Confesó uno de los adolescentes acusados del homicidio de la mujer asesinada delante de su hijo​

Uno de los adolescentes acusados de haber participado del homicidio de Rita Suárez, la mujer de 47 años asesinada delante de su hijo adolescente en La Matanza, confesó haber sido quien efectuó el disparo mortal, pero sostuvo que el tiro se le escapó.

Así lo pudo reconstruir LA NACION de fuentes al tanto de la declaración del sospechoso, de tan solo 17 años. El adolescente fue indagado ayer por el fiscal Pablo Insúa, del fuero penal juvenil del Departamento Judicial de La Matanza.

La fuga de los delincuentes después del homicidio

El viernes se realizará una audiencia donde el representante del Ministerio Público Fiscal, seguramente, pedirá que el menor continúe bajo un régimen de encierro.

“Esta defensa no hará ningún pedido respecto a mi asistido. La decisión que se tomó entre él y su familia es que se entregara ante la Justicia para pagar por lo que hizo”, afirmó a LA NACION el abogado del menor, Adrián Cajal.

Suárez fue asesinada de un balazo la tarde del viernes pasado en Villa Luzuriaga, partido de La Matanza, cuando esperaba a su hija de 18 años que saliera de una clase de canto.

Había estacionado su Renault Sandero en la esquina de Miró y Florio. Estaba acompañada de su hijo adolescente, que estaba sentado en el asiento del lado del acompañante.

Madre e hijo fueron sorprendidos por tres delincuentes mientras esperaban a la joven. El objetivo era robar el vehículo. Uno de los atacantes disparó sin mediar palabra. Suárez fue trasladada a una clínica cercana, donde murió pocos minutos después.

Tras el disparo, los ladrones escaparon sin robar nada. Parte de la huida quedó registrada por distintas cámaras de seguridad.

En un primer momento, la investigación del crimen quedó a cargo del fiscal Adrián Arribas, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Homicidios de La Matanza, que contó con la colaboración de detectives de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.

Según la reconstrucción que pudieron hacer los detectives policiales y judiciales, cuando la víctima y su hijo esperaban a que terminara la clase de canto, llegaron los delincuentes. Dos se pusieron del lado de la puerta de la conductora y el tercero, en la puerta del acompañante.

“Uno de los ladrones quiso abrir la puerta del auto, pero sin decir nada disparó. La víctima fue trasladada de urgencia a una clínica de San Justo, donde finalmente falleció”, explicaron las fuentes judiciales.

Los delincuentes fueron rápidamente identificados. La pista surgió a partir de una compra que realizaron en un supermercado chino.

“Uno de los sospechosos pagó la compra de una botella de agua mineral con una billetera virtual, situación que permitió ser identificado”, dijeron fuentes policiales y judiciales.

El delincuente, según la información obtenida en el Registro Nacional de las Personas (Renaper) tenía declarado como domicilio un inmueble en Rafael Castillo, en La Matanza. La policía bonaerense hizo un allanamiento, pero con resultado negativo.

A partir del análisis de las filmaciones de distintas cámaras de seguridad se determinó que después de la compra en el supermercado chino, los delincuentes se dirigieron a una agencia de remises, donde pidieron un auto. El viaje también fue pagado con una billetera virtual.

“El chofer reconoció a uno de los pasajeros. Tras la información aportada de donde terminó el viaje, los detectives policiales se dirigieron al domicilio en cuestión. En ese momento, el sospechoso, al ver a los uniformados, intentó escapar. Pero fue detenido. Estaba vestido con la misma ropa que utilizó durante el intento de robo y homicidio”, dijeron fuentes del caso.

El personal policial secuestró una pistola, un cargador con ocho municiones y la ropa que vestía el sospechoso en el momento en que mataron a la víctima.

Poco después se identificó a los otros dos delincuentes, pero como se trataban de menores de edad, el fiscal Arribas declinó la competencia y la causa quedó a cargo del fiscal Insúa, del fuero de responsabilidad penal juvenil de La Matanza.

Los dos menores, el que confesó haber hecho el disparo, y otro de 16 años, fueron entregados a la Justicia por sus familias.

El confeso autor del disparo letal sostuvo en su declaración que el arma homicida era de un amigo, que había insistido para que se la guarde y le aseguró que estaba descargada, dijeron las fuentes consultadas.

“El día del crimen, según afirmó, le pidió a dos amigos que lo acompañen a entregar el arma cerca del shopping de San Justo, pero se equivocaron de colectivo y se bajaron por Villa Luzuriaga. Cuando caminaban vieron que [Suárez] estaba ‘regalada’ [como dicen en la jerga delictiva cuando tienen creer tener fácil un golpe] y decidieron robar el vehículo de la mujer”, dijo una fuente al tanto de la confesión del sospechoso.

Intentaron abrir las puertas, pero estaban trabadas. En ese momento, según la confesión, el adolescente de 17 años le pegó a la ventanilla con el arma. “Dijo que se le escapó el tiro. Y como escucharon, gritos, decidieron escapar. Pero no pensaron que el disparo había causado la muerte de la mujer. Se enteraron después”, dijeron las fuentes consultadas.

​ Tiene 17 años y había sido entregado a la Justicia por su familia  Seguridad 

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