Entre las encuestas y los cambios que vienen. Los empresarios eligen creer por miedo al regreso del pasado​

Algo cambió en el empresariado en los últimos días. La CEO de una de las principales compañías de consumo puso en palabras lo que es una demanda silenciosa entre los que toman decisiones. Saben que los modos y las formas del oficialismo no les gustan, pero también empiezan a ver una cuestión de fondo: les preocupa y mucho que el regreso del kirchnerismo ya no es una idea probable sino una realidad posible.

No los une el amor sino el espanto por lo que el retrovisor puede generar en el futuro. El ida y vuelta de encuestas para el próximo domingo circuló como reguero de pólvora entre los distintos grupos de chats corporativos. La mayoría muy descreídos con los guarismos que pregonan paridad.

“No tengo ni siquiera margen de explicar a mi casa matriz que el kirchnerismo puede ganar. No entienden cómo alguien que está presa como Cristina da lecciones de ética. La desconfianza de décadas no se reconstruye en dos años, pero no hay agua en la pileta para siquiera plantear esa hipótesis. El problema es que nuestra memoria es demasiado corta”, admitió por escrito el CEO de una multinacional tecnológica ante sus “leales” de WhatsApp. Cómo se presentarán los resultados también será importante. Para los encuestadores los libertarios pueden ganarle a Fuerza Patria -entendido como los lugares adonde se presenta el equipo celeste con esa marca-. Sin embargo, si se agregan las “segundas marcas” y también candidatos del peronismo que juegan con otra etiqueta, esa contienda se complejiza.

El modo Donald Trump respecto de la relación entre Estados Unidos y la Argentina ante una eventual derrota del oficialismo se percibe también entre los líderes del mundo privado que se distinguen en dos ligas muy marcadas: una es de la de dueños de empresas y otra la de ejecutivos.

“¿Por qué no contamos las costillas de los que robaron durante 20 años y mostramos lo que se hizo ordenando la macro? Después va a ser demasiado tarde”, se enojó la número uno de una firma líder, quien dijo haber llorado durante su encuentro a puertas cerradas con Sandra Pettovello, ministra de Capital Humano, en el último Coloquio de Idea. “Es una mujer (la ministra) que tiene 19 causas iniciadas por querer cambiar la historia. No se puede subestimar a quien está del otro lado y mucho menos olvidarnos del daño que hicieron. Estoy muy preocupada”, agregó quien también suele fiscalizar en cada elección.

Los directivos de multinacionales que operan en la Argentina toman lo que ocurrirá el domingo próximo como un “punto de inflexión”. Son elecciones legislativas, pero en las matrices las miran como una ventana de oportunidad para definir los próximos pasos para los dos años venideros. “No se puede vivir cada seis meses yendo a buscar un tubo de oxígeno prestado. Hay que sacar la cabeza del agua”, disparó el exministro de Economía, Hernán Lacunza. En ese sentido, señaló que el actual régimen cambiario “ya dio sus frutos” y debería ser reemplazado por un sistema de flotación más libre y previsible.

Es que mientras “jugaba la Argentina” en el marco del Coloquio de IDEA, todos relojeaban los datos de corto plazo con el alza de $45 del dólar y el pedido del Fondo Monetario Internacional para hacer más esfuerzos para aumentar las reservas.

“Lo de Bessent es un cambio estructural. Es muy bueno para el ambiente de negocios, consolida el excelente programa del equipo económico y es importante para YPF en particular. Es un cambio estructural porque se dan las bases para que se puedan consolidar los avances de los últimos dos años”, disparó Horacio Marín, presidente y CEO de YPF.

Y enseguida se metió en los objetivos que tiene el sector: exportar más de US$30.000 millones a partir de 2031. “Pero nos está dando US$50.000 millones”, agregó enseguida en línea con los dólares que saldrán por las orejas de los argentinos, según el propio presidente Javier Milei.

Lo que viene en la Argentina

Alejandro Catterberg, titular de Poliarquía, resume en su punto de vista los distintos escenarios posibles de cara a lo que viene. “Si se evita un resultado catastrófico que podría ser perder en todos lados salvo en dos o tres provincias, se logrará escapar al título de derrota del gobierno en todo el país”, afirma.

Y agrega: “Un buen resultado para el oficialismo sería pintar de violeta seis o siete provincias. No tanto la disputa por el resultado nacional. Capital, Entre Ríos, Chaco, San Luis, Salta, Mendoza son los ejes y hay que seguir también a Córdoba, Santa Fe y las provincias del sur”. Si se da esa cantidad de provincias allí radicará la importancia del resultado más que el porcentaje, resume Catterberg.

Otro consultor también muy relevante asegura desde el off que el gobierno encontró su piso después de tres meses de caída libre. “El Gobierno se había quedado sin el grip de los temas. El kirchnerismo tomó la agenda y todos los titulares iban por Espert y su presunto negocio con Machado, por la causa de Andis, por los fondos del Garrahan, por la derrota en provincia. Recién ahora y con muchos bollos se acomoda la política, pero aparece la economía”, sintetiza.

En Mar del Plata también comentaban por lo bajo lo efectista de la campaña de Fuerza Patria identificando las dificultades económicas de la micro para avanzar con el claim “de hay que frenar a Milei”. “En menos de dos años dieron vuelta el mensaje con el que el presidente llegó al poder. Él llegó para frenarlos y ahora usan la libertad como sinónimo de quita de beneficios. Siguen siendo peligrosamente los reyes del relato y apuntan sobre todo al “siperista”, es decir a aquellos que le ponen un pero antes al voto”, se enojó el número uno de una compañía que todavía recuerda sus épocas de reuniones privadas con Guillermo Moreno cuando era secretario de Comercio. Todavía hoy le tiene temor reverencial.

El debate de lo que viene cuenta con varios factores disruptivos al momento de estimar resultados: la concurrencia a votar, el color político de los ausentes y el clima que incentiva o no a emitir el sufragio en determinadas regiones cuando el sol sale o deja de hacerlo. El enigma pasa también por cómo pega en el electorado PRO la consigna de Diego Santilli de “para votar al colorado, marcá al pelado”, cuando el impacto negativo del caso Espert aun resuena en ese perfil de votante.

Los fantasmas que acechan

“¿Qué nombre es el candidato de la alternancia?”, preguntó en una reunión cerrada el CEO que nunca calla lo que piensa. Trató de correr el arco del domingo que viene al 2027. A esa altura el risotto de hongos ya era historia, pero la atención se mantenía intacta. Los presidentes de otras seis compañías hicieron silencio y un analista político nombró a Axel Kicillof, gobernador de la provincia, como el sindicado a la sucesión en la foto actual.

De pronto la discusión quedó sobre la mesa y los silencios se convirtieron en palabras contundentes. Para algunos es una hipótesis demasiado lejana, para otros es el Horacio Rodríguez Larreta de la elección del 2027 y para quienes lo conocen de antemano es el candidato más temido por dos razones: ideología y consistencia en su mensaje anticapitalista. Lo que ocurra la semana próxima será decisivo para sacar del closet la estrategia nacional de Kicillof.

De hecho, durante su mandato borró la tradición que solía tener a los gobernadores de la provincia como quienes daban la bienvenida a los más de 1200 ejecutivos en cada coloquio de IDEA. No es un dato más lo que resulte de ese 38% del electorado argentino. Ahí pesa algo que está debajo de las napas por estos días y escapa al análisis del humor político y es cuánto influirá el metro cuadrado. Un candidato del oficialismo reveló lo que es un secreto a voces entre los violetas. Cuando recorre Buenos Aires para plantear la motosierra a impuestos como ingresos brutos y otros de ese estilo la respuesta que reciben no deja de sorprenderlos. “Muchas veces nos responden que hoy están más preocupados por vender una pizza que por solucionar sus tributos. Las pymes vinculadas al consumo no están bien”, señaló el violeta. Turismo, gastronomía y comercio, tres actividades de empleo intensivo, figuran como buen termómetro de lo que ocurre por estos días en los sondeos de boca a boca además de las preguntas de varios industriales que abogan por una política de transición respecto de la apertura económica.

Con su tradicional tono campechano pero directo, otro analista político muy consultado por el mundo privado disparó: “Hay que tener en cuenta que por más que explote en internas, el kirchnerismo se alinea ante el poder. Y la lógica es la de la militancia y devoción política. No se puede mirar la conducta del equipo celeste con la lógica del amarillo o violeta. Unos viven para la política y de la política. Los otros están de paso. En eso no se equivoca Milei. Nunca descansan”. Entre los empresarios -dueños de firmas argentinas- que peinan canas comparan por lo bajo la realidad actual con la del gobierno de Mauricio Macri en su última elección y se mueven más que por los relevamientos de opinión pública por algunos datos concretos de la microeconomía. “Ese es el mejor termómetro que tengo. Cuando la economía derrama se nota en votos, cuando estamos en mitad de la tormenta es muy difícil capearla”, resumió el octogenario que dice haberlas vivido todas. “El acuerdo con Estados Unidos o las promesas de la reforma laboral y tributaria son importantes, pero no para generar votos. Son importantes para el horizonte de país”, cerró.

En esa línea todavía resuenan las palabras de Santiago Mignone, presidente de IDEA, quien al cerrar el encuentro marplatense pidió por instituciones sólidas, que terminen los agravios y que se avance con el Pacto de Mayo para acordar reformas. Pero sobre todo pidió por algo que es en lo poco que el empresariado argentino tiene un consenso absoluto: “No podemos tener una economía que tiembla cada dos años”, dijo desde el escenario.

Desde las mesas, el titular de un grupo familiar de los más relevantes del país susurró: “Estoy cansado ya, pero elijo creer. De sólo recordar el pasado no voy a dejar pasar esta oportunidad de cambiar el futuro. El tren en este caso, al menos para mí, no pasará otra vez”.

​ La cuenta regresiva de la próxima elección resucitó fantasmas que estaban enterrados; en el Gobierno siguen de cerca el minuto a minuto y anticipan cambios; los ejecutivos piden “memoria” y reformas; la economía del metro cuadrado y su rol se harán visibles  Política 

Leave a Comment

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *