River, entre cuentas diabólicas para clasificarse y el desafío para Gallardo de rearmar el medio campo​

LOS ÁNGELES (Enviado especial).- River ya volvió a Seattle, tachó la escala de Los Ángeles, donde el empate sin goles frente a Rayados de Monterrey le dejó un tipo de conformidad vaporosa, la de haber sido superior al rival y merecido el triunfo, y también unas cuantas preocupaciones tangibles, que le exigirán soluciones concretas e impostergables para continuar en el Mundial de Clubes después de enfrentar a Inter el próximo miércoles. “Bronca” fue la palabra que repitieron Marcelo Gallardo y varios jugadores para sintetizar el 0-0.

“No tenemos N° 9, así es muy complicado”, también repetían como una letanía muchos de los más de 30.000 hinchas que hicieron del inmenso Rose Bowl de Pasadena un sucedáneo del Monumental. Miguel Borja, que ingresó para disputar los últimos 25 minutos, tuvo las dos situaciones más claras de gol de la media docena que generó el equipo. El colombiano no mostró ningún pesar por haber dejado escapar el triunfo que tuvo en su pie izquierdo: “Había visto videos de Andrada cuando achicaba, que iba con los pies hacia adelante, traté de definir abajo, pero lamentablemente no se dio. También es mérito del arquero, me achicó muy bien. Igual, la evaluación que hago del partido es muy positiva”.

El partido contra el Inter de Lautaro Martínez, en teoría el obstáculo más complejo del grupo, plantea dos grandes desafíos: el resultado y el rearmado del medio campo, a partir de las tres bajas por suspensiones como consecuencia de las tarjetas que recibieron Enzo Pérez (acumuló dos amarillas), Giuliano Galoppo (dos amonestaciones) y Kevin Castaño (expulsado). Se agregan al lesionado Sebastián Driussi.

La definición de la zona se transformó en un caramelo envenenado para River, más allá de que actualmente es puntero por diferencia de gol (+2). Entre las diversas innovaciones que implementó la FIFA para este Mundial –entrada de los jugadores de a uno, al estilo NBA; la cámara incorporada que llevan los árbitros y la regla de los ocho segundos para los arqueros que retienen la pelota- está la del sistema de definición de los puestos en caso de igualdad de puntos.

Si River e Inter empatan y Monterrey le gana a Urawa habrá un triple empate en el primer puesto con cinco puntos. En ese caso, el primer criterio que se aplica es el de los puntos entre los equipos equiparados; ahí sigue todo igual, ya que entre River, Inter y Monterrey solo se habrían registrados empates. El segundo ítem a considerar es el de la diferencia de goles entre los conjuntos en cuestión: en este punto, todo seguiría empardado y se pasaría al tercer y decisivo inciso: la mayor cantidad de goles marcados entre los conjuntos empatados. Si Monterrey le gana a los japoneses por dos o más goles, River deberá al menos igualar 2-2 a Inter para superar a los mexicanos en goles anotados en el hipotético triple empate.

Un galimatías que cambia el desempate tradicional (diferencia de gol global, goles a favor, resultado entre equipos con los mismos puntos) con la intención de que en la última fecha se achique el margen para “convenir” resultados entre dos equipos. Pero eso tampoco es posible, no hay sistema que elimine de cuajo las suspicacias, ya que River e Inter podrían “acordar” un 2-2 para avanzar ambos a los octavos de final y neutralizar cualquier goleada de Monterrey. En fin, la jornada de cierre del Grupo E tendrá en vilo a River, que llega como puntero, pero solo una victoria lo pondrá a salvo de rebuscadas cuentas. Y un motivo más para que se lamente por las ocasiones desperdiciadas por Borja, Martínez Quarta y Galoppo.

“Dio bronca no haber ganado porque hubo clara superioridad nuestra en varios momentos del partido. No tenemos nada que reprocharnos en cuanto a postura, mentalidad y energía. Dejamos una buena imagen que nos faltó coronarla con el gol. Levantamos el nivel”, fue el resumen de Gallardo, ya abocado a rearmar un equipo sin cuatro titulares si se toman en cuenta las dos alineaciones.

El Muñeco no quiso lamentarse por las bajas: “Es una competencia corta en la que las amarillas tienen su peso. Veo el vaso medio lleno. Tengo que estar tranquilo y llevar serenidad. Me encantan que mis jugadores estén con bronca cuando no ganan, porque de lo contrario sería un conformismo peligroso. A Inter y Monterrey les costó ganar. Nosotros lo hicimos en el primer partido e impusimos condiciones en el segundo”.

Respecto de la cantidad de tarjetas que sumó River frente a Monterrey, su director técnico, Domenec Torrent, lo vinculó un plan sistemático para cortar el juego y disparó una crítica: “Era una falta, otra falta, y una más y otra. El rival está acostumbrado a jugar a eso. Felicidades, porque lo hacen muy bien”. Para Maxi Meza, consultado por LA NACION, “el árbitro cortó demasiado el juego”. Y agregó: “Presionábamos y el árbitro nos cargó de tarjetas. Pero bueno, tenemos un plantel para seguir siendo competitivos”.

Tras su rendimiento contra Monterrey ingresando desde el banco, cuesta imaginar que Borja se haya ganado la titularidad. Dejó pasar una oportunidad ante un Gallardo que lo ve poco integrado a la dinámica del equipo y que encima falla en lo que debería ser su especialidad: el gol.

Sin Enzo Pérez, el puesto de volante central es todo un dilema. Matías Kranevitter entró para los últimos 10 minutos, pero en este semestre tuvo muy poca continuidad entre lesiones y bajos rendimientos. En la Copa Libertadores solo disputó 30 minutos y su última titularidad fue el 9 de marzo, en el 1-1 contra Atlético Tucumán. En el año suma apenas 253 minutos, distribuidos en siete encuentros. Gallardo no dio pistas sobre los reemplazos: “Son claves todos los futbolistas, se abren posibilidades y tienen que estar preparados. No solo él [por Kranevitter], sino también todos los demás”. El volante tucumano, cuyo contrato vence a fin de año, fue escueto: “Trabajo y me entreno para tener oportunidades. No tuve charlas por mi renovación. River siempre va a estar por encima de todo”.

“Preocupa la cantidad de bajas porque son jugadores de mucha experiencia y jerarquía, pero bueno, tenemos un plantel muy rico. Hay que seguir mejorando, crecer en volumen de juego”, expresó Nacho Fernández a LA NACION.

Una posibilidad es que Kranevitter y Aliendro –aun sin minutos en el Mundial- compartan el eje central, con el regreso de Nacho Fernández y la continuidad de Meza, más Mastantuono y Colidio arriba. Gallardo empieza a jugar el partido contra Inter en el pizarrón.

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