Murió el británico Frederick Forsyth, maestro de la novela de espías​

El escritor británico Frederick Forsyth, maestro de la novela de espías además de expiloto de la Royal Air Force, reportero y agente secreto, falleció hoy a los 86 años, anunció su agente literario. Convertido en autor por necesidad económica, en su prolífica carrera escribió una veintena de libros que vendieron cerca de 70 millones de ejemplares en todo el mundo, entre otras Chacal (1971) o La lista, (2013), publicadas en español por Penguin Random House. “Lamentamos el fallecimiento de uno de los mejores autores de suspense del mundo”, indicó Jonathan Lloyd en el comunicado. Su agencia, Curtis Brown, afirmó que Forsyth murió rodeado de su familia tras una breve enfermedad.

Para sus obras, novelas extremadamente bien documentadas en las que mercenarios, espías y canallas chocan en vertiginosos juegos de poder, este británico de complexión fuerte, mirada aguda y rostro alargado se inspiró de su propia vida.

Fue en 1969 cuando se le ocurrió escribir libros. Tenía entonces 30 años y acababa de regresar de Biafra, donde había cubierto para la BBC la guerra civil en el sureste de Nigeria (1967-70), desencadenada por la proclamación de independencia. Sin embargo, sus análisis a favor de Biafra no agradaron a la línea oficial de la emisora y del Ministerio de Relaciones Exteriores. Forsyth dimitió y se quedó sin un centavo.

Nacido el 25 de agosto de 1938, en Kent, de padre peletero y madre costurera, recurrió entonces a sus recuerdos de corresponsal en París, adonde Reuters -que buscaba un periodista francófono- lo había enviado a principios de los años sesenta. Entre 1961 y 1963, “me convertí en la sombra de [Charles] De Gaulle”, el entonces presidente francés, escribió en su autobiografía El intruso (2016). Cuando el estadista francés sufrió en 1962 un intento de asesinato al suroeste de París, Forsyth se encontraba en la capital francesa. “Ese fue el telón de fondo de mi primer libro”.

Rigor, precisión, verosimilitud

A la hora de escribir, el antiguo piloto, que obtuvo la licencia a los 19 años, se fijó dos reglas muy poco habituales: mantener los nombres reales de los personajes y contar la historia con todos los detalles técnicos posibles. Escritores como Tom Clancy, Robert Ludlum y Robert Littell, que lo consideraban el inventor del género del tecnosuspense, seguirían estas mismas reglas.

Chacal (originalmente “El día del chacal”), rechazado por cinco editoriales, fue finalmente publicado en 1971. Nueve millones de lectores compraron esta historia de un asesino profesional contratado para matar a De Gaulle, que fue adaptada al cine por Fred Zinnemann en 1973. El periodista de investigación, que trabajó en Berlín Este, Israel o Guinea Ecuatorial, procede entonces a publicar cada cuatro años aproximadamente una nueva novela escrita con el mismo método: tras cinco o seis meses de investigación, se encierra durante tres meses.

“Viajo mucho, y en general intento ir a ver por mí mismo todos los lugares que describo, aunque solo sea para una breve escena”, explicó el autor. Para El expediente Odessa (1972), sobre la persecución de antiguos nazis, conoció al cazanazis Simon Wiesenthal. Para Los perros de la guerra (1974), viajó a Hamburgo y entró en contacto con traficantes de armas.

Fue a su regreso de un último viaje a Somalia para La lista (2013) cuando su segunda esposa le dijo: “Eres demasiado viejo, estos lugares son terriblemente peligrosos y ya no eres tan ágil y rápido como antes”. Tras unas cuantas búsquedas “muy frustrantes” en internet, Forsyth llegó a la conclusión de que El intruso, su autobiografía, sería su último obra. En ella reveló que colaboró con los servicios secretos británicos. En Nigeria, la RDA o Sudáfrica, actuó como informador e intermediario, lo que lo convirtió en un escritor notablemente bien informado. “Escribo novelas que se venden, no es gran literatura y lo admito”.

Sin embargo, en 2018 no pudo resistir la tentación de escribir una última novela, El zorro. La secuela de El expediente Odessa, titulada Revenge Of Odessa (La venganza de Odessa), en la que trabajó con el escritor de novelas de suspense Tony Kent, se publicará en agosto, dijo su editor Bill Scott-Kerr. “Su formación periodística aportó un rigor y una eficacia metronómica a su trabajo, y su olfato y comprensión de las grandes historias hicieron que sus novelas siguieran siendo apasionantemente contemporáneas y frescas”, añadió Scott-Kerr.

​ Antes de convertirse en escritor y best seller, había sido piloto de la Royal Air Force, reportero y agente secreto; la experiencia y las herramientas de todos esos oficios confluyen en sus libros, que se leen en todo el modo; tenía 86 años  Cultura 

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