Murió el papa Francisco: los problemas de salud de Bergoglio, desde su juventud hasta los últimos días de su pontificado

CIUDAD DEL VATICANO.- Tanto como sus iniciativas y sus continuos viajes pastorales, los católicos de todo el mundo han estado pendientes de los vaivenes de la salud de Francisco -que asumió como papa con 76 años y falleció este lunes 21 de abril, a los 88 años-, en especial en este último tiempo de creciente fragilidad.
Este año las cosas se complicaron con continuas crisis respiratorias. A principios de febrero, unos exámenes revelaron una neumonía bilateral. “Las pruebas de laboratorio, la radiografía de tórax y las condiciones clínicas del Santo Padre siguen presentando un cuadro complejo”, señaló el Vaticano en un comunicado. “Una tomografía computarizada de tórax mostró la aparición de neumonía bilateral que requiere más terapia farmacológica”, agregó.
Un repaso cronológico a su salud debe comenzar mucho antes de su liderazgo de la Iglesia Católica. En 1957, a los 21 años, Jorge Bergoglio sufrió una infección respiratoria que obligó a los médicos a extirpar parte de un pulmón. Según contó alguna vez, una enfermera lo salvó al duplicar la cantidad de medicamentos que le habían administrado.
En aquella época, enfermedades pulmonares como infecciones fúngicas o neumonías se trataban quirúrgicamente debido a la escasez de antibióticos. Por ese motivo, muchos vaticanistas lo habían descartado de la lista de papables durante el cónclave de su elección, en marzo de 2013.
También cuando residía en la Argentina, Bergoglio fue tratado con acupuntura china por el dolor de espalda, sufría de cálculos en la vesícula biliar, y en 2004 tuvo un problema cardíaco “temporal” debido a un ligero estrechamiento de una arteria, según contó.
Ya como papa, en total secreto, se sometió en 2019 a una pequeña cirugía de cataratas. La intervención tuvo lugar en la Clínica Pío XI, en Roma. Así concluyó más de un año de rumores y desmentidas sobre la intervención.
En enero de 2021, el diario Corriere della Sera informó que Francisco estaba haciendo una dieta para perder entre siete y ocho kilos, porque sufría un fuerte dolor de espalda causado por el nervio ciático y se sometía a fisioterapia continuamente.
En julio de 2021 pasó diez días en el hospital Gemelli en Roma, por lo que el Vaticano indicó que era un estrechamiento del intestino grueso. Los médicos le extirparon 33 centímetros del colon. Francisco salió diciendo que podía comer lo que quisiera, pero lamentando que no había respondido bien a la anestesia general.
En mayo de 2022 un problema en la rodilla derecha lo obligó a utilizar por primera vez una silla de ruedas. También ha utilizado andador y bastón.
“No creo que pueda seguir con el mismo ritmo de viajes que antes”, lamentó Francisco. “Creo que a mi edad, y con estas limitaciones, tengo que guardar un poco mis fuerzas para poder servir a la Iglesia, o por el contrario pensar en la posibilidad de hacerme a un lado”, señaló.
Esa dificultad no le impidió sin embargo continuar con su proyecto y realizar viajes por todo el mundo, incluso a destinos lejanos como el Congo, Sudán del Sur, Mongolia y, en septiembre de 2024, el viaje más largo de su pontificado, a Indonesia, Papúa Nueva Guinea y Singapur.
El cardenal estadounidense Kevin Farrell, funcionario del Vaticano, describió por entonces al Papa como un ejemplo. “Él acepta sus limitaciones con un gran espíritu y corazón. Creo que es un ejemplo para todos nosotros. No debemos ocultar el hecho de que con la edad viene una disminución de nuestra capacidad para desempeñar un papel activo en la vida del mundo actual”, afirmó.
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“Nos muestra también que con las limitaciones que tiene físicamente y con la edad, no va a parar. Nos manda un mensaje a todos de que todos tenemos que seguir adelante”, agregó.
En diciembre de 2022, Francisco reveló que había firmado una carta de renuncia hacía casi una década en caso de que su estado de salud le impidiera desempeñar sus funciones. “Firmé ya mi renuncia en caso de impedimento médico”, dijo en una entrevista al diario español ABC. Explicó que se la había entregado en 2013 al entonces secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone.
“Yo la firmé y le dije: ‘En caso de impedimento por cuestiones médicas o qué sé yo, acá está mi renuncia. Ya la tienen’“, explicó. Pero, como dijo Farrell, primaba la determinación de seguir adelante y cumplir al máximo con su tarea.
El 24 de enero de 2023, el Papa le dijo en una entrevista con la agencia Associated Press que la diverticulosis, o bultos en la pared intestinal, que había motivado la cirugía de 2021 había regresado, pero estaba bajo control.
A fines de marzo de ese año, Francisco pasó tres días en el hospital Gemelli con una infección respiratoria luego de sentir un dolor agudo en el pecho y tener dificultades para respirar. Los médicos diagnosticaron una bronquitis aguda y lo trataron con antibióticos intravenosos.
En junio de ese año se sometió a una cirugía abdominal para extirpar tejido cicatricial y reparar una hernia abdominal y fue dado de alta nueve días después. Su cirujano, el doctor Sergio Alfieri, reveló que la cicatrización no solo se debía a la cirugía abdominal de 2021, sino a cirugías previas que había tenido el papa.
A principios de febrero de este año, Francisco pasó más de una semana con complicaciones respiratorias derivadas de una bronquitis. De todos modos, el 14 de febrero había mantenido las audiencias previstas en su agenda, entre otros con el presidente de la cadena CNN, Mark Thompson, cuando debió ser hospitalizado en el Gemelli, en Roma.
Christopher Lamb, corresponsal de CNN en el Vaticano, que estuvo al principio de la audiencia de Thompson, contó que vio al Papa “mentalmente alerta, pero tenía muchas dificultades para hablar debido a sus dificultades respiratorias”. Poco después fue internado en la habitación especialmente acondicionada para él en el hospital Gemelli, afectado por una bronquitis. Estudios posteriores revelaron una afección por neumonía bilateral. Las crisis continuaron con el correr de las semanas, hasta que recibió su alta. Este lunes, después de impartir una bendición pascual ayer, murió a los 88 años.
A lo largo de su extenso pontificado, Francisco fue padeciendo sobre todo dificultades abdominales, respiratorias y de movilidad; tenía antecedentes desde sus 21 años El Mundo
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