Compitió para Miss Argentina y llevó su “sex appeal” a las pasarelas: las fotos jamás vistas de una diva inconfundible
Cuando Héctor Larrea anunció que se había coronado primera princesa del certamen para Miss Argentina 1974 todavía era María del Carmen Timoyko, aunque en su casa la llamaban Naninne, nombre francés que le encantaba a su abuela porque era el personaje del ama de llaves de Margarita Gautier en La dama de las camelias. Y terminó siendo Naanim porque cuando debutó en el Maipo en la cartelera lo escribieron así y quedó para siempre.
La final de aquel concurso que le abrió el camino en el mundillo del espectáculo se realizó el 7 de junio, en un programa especial del por entonces Canal 11, con la participación de 23 finalistas. Las publicaciones de la época detallaban que “el jurado estuvo presidido por Eduardo Borrajo, manager para Miss Universe Country en la Argentina, el periodista Emilio Ariño, los artistas Juan Carlos Dual y Gilda Lousek, Carlos Wais, dueño de la marca Etam, y Norma Beatriz Nolan, Miss Universo 1962″.
La ganadora del concurso resultó Miss Capital Federal, Leonor Guggini, una estudiante de medicina de 23 años, bailarina de Música en Libertad. Naanim, consagrada primera princesa a los 21 años, fue presentada como modelo y profesora de danzas.
Antes de postularse para Miss Argentina, Naanim se había presentado el 9 de marzo de ese año para el clásico concurso que elegía a Miss Siete Días, que siempre abría puertas para triunfar en el ambiente de la moda. La elección como era costumbre se llevó a cabo en la boîte Enterprisse de Mar del Plata, de la que participaron 224 concursantes. Solo 12 llegaron a la gran final.
Antonio Carrizo fue el presentador de las finalistas de entonces: Noemí Graciela Petito (19), Susana Pari (19), Silvia Pérez (18), Mónica Liliana Ambrosino (19), María Nilda Yamaguchi (20), Liliana Mónica Orlov (17), Dora Bereciartúa (17), Mónica Hebe González (17), Mónica Beatriz Colominas (20), Miriam Gallazzetti (17), María del Carmen Fontaniella del Río (19) y Graciela Ponce de León, quien por cuestiones de salud debió ser reemplazada por María del Carmen Timoyko.
La ganadora fue nada menos que otra de reconocida trayectoria artística, Silvia Pérez, por aquellos tiempos estudiante de arquitectura. Y Naanim fue electa primera princesa. Ambos concursos le dieron el respaldo que necesitaba para iniciar un recorrido artístico que había comenzado con ansias de continuar cuando tenía apenas cuatro años y ya practicaba patinaje. Como también le fascinaba bailar tomó clases de danzas españolas, y de adolescente fue integrante de un grupo llamado Juventud y Folklore, que terminó siendo contratado por la Municipalidad de Lomas de Zamora. “Me sentía Isabel Pantoja, estudiaba danzas clásicas. Mi mamá me preparaba la ropa y a papá le gustaba. Yo vivía para eso”, describió a LA NACIÓN.
Hoy reconoce que toda esa preparación fue clave para con el correr de los años llegar a compartir escenario con grandes del espectáculo como Ethel Rojo, Violeta Montenegro, Moria Casan, Zulma Faiad, Norma y Mimí Pons, Estela Raval. “Con Mimí hice Extinguidas no hace tanto, también con el genio de José María Muscari. Allí me reencontré con otras diosas como Beatriz Salomón, a quien quería tanto y no puedo creer cómo se fue”, rememora.
Sonríe cuando también recuerda que Minguito –Juan Carlos Altavista- le decía “La Ponja” por su apellido de origen austríaco pero que a todos le sonaba nipón. Para José Pepitito Marrone era “La Japonesita” mientras se iba transformando en una polifacética bailarina, actriz y vedette.
Marrone la había descubierto en el Teatro Nacional y la llevó a televisión para hacer Corrientes y Marrone con Juanita Martínez, Moria Casan y Norma Sebré. Luego siguió trabajando mucho con Alberto Olmedo, Jorge Porcel, Mario Sapag, Juan Verdaguer, Juan Carlos Calabró, Enrique Pinti, Carlos Perciavale, Tato Bores, completando diez temporadas en el Maipo donde empezó como “figurita” y terminó como primera vedette reemplazando a talentosas como Thelma Stefani, Ethel Rojo, Violeta Montenegro y Katia Iaros.
Hasta que se le presentó la oportunidad de hacer revista en España en el teatro Calderón de la Barca. Y cuando regresó, Verdaguer la volvió a llevar a la tele, hasta que se incorporó a La Tuerca, aquel programa histórico del humor.
Otra experiencia internacional fue la que se le presentó con el espectáculo Tango Argentino, con el que viajó a París junto a Roberto Goyeneche, Raúl Lavié, Elba Verón, el Sexteto Mayor, Horacio Salgán, Juan Carlos Copes y María Nierves, Nélida y Nelson, Mayoral y Elsa María. Luego pasaron por Grenoble y Lyon en Francia, llegando también a Italia, Canadá y Estados Unidos.
Su pasión por la danza y el 2 por 4 la llevó a hacer Modo Tango, su programa en Radio Zónica con amigas de siempre como Silvia Rojas y Nélida Rodríguez. Y el regreso a la TV fue con el ya clásico Run Run del Espectáculo por Crónica TV junto a Fernando Piaggio y Lío Pecoraro.
Junto a Juan Alberto Mateyko formaron una familia con la llegada de los hijos, Rosa María y Juan Bautista. Ya separada se reencontró con Daniel Secondo, un amor de la adolescencia, de cuando vivía en Monte Grande, se hacía la rata en la escuela, estudiaba danzas y se sentía La Pantoja.
Quería ser como Isabel Pantoja y el destino la llevó a los escenarios, aunque de otra forma; trabajó con Minguito, Olmedo y hasta con Verdaguer; Naanim Timoyko, una modelo que siempre pisó fuerte Espectáculos
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