¿Qué diferencia hay entre el piso vinílico y el flotante?
Renovar o elegir los pisos de nuestra casa no es algo de todos los días, resulta una decisión que requiere de un asesoramiento previo para no llevarnos sorpresas en el futuro. Los ambientes donde vayan a instalarse son un punto a tener en cuenta, no serán los mismos requerimientos para las habitaciones o en el caso de un living que para el baño o la cocina.
Según explican Lautaro Pereyra y Max Gabriel Pinto, arquitectos y fundadores de FACT, Fábrica de Arquitectura Contemporánea, hay que tener en cuenta cada material como parte de una lógica más amplia que articula estructura, uso y atmósfera.
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“Cuando pensamos en pisos, la diferencia entre un vinílico y un flotante no es únicamente técnica, sino también sensorial y conceptual”, señalan. E indican que, en el caso del piso vinílico, al estar compuesto por materiales sintéticos, se comporta como un sistema de alta resistencia frente a la humedad y al desgaste. Esto garantiza estabilidad en el tiempo y un mantenimiento muy sencillo. “En cambio, el flotante surge de derivados de la madera y transmite una mayor calidez tanto visual como táctil, aunque con la limitación de ser más vulnerable al agua”, advierten.
Los especialistas sostienen que ninguno de estos dos sistemas está dentro de la primera línea de seleccionados que ellos mismos sugieren ya que, en principio, privilegian soluciones materiales con mayor nobleza y permanencia. No obstante, concuerdan en que tanto el piso vinílico como el flotante son recursos que pueden considerarse en situaciones puntuales, cuando las condiciones del proyecto, del uso o del presupuesto lo hacen pertinente.
Principales diferencias
La diferencia entre ambos tipos de piso se refleja en los modos de habitar los espacios.
Por un lado, “el vinílico se adapta mejor a espacios donde la humedad o el uso intensivo son parte de la vida cotidiana, como cocinas, baños o lavaderos, pero también funciona en livings o pasillos cuando se busca practicidad y durabilidad”, señalan.
En lo que respecta al flotante, lo recomiendan preferentemente para áreas secas, especialmente en dormitorios y espacios sociales, donde su mayor aporte está en la atmósfera de confort que generan y en la sensación de cercanía con la madera.
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Pereyra y Pinto aclaran que la elección entre uno y otro depende de varios factores. En cualquier caso, siempre se evalúan:
Las condiciones ambientalesEl tipo de tránsito del espacio donde se va a colocarLa intensidad de usoLa coherencia entre materialidad y espacio.
Mientras el vinílico asegura continuidad, resistencia y bajo mantenimiento, el flotante ofrece una experiencia más cálida, aunque requiere mayores cuidados y no admite la exposición directa al agua.
Por su parte, la arquitecta Elenora Mendoza sostiene que la principal diferencia entre ambos tipos de pisos está en el material con el que están fabricados y las resistencias que gracias a eso tienen. Uno proviene de materiales naturales reconstituidos y el otro de materiales minerales, a grandes rasgos podría decirse que uno se vincula más con la madera y el otro con los plásticos. Para Mendoza el piso flotante ingenieril tiene una vista de calidad superior por sobre el vinílico.
“Aunque no hay que dejar de reconocer que hoy en día los acrílicos vienen cada vez con mejores terminaciones gráficas, las cuales disimulan cada vez más sus características artificiales”, sostiene. “Los flotantes van para lugares secos definitivamente, mientras que los vinílicos resisten humedades”, advierte.
Ventajas
Cuando se piensa en el proceso de obra que representa instalar o renovar un piso, tanto el vinílico como el flotante comparten la ventaja de ser sistemas de instalación seca y rápida. Esto reduce tiempos frente a las soluciones tradicionales como cerámicos o maderas macizas. La realidad es que significan una gran ventaja porque ambas opciones permiten habilitar los espacios en plazos muy breves y sin interrupciones largas en el proceso constructivo.
“En cuanto a la durabilidad, el vinílico mantiene su desempeño estable durante largos años, incluso en condiciones exigentes. El flotante también tiene una vida útil considerable, pero depende en mayor medida del cuidado cotidiano y de que las condiciones de humedad se mantengan bajo control”, dicen los arquitectos.
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“En definitiva, la decisión no pasa solo por un criterio técnico, sino por la experiencia que se quiere generar en cada ambiente y por la relación entre material, estructura y forma de habitar”, finalizan.
Al momento de elegir entre uno y otro es necesario conocer las características y funcionalidades propias para lograr el mejor resultado. Construcción y Diseño


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