Paraguay rompió el hechizo y con la guía de Gustavo Alfaro jugará la Copa del Mundo 2026​

Los fuegos de artificios iluminan el cielo de Asunción. En las tribunas del estadio de los Defensores del Chaco, los hinchas cantan y festejan. En el campo de juego, los futbolistas se abrazan, lloran, se arrodillan y agradecen con rezos. A un costado, en el área técnica que ocupan los entrenadores, junto al banco de los suplentes, de impecable traje azul y sin perder la calma un hombre repasa el escenario, la foto completa. El espectáculo contagia, el ambiente emociona, y aunque se esfuerza por no quebrarse hace gestos con su boca intentando retener las lágrimas. Paraguay empató 0 a 0 con Ecuador, por la anteúltima fecha de las eliminatorias sudamericanas y se clasificó, con una jornada para el episodio final de la aventura, al Mundial de 2026.

Rompió el hechizo la Albirroja, que regresa, después de 16 años, a la Copa del Mundo. Con el seleccionador argentino Gustavo Alfaro como magistral conductor quebró la racha negativa que empezó después de la participación en Sudáfrica 2010; sin presencia en Brasil 2014, Rusia 2018 y Qatar 2022, el técnico rafaelino convenció con su discurso, lanzó frases que transmitieron un espíritu ganador y logró un objetivo que al empezar el recorrido asomó imposible.

Con el mismo marcador con el que inició el ciclo, ante Uruguay, selló el pasaporte para la cita del próximo año, que será histórica: por primera vez se jugará con tres países como sede y la disputarán 48 selecciones. Ahí estará Paraguay, que fiel a su estirpe nunca se rindió: aún en los momentos oscuros, en donde la brújula no descubría el Norte. El ciclo de Alfaro cumplió 11 partidos, con cinco triunfos, cinco empates y una derrota, en la anteúltima fecha, de visitante contra Brasil. “Había que recuperar el ADN histórico de Paraguay: su garra y templanza para expresar su fútbol. Vinimos porque estábamos convencidos de que podíamos dar vuelta la historia, aun sin prometer resultados”, sentenció Alfaro, en la rueda de prensa previa al empate con Ecuador.

El punto ante Ecuador, un rival ya clasificado, suficiente para coronar una campaña en la que sobró orden, entrega y sacrificio. El cambio de mentalidad que impuso el DT fue el mejor argumento de esta aventura: en el inicio de las eliminatorias, la Albirroja era séptima –sobre diez selecciones-, con cinco puntos. La Federación Paraguaya de Fútbol determinó cortar el proceso de Daniel Garnero y con él se marchaba el tercer entrenador argentino en los últimos 6 años, ya que Eduard Berizzo condujo al equipo entre 2019 y 2021 (31 partidos), después lo siguió Guillermo Barros Schelotto que estuvo al frente de la selección guaraní hasta 2023 (17 encuentros); Garnero dirigió 10 cotejos.

La salida era una consecuencia de la crisis futbolística que envolvía a Paraguay. Sin presencia en los últimos tres mundiales, después de la salida de Gerardo Tata Martino, en 2011, se sucedieron Francisco Arce, Gerardo Pelusso, Víctor Genes, Ramón Díaz, Arce, Gustavo Morinigo (interino), Juan Carlos Osorio, Berizzo, Barros Schelotto y Garnero… Hasta que Alfaro cambió el paradigma. Con su estilo sobrio para jugar como para manejar el grupo. Con una identificación plena con el pueblo guaraní, que lo adoptó como propio y al que le agradeció tanto afecto recibido. “Si hay un pueblo que se merece una alegría, ese es Paraguay”, señaló, siempre con voz pausada, en las charlas con los medios que siempre se destacaron por su verborragia, por pasajes demasiado edulcorada.

“Paraguay, que se entienda bien lo que voy a decir, me hizo daño. Me rompió el caparazón de protección que tenía para los sinsabores, que son muy duros cuando toca vivirlos. Las ingratitudes pegan fuerte. Tener que irme de Ecuador como me fui, porque no nos cumplieron, me dolió. Fue un duelo de 11 meses. Tener que ser valiente para callarse la boca y trasuntar todo por adentro. Tengo piel de cocodrilo, no hay flecha que me entre. Hasta que llegué a Paraguay, que me rompió esa estructura. Me volví un tipo muy vulnerable, si se quiere. Muy humano y cercano, que se conmueve mucho con los gestos de amor y humildad de toda la gente. Me pasa con los niños que vienen, me abrazan y me dicen ‘¿en serio es el técnico de la selección?’ El fútbol tiene un poder magnífico y maravilloso”, reflexionó antes del partido con el que se certificó la clasificación.

Un juego sin brillo, donde Ramón Sosa fue el eje de desequilibrio ofensivo. Un remate de Andrés Cubas que devolvió la unión del poste izquierdo con el travesaño, la oportunidad más destacada; Matías Galarza antes había fallado en el área chica un cabezazo y después exigió a Hernán Galíndez, que en el primer tiempo tuvo un par de intervenciones para anular el ataque paraguayo. Ecuador propuso poco, pero tuvo sus chances: faltó puntería a Kendry Paéz y decisión a Enner Valencia, el artillero histórico que hace cuatro meses no se desahoga frene al arco rival.

Alfaro bajó un mensaje, descubrió aceptación en los futbolistas y echó a rodar la aventura. Siete de los 25 futbolistas convocados para la última ventana de las eliminatorias –cerrará el martes con Perú, en Lima- juegan en el fútbol argentino, aunque la cifra aumenta a 17 si se contabilizan a todos los que en su recorrido tuvieron un mojón en el país. La aparición ante Ecuador de Rolando Martínez, una sorpresa: el atacante de Platense, último campeón de la Liga Profesional, se alineó en la ofensiva con Sosa, exTalleres y actualmente en Palmeiras. El entrenador rafaelino, conocedor del potencial de aquellos que militan en nuestro país, invitó a Milton Giménez, el delantero de Boca, a tener la ciudadanía paraguaya y animarse a soñar con la Copa del Mundo de 2026.

En la hoja de ruta, Alfaro sorprendió con algunas decisiones como la titularidad en su momento de Isidro Pitta, delantero de Cuiabá que a sus 25 años recibió su primera convocatoria; recuperó al arquero Roberto “Gatito” Fernández, que no atajaba en la selección desde hacía cuatro años, y mantuvo a algunos históricos del seleccionado como Gustavo Gómez, Miguel Almirón y Julio Enciso. El DT fue clave para que Enciso y Almirón dejaran atrás sus diferencias personales y potenciaran el nivel del equipo. El exLanús y la joyita surgida de Libertad casi se van a las manos en un Newcastle-Brighton en mayo de 2023 y desde entonces protagonizaron una rivalidad que excedió largamente los límites del terreno de juego.

El resumen del empate entre Paraguay y Ecuador

Las diferencias quedaron en recuerdo. Es tiempo de festejo. “Te vinimos a ver, te vinimos a alentar, de la mano de Alfaro nos vamos al Mundial”, cantaron los hinchas. Una noche larga espera al pueblo paraguayo. El Gobierno declaró asueto para el viernes para la administración pública, con una invitación extendida al sector privado, porque la selección en este tiempo se convirtió en una causa nacional. “Hay personas que necesitan ver para creer, pero nosotros creemos sin ver, eso significa que hay un dogma de fe, de convicción y seguridad. Es una reflexión muy sabia”, dijo Alfaro sobre la definición que dio el capitán Gustavo Gómez en el encuentro con el presidente Santiago Peña, en la víspera de la clasificación.

Alfaro colocó una foto con los jugadores abajo, la gente por detrás y una escalera que conducía a la Copa del Mundo. Los invitó a dar el último paso, el que faltaba para cruzar la meta, el que Paraguay celebró con emoción ante Ecuador.

​ La Albirroja empató 0 a 0 con Ecuador y se clasificó para la cita del próximo año en Estados Unidos, México y Canadá; el seleccionador argentino apenas perdió un partido de once  Fútbol 

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