniones y los datos que tienen los ingenieros. “Una filosofía diferente”, comentó Verstappen, acerca del sorprendente avance que lo catapulta a ilusionarse con una remontada histórica para llegar al final del año con posibilidades de ser campeón.
La carrera en Austin era un enorme desafío para Verstappen y RBR, una advertencia que Mekies puso sobre la mesa, después de Singapur. “En Zandvoort fuimos aniquilados por McLaren”, relató el ingeniero francés, en retrospectiva de los rendimientos de los autos color papaya y los de Milton Keynes en Países Bajos y lo que se presentaría en Austin. Las curvas de media y alta velocidad fueron un déficit que el equipo corrigió para no ser arrasado y vencer con amplitud en los Estados Unidos. “Tenemos suficiente potencial en el coche para luchar en la mayoría de los circuitos de aquí en adelante”, la visión de Mekies, tras el doble éxito en Austin.
“La pelea entre Lando y Charles hizo mi carrera, me permitió sacar una ventaja en el primer stint, que fue muy bueno… Pero todavía nos falta ritmo competitivo: con aire limpio, Lando era mejor. La oportunidad está, necesitamos fines de semana perfectos hasta fin de año, pero me divierto, la paso bien y seguirá siendo emocionante aún si el campeonato lo gano o no”, señaló Verstappen, que se marchó al receso con una desventaja de 104 frente a Piastri y actualmente son 40 las unidades que lo separan del australiano, que no se repuso del fallo que motivó el accidente con su compañero Norris en la Sprint Race: el quinto puesto, sin más ambiciones que conservar el casillero, imponen que estuvo muy lejos del nivel superlativo que demostró en 2025 y que lo llevan a liderar el campeonato.
Con 141 puntos en juego, cinco grandes premios y dos Sprint Race –en San Pablo y Losail-, el empuje que arrastra Verstappen y el decaimiento que expresaron Piastri y Norris promete un desenlace de temporada ajustado, un escenario que antes de que los equipos se marcharan de vacaciones asomaba como irreal.
En Milton Keynes regresó la sonrisa, el optimismo y la ilusión que meses atrás estaba apagada, mientras que en Woking los enredos dentro y fuera de la pista, entre incidentes y un juicio escandaloso y millonario entablado por incumplimiento de contrato al piloto Álex Palou, tetracampeón de IndyCar, se presentan como una problemática que los altos mandos necesitarán resolver para que una de sus espadas se calce la corona de campeón.
El neerlandés se impuso en el GP de los Estados Unidos y renueva la ilusión de batallar por el título; 40 unidades lo separan del puntero, Oscar Piastri Automovilismo
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