Senado | Surgen más ruidos políticos en la relación del Gobierno con la oposición dialoguista​

La intransigencia fiscal de Javier Milei podría traerle un dolor de cabeza al oficialismo en el Senado, en el que las relaciones con la oposición dialoguista sufrieron un desgaste la semana pasada como consecuencia de la decisión de la bancada libertaria de abstenerse de votar un proyecto de ley que declaraba una emergencia económica y ambiental en las zonas de la provincia de Córdoba que fueron asoladas por los incendios.

“Qué necesidad tenían de hacerlo; estos muchachos parecen que no entienden nada”, se quejó ante LA NACION con visible amargura un senador que, desde diciembre último, ha mostrado su disposición a acompañar al Gobierno, tanto por su afinidad ideológica con las ideas económicas liberales como por su rechazo al kirchnerismo.

El malestar no parece poner en riesgo los apoyos tejidos en el Senado por Victoria Villarruel y, cada vez con más potencia, por el Gobierno nacional a través de interlocutores como el asesor Santiago Caputo y sus satélites y el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que vienen desde hace un varios meses convirtiéndose en interlocutores más efectivos que la vicepresidenta para amplios sectores de la oposición dialoguista.

Pero el rechazo del oficialismo a mostrar empatía con la crisis que atravesó la provincia mediterránea se produjo en un momento en el que las tensiones políticas en el Congreso comienzan, nuevamente, a aumentar luego de unas semanas de distensión tras los picos de crispación alcanzados con el veto presidencial a la recomposición de las jubilaciones y el rechazo de ambas cámaras legislativas al decreto de necesidad y urgencia que inyectó $100.000 millones para gastos reservados de la SIDE.

El debate del presupuesto nacional 2025, cuyas previsiones de partidas y obras públicas ya generan resquemores en bloques como la UCR, Hacemos Coalición Federal, la Coalición Cívica y el kirchnerismo; la intención del Gobierno de avanzar con la privatización de Aerolíneas Argentinas y la inminente batalla por la insistencia en la ley de financiamiento universitario, ante un eventual veto del Poder Ejecutivo, que se prevé para después de la marcha al Congreso, son sólo algunos de los desafíos que tiene la Casa Rosada en el horizonte cercano parlamentario.

Se trata de un escenario que va a requerir para el Gobierno mantener lo más aceitadas posibles las relaciones con sus bloques aliados en ambas alas del Poder Legislativo. Y el caso de la emergencia por los incendios no cayó para nada bien en el Senado, como quedó demostrado la semana pasada con la intervención de Luis Juez (Córdoba), jefe del bloque Pro, quien explotó en pleno recinto preguntándose “qué mierda más nos tiene que pasar en Córdoba para que el gobernó sepa que la estamos pasando como el culo”.

El enojo del cordobés llegó a tal extremo que no dudó en dejar al descubierto su decepción por la decisión anunciada por el jefe del bloque libertario, Ezequiel Atauche (Jujuy), de que su bancada se iba abstener porque el proyecto no contaba con la asignación de las partidas presupuestarias correspondientes para financiar la emergencia.

“No es una cuestión de plata. El proyecto establece un mecanismo común en la democracia que es que el Gobierno nacional se ponga de acuerdo con un gobernador, que encima no es de mi palo, en una emergencia”, afirmó Juez, antes de quejarse amargamente: “No es para recibir una cachetada en la nuca, mucho más para un senador que hace nueve meses le viene poniendo el pecho a este Gobierno”.

El malestar también se trasladó al flamante interbloque Las Provincias Unidas, que conduce el peronista Carlos Espínola (Corrientes), y en el que milita la cordobesa Alejandra Vigo. “La verdad que no había ninguna necesidad de hacer lo que hicieron, fue una falta de respeto; además, era una media sanción, ni siquiera estábamos sancionando la ley”, se solidarizó con la senadora uno de sus compañeros de bancada.

La abstención anunciada por Atauche hace más ruido aún si se toma en cuenta que, con esa decisión, el oficialismo de la Cámara alta estaba violentando lo que, coinciden varias fuentes del Senado, era un acuerdo que tanto Juez como Vigo consideraban cerrado con el Gobierno para brindar ayuda financiera y económica a la provincia en medio de una feroz crisis.

“Juez se comunica con Milei casi todos los días; si le pagan así a un aliado incondicional, imaginate cómo le pueden cumplir los acuerdos a cualquier otro con menos contactos que Luis”, comentó un legislador que conoce la intima relación política que el senador cordobés ha entablado con el Presidente.

La idea del Gobierno es hacer control de daños y, por lo pronto, ayudará a esa estrategia el hecho de que esta semana no habría sesión en el Senado. Será un oasis dentro de una agenda legislativa que promete subir la tensión en el Congreso hasta el fin del año parlamentario, el próximo 30 de noviembre.

​ La abstención del oficialismo en la votación de una emergencia para Córdoba, por los incendios, generó malestar en los bloques aliados de cara a los debates clave que se vienen en el Congreso  Política 

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