Hugo Alconada Mon recibió el título Doctor Honoris Causa de la Universidad Maimónides​

“¿Alguien sabe quién es Wanda Nara?” preguntó Hugo Alconada Mon a la audiencia del auditorio repleto. Todas las manos se levantaron. “¿Y los carpinchos de Nordelta?”, insistió con igual resultado. “¿Y cuánto impacta en el PBI el aumento destinado a financiar el Garrahan?”, silencio, apenas algunas manos discretas arriba. De entrada, el periodista dejó claro su punto y desnudó la encrucijada que enfrentan los medios de comunicación: que el ruido, el entretenimiento y la desinformación se impongan sobre lo esencial.

El investigador platense y escritor fue distinguido hoy como Doctor Honoris Causa en una ceremonia en el aula magna de la Universidad Maimónides, donde le fue entregado un diploma de honor por su trayectoria académica y sus investigaciones sobre la corrupción en el país. Disertó sobre los “desafíos de ser periodista en tiempos de mandriles, carpinchos e IA”.

La apertura del acto fue a cargo de Graciela Guadalupe, directora de la carrera de Periodismo de esa casa de estudios. “Es un gusto enorme distinguir a uno de los colegas más brillantes de nuestra profesión. A Hugo no le alcanza con encontrar la punta del ovillo, se adentra, lo confronta con más y más ovillos. Es perseverante y multifacético, un destacado entre los grandes profesionales. La realidad es su trinchera y solo expone las investigaciones a la gran audiencia cuando tiene la convicción de que llegó al hueso”, dijo Guadalupe. Luego hizo un repaso de sus investigaciones más reconocidas. Entre ellas: las valijas de Antonini Wilson, Ciccone calcográfica, Odebrecht, Vialidad, Correo Argentino y los Panama papers.

“Tenemos a un ganador de Pulitzer en la sala, que expone al poder, sin excepción, cuando muestra señales de mal ejercicio. Es respetado en todos los ámbitos, hasta por los propios imputados por sus investigaciones, que le reconocen su rigor. Hugo es un periodista que deja pasar una primicia si no tiene la real convicción de la veracidad de los hechos”, agregó Guadalupe.

Luego le entregaron el diploma al periodista. “Asumo la distinción, no como un reconocimiento personal sino un respaldo al periodismo de colegas que todavía trabajan con método y rigor”, comenzó su discurso Alconada Mon haciendo una autocrítica de la profesión. “En la encrucijada de nuestro oficio, las fakenews y la irrupción de la IA son sólo uno de los puntos de qué significa informar. Hoy se prioriza lo que mide, el ruido, el medir todo por un clic, por encima de lo esencial y dejamos de lado lo que aporta valor al público, y ello condiciona nuestro trabajo. Todo contribuye a una gran desconfianza ciudadana hacia el periodismo que nace de nuestras propias fallas”, agregó.

Para el periodista, la adaptación de la agenda pública a los algoritmos erosiona a los medios de comunicación y multiplica la información falsa. Sin embargo ve el actual escenario como una gran oportunidad en la profesión. “Son los periodistas los que pueden separar lo verdadero de lo falso. El panorama es complejo y a la vez terreno fértil para el buen periodismo”, dijo, refiriendo que para aprovecharla se debe volver a lo básico: “Hay que preguntar y verificar, elevar los estándares y la transparencia, reconocer errores, tener templanza y sentido común, ser escéptico, pero no cínico. El periodismo es una maratón, no una carrera de cien metros llanos. En mi vida sigue siendo el oficio más nutritivo, estresante, vibrante y divertido que jamás lo imaginé”, cerró entre aplausos.

Entre los asistentes estaban el periodista y escritor Jorge Fernández Díaz y el exsubdirector de LA NACION, José Claudio Escribano y el director de Relaciones Institucionales de LA NACION, Norberto Frigerio.

​ “¿Alguien sabe quién es Wanda Nara?” preguntó Hugo Alconada Mon a la audiencia del auditorio repleto. Todas las manos se levantaron. “¿Y los carpinchos de Nordelta?”, insistió con igual resultado. “¿Y cuánto impacta en el PBI el aumento destinado a financiar el Garrahan?”, silencio, apenas algunas manos discretas arriba. De entrada, el periodista dejó claro su punto y desnudó la encrucijada que enfrentan los medios de comunicación: que el ruido, el entretenimiento y la desinformación se impongan sobre lo esencial.El investigador platense y escritor fue distinguido hoy como Doctor Honoris Causa en una ceremonia en el aula magna de la Universidad Maimónides, donde le fue entregado un diploma de honor por su trayectoria académica y sus investigaciones sobre la corrupción en el país. Disertó sobre los “desafíos de ser periodista en tiempos de mandriles, carpinchos e IA”. La apertura del acto fue a cargo de Graciela Guadalupe, directora de la carrera de Periodismo de esa casa de estudios. “Es un gusto enorme distinguir a uno de los colegas más brillantes de nuestra profesión. A Hugo no le alcanza con encontrar la punta del ovillo, se adentra, lo confronta con más y más ovillos. Es perseverante y multifacético, un destacado entre los grandes profesionales. La realidad es su trinchera y solo expone las investigaciones a la gran audiencia cuando tiene la convicción de que llegó al hueso”, dijo Guadalupe. Luego hizo un repaso de sus investigaciones más reconocidas. Entre ellas: las valijas de Antonini Wilson, Ciccone calcográfica, Odebrecht, Vialidad, Correo Argentino y los Panama papers.“Tenemos a un ganador de Pulitzer en la sala, que expone al poder, sin excepción, cuando muestra señales de mal ejercicio. Es respetado en todos los ámbitos, hasta por los propios imputados por sus investigaciones, que le reconocen su rigor. Hugo es un periodista que deja pasar una primicia si no tiene la real convicción de la veracidad de los hechos”, agregó Guadalupe.Luego le entregaron el diploma al periodista. “Asumo la distinción, no como un reconocimiento personal sino un respaldo al periodismo de colegas que todavía trabajan con método y rigor”, comenzó su discurso Alconada Mon haciendo una autocrítica de la profesión. “En la encrucijada de nuestro oficio, las fakenews y la irrupción de la IA son sólo uno de los puntos de qué significa informar. Hoy se prioriza lo que mide, el ruido, el medir todo por un clic, por encima de lo esencial y dejamos de lado lo que aporta valor al público, y ello condiciona nuestro trabajo. Todo contribuye a una gran desconfianza ciudadana hacia el periodismo que nace de nuestras propias fallas”, agregó.Para el periodista, la adaptación de la agenda pública a los algoritmos erosiona a los medios de comunicación y multiplica la información falsa. Sin embargo ve el actual escenario como una gran oportunidad en la profesión. “Son los periodistas los que pueden separar lo verdadero de lo falso. El panorama es complejo y a la vez terreno fértil para el buen periodismo”, dijo, refiriendo que para aprovecharla se debe volver a lo básico: “Hay que preguntar y verificar, elevar los estándares y la transparencia, reconocer errores, tener templanza y sentido común, ser escéptico, pero no cínico. El periodismo es una maratón, no una carrera de cien metros llanos. En mi vida sigue siendo el oficio más nutritivo, estresante, vibrante y divertido que jamás lo imaginé”, cerró entre aplausos.Entre los asistentes estaban el periodista y escritor Jorge Fernández Díaz y el exsubdirector de LA NACION, José Claudio Escribano y el director de Relaciones Institucionales de LA NACION, Norberto Frigerio.  Cultura 

Leave a Comment

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *