Estuvo al frente de varios éxitos infantiles, llegó a hacer 48 puntos de rating y hoy, a sus 75 años, sueña con volver a la TV​

“Yo te voy a empezar a contar todo como si fuera un cuento, ¿qué te parece?”, dijo con entusiasmo Elvira Romei del otro lado del teléfono para dar inicio a una charla íntima con LA NACION. Aquella frase fue como abrir un portal al pasado para gran parte de los adultos de hoy, que fueron los niños de la década los 70, los mismos que la veían en Magimundo, el programa que se emitía por Canal 9 y que con 48 puntos de rating la convirtió en una de las figuras infantiles más queridas de la televisión argentina. Sentada frente a cámara, entonaba canciones, contaba cuentos y mostraba los dibujos que le enviaban sus pequeños televidentes, muchos de los cuales atesora en su casa, ubicada en Pilar, donde vive desde 2020.

“Tengo dibujos guardados que son fabulosos”, expresó sobre aquella época en la que insistía para que los chicos tuvieran una participación activa. Cuando se fue a Canal 13, continuó con La tarde de los chicos, El tiempo de los chicos y El tiempo de Elvira, en el que les hacía hacer “cositas” para colgar en el arbolito de Navidad. “Mi concepto era el de crear, crear cosas, con las manos… de crear si querían un poema, una canción”, señaló.

Fue tal la huella que dejó en aquellos niños -que hoy tienen más de 50 años- que no solo le escriben a través de las redes sociales, sino que también le comentan situaciones específicas, como si el pasado estuviera a la vuelta de la esquina. “Algunos me nombran ciertas canciones y otros me comentan que no podían ir al teatro porque vivían lejos, pero que me veían en la tele”, contó. Además, muchos le destacan la forma en la que se acercaba a ellos: con dulzura, naturalidad y sin necesidad de alzar la voz. Un modo sereno y cariñoso que la distinguió.

Detrás de ella, había un gran equipo de trabajo que funcionaba a la perfección. “Los programas estaban bien producidos”, aseveró y destacó el rol, no menor, de Daniel Brofman Aguilar, quien escribió cada una de las letras de aquellas canciones que endulzaban los oídos de los más chicos; y “Dibujemos un dibujo” fue la que hizo historia.

Daniel no fue solo su mentor, sino mucho más. “Mi amigo, mi novio, el padre de mi hijo y el abuelo de Katana (hija de Juan Manuel, su hijo)”, subrayó sobre a quien conoció en COSAL, el instituto en el que egresó como locutora en 1971 y al que llegó por recomendación de un amigo. Sobre aquel camino, que sin saberlo le cambiaría la vida, se sinceró: “Yo sabía que mi vocación era la actuación, pero no sabía qué camino elegir”.

Fue así que, con papelito en mano -ya que todavía no había recibido su diploma-, se presentó a un concurso en Canal 9 que lo tomaba nada más ni nada menos que Alejandro Romay. Encantado con la improvisación que Elvira realizó tras hablar de la canasta familiar, con 22 años arrancó su camino en televisión.

“Cuando se termina mi trabajo con Romay, después de nueve meses, me fui a pedir trabajo al viejo Canal 7, que estaba en Viamonte y Alem, y ahí hice un carrerón”, contó y recordó un momento que quedaría para siempre en su memoria: “Tuve la posibilidad de trabajar como periodista y hacerle una pequeña nota de color al General Perón. Era un 6 de enero de 1974, el año en el que murió. Hacía mucho calor y estaban entregando los juguetes por el día de Reyes”.

Y continuó: “No se esperaba a Perón. Habían dicho que iban a estar José López Rega (que en aquel año ocupó el cargo de Ministro de Bienestar Social de la Nación) e Isabel, como primera dama. Y detrás aparece Perón y dije ‘le voy a hacer una nota como sea’. Tenía el micrófono de Canal 7 y empecé a los gritos, ‘General, general, general’”. Fue ahí que el fundador y jefe político del Movimiento Justicialista dio la orden de que quienes estaban a cargo de la seguridad del evento la dejaran tranquila.

En aquel ida y vuelta descontracturado, Perón le pidió a Elvira que le hiciera una “notita” a Isabelita y a López Rega. “Volví a Perón y le dije entre risas: ‘General, con esta nota me van a aumentar el sueldo’. Y largó una carcajada. La cuestión es que la nota se pasó durante 15 días sin parar”, destacó.

Elvira Romei | ‘Canción de los barrenderos’

En 1976, con la llegada de la última dictadura militar argentina, también conocida como el Proceso de Reorganización Nacional (PRN), Elvira se quedó sin trabajo, pero no sin ganas de continuar el camino que tanto amaba. Así fue que se presentó en Canal 9, donde un amigo de ella trabajaba como director de cámara. “Mirá, acá está Hugo del Carril trabajando, cantando. Yo te escribiría unas glosas para que lo presentes”, le comentó él.

Así fue que Elvira se presentó con aquellos versos e hizo lo suyo. “Yo presentaba a Hugo del Carril, que a su vez lo presentaba Leonardo Simons”, subrayó. Aquella oportunidad le trajo otra, un nuevo ofrecimiento para hacer televisión, pero esta vez para el público infantil. Entusiasmada con la propuesta, aceptó sin dudarlo, ya que, de esa manera, pondría en práctica su carrera como maestra. Además, le permitía vincular sus dos grandes pasiones: la conducción y el amor por los chicos.

Comenzó con la presentación de la serie Mister Ed, el caballo que habla, y siguió con los dibujos animados de Scooby-Doo, Superman y Los Supersónicos. Pero Elvira sabía que podía más, así que además de darle el paso a aquellas caricaturas, también cantaba a capela canciones de María Elena Walsh. Aquello gustó tanto, que no solo la llevó a entonar los propios temas que su pareja había escrito para el ciclo, sino que también lanzó un disco.

A partir de ese momento, su carrera no se detuvo. En 2020, los fanáticos de Cecile Charré, que condujo el programa Telejuegos, se unieron a los de Elvira en un grupo de Facebook para que ambas volvieran a la pantalla. Pero la pandemia puso en pausa ese proyecto y hoy sueña con la revancha. “Me encantaría poder hacer algo… presentar películas, tener un ciclo de charlas, un espacio para poder conversar“, admitió.

Pasaron décadas desde que Elvira Romei le habló por primera vez a los niños de Argentina. Sin embargo, su voz no se apagó. A sus 75 años, continúa viva en la memoria de una generación que la atesora como un recuerdo de su infancia, un legado imborrable que demuestra que el tiempo de Elvira, en realidad, nunca terminó.

​ En una charla íntima con LA NACION, la conductora de programas como Magimundo y El tiempo de Elvira hizo un repaso por su trayectoria y reveló por qué, a décadas de su éxito, sigue en la memoria de una generación que la recuerda con profundo cariño  Espectáculos 

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